miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL SHOGÚN DE LAS TIERRAS VESTIDAS DE OTOÑO


El shogún de las tierras vestidas de otoño (2005)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre papel 80 x 60 cm
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS


NECESITABA LLORAR


¡Ay amarga pena!
Necesitaba llorar recostado
de la perla espuma.

Necesitaba desahogar
el cristal que transparenta mi alma.
¡Ay amarga pena!

Las plumas del alba
cantan en remolino
sobre la imagen del viento.
¡Ay amarga pena!

Quería pellizcar las veredas
que tejen la aurora.
Quería surcar en las calaveras
y en los claveles de la pradera.
¡Ay amarga pena!
¡Ay gota borrosa
que inundas de lágrimas las venas!

Los ojos se llenan
de dulce primavera.
Todo embriaga
con su locura la mar sin frontera.
¡Ay amarga pena!
¡Ay canto, ay guitarra
que despiertas las penas!

¡Ay estatua de agua
que cincelas el aire blando!
Necesitaba llorar recostado
de la perla espuma.
¡Ay amarga pena!

martes, 22 de septiembre de 2009

EL VIGÍA DE LOS CAMPOS DE OTOÑO


El vigía de los campos de espiga (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y vino tinto sobre papel 60 x80 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN




A LA VENTA

Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS



QUISE

Encontré una margarita
en el cielo aquel día.
Estaba atrapada de una nube en un riel.
Quise salvarla con un beso
y abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Volé hacia ella. Cabalgué sobre corceles de sueños.
Remonté cabañas de viento. Crucé el tiempo.
La felicidad alargó su mano. Un ruiseñor
brindó su canto a la vida. La alegría renació aquel día.
Le di fuerte a las riendas. Casi pude tocarla
pero mientras más avanzaba la flor se alejaba.
Frágil es la dicha. Frágiles los sueños.
Quise salvarla con un beso…
Quise abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Lloró el sol aquel día… Lloró el alma mía…

CHEN-LI, EL PRÍNCIPE DEL HONOR


Chen-Li, el Príncipe del Honor (Detalle, 2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre papel 60 x 80 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado será destinado a la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS

VOY

Voy a sembrar
un huerto lleno de estrellas
donde nazca la alegría.

Voy a rescatar
el amor sufrido
en el tiempo del olvido.

Voy a iluminar
el sol con flores de día
para borrar la noche fría.

Voy a buscar
los duendes de la vida
en las horas dormidas.

Voy a pintar
con mis ojos la paz
sepultada en el ocaso sombrío.

Voy a reír
entre las piedras y el madero
porque encontré al olivo perdido.

Voy a encender
mi alma herida. Ya no soy
el vagabundo de los tiempos idos.

Voy a besar
a los santos míos, a los cristales
caídos en tierras calcinadas.

Voy a cortejar
al milagro que me devolvió
de la nada. A la fe que me rescató
del naufragio. A la luz y al calor.
A la voz interior que escribió
una carta de amor en mi corazón.

viernes, 18 de septiembre de 2009

TIEMPO DE AMAR


Tiempo de amar (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x 76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Coleccion Privada familia Nigro (Italia).



SAN VIRTUOSO Y EL ESCAPULARIO DEL TÍO BENITO

No recuerdo muy bien como fue…
Pero de qué sucedió ¡sucedió!
Aunque ya esté muy viejo
para contar historias largas
mi memoria testifica
que en el pueblo de Santa Esperanza
existía un curita, muy joven él,
que de la Biblia hacía un escapulario.
Unos les decían bobo santurrón.
Eso era lo de menos, lo más suave,
porque cuando pasaba
frente al botiquín de Don Benito, el leguleyo,
del que decían había estudiado leyes,
los mozos que estaban repletos de ron
le gritaban cada cuestión,
que el pobre cura se ponía tan marrón
como su sotana y, de un sólo tirón,
corría a esconderse tras el púlpito de la iglesia,
que quedaba en la esquina Del Porrón.

La historia no podría ser tal,
si al bendito cura, que se llamaba Virtuoso,
Virtuoso Cañas, para ser más precisos,
algunas viejitas lo habían bautizado,
a fin de que les reivindicase
sus pecados juveniles, como San Virtuoso.
El pobre cura, que de provinciano tenía
hasta los lamentos y de santo ni la coronilla,
comenzó a aprovecharse de su pregonada santidad.
Fue así como Cándida, bella hembra
y casta mujer deseada por todos los pobladores,
llegó a las manos y codicia del sacerdote,
quien no era puro ni menos virtuoso.
Seducido por los encantos de aquella morena
de espectacular figura, caderas anchas,
pechos de gallo en flor y nalgas de rumbera,
Virtuoso, cada vez que ella se presentaba
ante el confesionario, le ponía a la bella joven
una sola penitencia, aunque ella
estaba sin pecado concebido.
Y el cura le decía: “Si quieres el perdón
divino, con un hombre divino debes
estar”, confundiendo a la párvula mujer,
quien en su ignorancia nada entendía.
Fueron pasando los días, las semanas
y los meses y el curita insistía,
pero nada sucedía con la guapa doncella.

Todos en la población seguían
haciendo mofa del curita feo y desgarbado,
hasta que un día Don Benito enfermó.
Sería de tanta rumba y alcohol,
nadie lo sabe, pero lo que si es cierto
es que era tío y padrino de bautizo
de la hermosa Cándida,
a la que siempre protegía
del contacto de rufianes pueblerinos.
Su malestar fue tan grave,
que temiéndose lo peor,
llamaron al cura Virtuoso
para que le diese la extremaunción.
Éste corrió presuroso, no sólo
con la intención de darle los santo óleos,
sino para estar cerca de Cándida,
a quien en secreto amaba con ansiedad.
Al llegar, todos estaban presentes.
Sólo faltó el Jefe Civil quien,
dijeron, estaba tras unos cuatreros.
Sin embargo otros aseguraron
que pasaba la mona tendido
en una desvencijada hamaca
que colgaba tras del negocio
del moribundo Don Benito.
Todos reían con fruición
porque decían que zancudos y chiripas
morían en un santiamén después de picarlo
ya que el regordete hombre de la policía
estaba tan atiborrado de caña
que las pobres alimañas
no resistían tal intoxicación.

Volviendo al caso,
les voy a contar,
y es palabra de viejo
y esto tiene respeto y dignidad,
porque yo no cuento estupideces
y menos cosas con maldad.
Pues bien, voy con lo acordado:
Todo aconteció la noche
en que Don Benito agonizaba.
En ese mismo instante el cura Virtuoso,
después de ungirlo para el último adiós,
le colgó un escapulario al cuello
y entre labios rezó una oración.
Yo lo vi. Con estos ojitos, que ustedes ven
y que algún día se han de comer los gusanos.
Me pareció que era de la Virgen María,
pero otros dicen que tenía prendida una foto
de Cándida aparentando a la santa mía.
La historia es que el consagrado
escapulario desapareció el mismo día
en que el tío Benito al fin murió,
al parecer de cirrosis hepática aguda
y no por estar seis horas con una puta.

Las cosas en el pueblo siguieron igual.
Trabajo de día y borrachera de noche.
Las viejas en sus casas rezando el rosario
y los viejos maridos roncando la caña.
Sólo algo había cambiado:
Cándida acariciaba con tal devoción
el escapulario que delicada y mansamente
Virtuoso había prendado del cuello
de su tío Benito antes de la fatal defunción,
que hizo sospechar a niños, ancianos
y a casi todos los parroquianos sanos,
que la hermosa mujer había enloquecido.
La llevaron ante el matasanos,
quien le recetó una poción de valeriana.
Pero no pasó nada. Seguía igual de mala.
Luego la llevaron con el brujo Juliano,
quien le leyó la mano y como remedio
le mandó unos baños de canela
y hierbas con olor a gusanos.
Pero nada sucedió y por tal motivo,
como último recurso, la llevaron
ante el llamado San Virtuoso
para que le curase ese mal tortuoso.
El cura la miró tan fijamente
que muchos creyeron que estaba demente.
Ella se hizo la desentendida.
El escapulario contenía, y la jovencita lo sabía,
una foto escondida tras la estampita
de la santa y venerada Virgen María.
Era la del curita, que de bobalicón,
no tenía un ápice, ya que en la misma
aparecía tan desnudo como el día
en que nació en la hacienda de Don Simón.
Estaba tan bien dotado
que tenía atolondrada a la casta jovencita
hasta el punto que ya poco dormía
y hasta el apetito había perdido.
Con un movimiento nervioso, pero decidido,
y los ojos iluminados como flamas ardientes
Cándida hizo girar entre sus dedos, y en forma circular,
la imagen sagrada que estaba cosida a una cadenita
de fino y puro oro de dieciocho quilates,
y sin más empacho invitó al cura a que la amase.
Todo fue bendito, dicen algunos.
Otros, furia de dioses, ya que durante tres días
nadie más supo del curita ni de la Cándida mujercita.
La iglesia permaneció cerrada
y las campanas sin decir nada.
En verdad no sé si eso fue felicidad,
lo cierto es que a los nueve meses
nació un niño robusto, fuerte y rapaz,
a quien mucho llamaron Sin Pecado Concebido
porque gracias a la religión
nació aquel varón que alegró la vida del santurrón.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

CUALQUIERA DIRÍA QUE ES UNA COPIA DE LA MONA LISA


Cualquiera diría que es una copia de la Mona Lisa (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 80 x 60 cm.


A LA VENTA

El monto de la venta será destinado a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS


EL ALBA

Soñar despierto
es ver el alba mía.
Los crisoles
que dan la bienvenida
al nuevo día.
Las luces y destellos,
las palabras divinas
que brotan del cielo
y ese corazón
que llaman Sol,
que enciende al día
a la nueva vida.

Lo observo encantado,
como muchacho chiflado,
porque en su orgullo
presiento el murmullo
de cosas benditas.

Me enloquece
y me mima,
porque son las cosas
que me invitan a estar
más cerca del Creador.

No sé si es su resplandor,
pero nunca dejaré
de absorber sus rayos
que producen
un sabor que sólo
el amor puede brindar.

jueves, 3 de septiembre de 2009

CAMINANDO SOBRE EL SENDERO DEL BIEN


Caminando sobre el sendero del bien (2005)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina 60 x50 cm.
SERIE: EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS


LA VIDA ES SUSPIRO

Estar vivo es suspirar
sentir el aliento del aire
galopando en las veredas del alma.
Ver pincelar el arcoiris del amor
en los paisajes de la vida
donde los sueños navegan
y la fantasía se vuelve realidad.

No hay vida sin sueños
ni amor sin pasión.
Un suspiro es el aliento
de la golondrina que aloja su nido
en tejado curtido de afectos
sobre la historia del tiempo.

El suspiro es el milagro,
el ángel, el mensajero
glorioso que nos recuerda
que la vida es quimera
y las glorias perecederas.

Atrapa los suspiros .
Las hojas de otoño
antes que inicien vuelo
sobre lágrimas de olvido.

La vida es suspiro.
Saborea sus mieles.
Adorna sus primaveras
y sube a los briosos

corceles de vida
que dichosos relinchan
en las floridas praderas
del vientre bendito

de la tierra
que nos da amor y cobijo.

LA GOLONDRINA ESCAPADA DEL HORIZONTE


La golondrina escapada del horizonte (2008)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 60 x 40 cm.
Serie: BAILARINAS INFINITAS
Colección Privada familia González F. La Rosa (Milán, Italia)



BAILA CON LAS ESTRELLAS
Todo es luz
donde hay amor.
Donde las estrellas
bailan sin temor.
Es el tiempo
el que sueña.
La vida baila
sin miedo
en el arcoiris
de la existencia.
Baila al vaivén
de las cuerdas
del violín,
en el sonido
que te lleva
hasta el fin
de los tiempos.
Baila…Baila
con las estrellas
en su regazo de paz
y déjate llevar
a la ventura.
Baila… Baila libre
sobre la felicidad,
en su brillo,
en la libertad
que acaricia
las horas
de paz infinita.
Baila … Baila
con las estrellas
.



EL pintor, poeta y novelista Diego Fortunato en Madrid,
al lado de la estatua de Federico García Lorca.