martes, 25 de agosto de 2009

LA MÁSCARA


La máscara (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 122 x 76,5 cm.
Colección Privada familia La Rosa Pastrán (Miami, USA)




NUNCA BUSQUES EL SILENCIO


Escucharte, música,
es susurro celestial.
Violín o flauta, arpa o pianoforte,
lágrima cristalina
que deleitas el alma mía,
y el vuelo de las golondrinas.

Canto de perdices y ruiseñores…
¡No hay Cristo más alegre
que al que le cantan los cantores!…
La melodía pellizca la tierra
y ella, bendita, besa sus notas.
¡Eso es la música!

Me pierdo en sus cenizas.
Vuelvo loco la vista
para atrapar sus acordes
en el viento
pero quedo sin aliento.

¿Quién inventó la música?... ¿Dónde
está el Dios que dio su aprobación?...
¿Quién posee un oído tan divino
que hasta la esperanza
y el sufrimiento sienten su olor?

Si la razón fuese de papel,
un pentagrama fiel
escribiría sobre su piel.
La música es la vida.
Suspiro de dioses.
En cambio, la poesía
es el sueño de la música,
la palabra escrita en el corazón,
en el sufrimiento,
el llanto lejano y el dolor,
y la pintura la imagen
que todo lo cubre,
que todo lo disfraza
y colorea en el lienzo.

¡Habla corazón!... ¡Habla!...
pincela el amor,
la música y los versos
sobre los hijos de la tierra.
Germina la última canción
de la esperanza
y regrésale la alegría de vivir.

Nunca busques el silencio...
¡Huye de la inercia!...
¡Atrapa el movimiento!...
Porque sólo en la música
está el ruido de los sentimientos.