domingo, 23 de diciembre de 2012

LA CONCEPCIÓN DE LAS IDEAS

El fabricante de sueños
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre cartón
Medidas: 66 x 48 cm.
Año: 1989 
Colección Privada Familia De Falco

LA CONCEPCIÓN DE LAS IDEAS


Flores aquí.
Flores allá.
Rojas, verdes,
azules y de carmín.
Todas ellas
vestidas de poesía
y caminando
sobre un valle
de diamantes
con olor a rubí.
Parten… parten
con rumbo fijo.
Van hacia
el vientre-mar
del pensamiento
para presenciar
la concepción
de las ideas
que está por parir.
Sus primeras
contracciones
comenzaron
cuando la luna
despertó
en la inmensidad.
Cabalgaron
ya tres horas
de dolor
entre estrellas
y sueños
de esperanza.
Pasaron aprisa
porque la espera
tiñó de amor
la paciencia.
No hay parto
sin dolor,
dicen
las que han
parido
bajo el sol
de la felicidad.
Sólo así
los recuerdos
se vestirán
de dulce afecto
y pasión.
El abultado
vientre del mar,
colmado
de un multicolor
carrusel
de pensamientos,
metáforas, frases,
letras y versos,
está por vaciarse
para dejar nacer
un mágico
universo de ideas
que inundarán
al mundo de poesía
ilusión y amor.
¡Pronto!... ¡Pronto!...
¡Ya viene!...
Un último sofoco
y el respiro liberador.
¡Han nacido
las ideas
y con ellas
la poesía,
el llanto,
la alegría
y sus versos
teñidos
de esperanza,
amor,
sentimientos
y melancolía!





El novelista, poeta y pintor Diego Fortunato en el Museo del Prado (Madrid), con las incomparables y universales Majas de Goya.




Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato


Caricias al tiempo

Palabras vivas, letras que van y vienen libres al viento, pero, por sobre todo, el susurro del verso que nace en el corazón y se anida en los recuerdos, en la alegría de vivir, soñar, amar y ser amado.

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Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato

Palabras al viento


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lunes, 26 de noviembre de 2012

PRESIENTO

En el año del silencio (1989)
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Dimensiones: 150 x 100 cm.
Colección Privada Casa Museo Carmen Tinoco
La Habana, Cuba

PRESIENTO


Presiento la inmensidad vacía.
Las horas del tiempo dormidas.
Presiento el funeral
de la dicha y las pasiones
vencidas. Presiento todo
y nada, porque como la nada
me siento… ¡La nada soy!

Murmullo de insectos
susurran a mis oídos
que todo se ha perdido.
El amor, los afectos
y los sueños dormidos.

Presiento que mi aliento
es ya estorbo viejo.
Que mi risa ya no palpita
y que mis palabras
son letras muertas
que vagan en la letrina.

Presiento tantas cosas
que hasta miedo
me da pensarlas.
Las ahuyento del lago
de mis pensamientos
dormidos, pero vuelven
sobre corceles
pintados de desdén.

Presiento que todo
se va y que nada
ha valido la pena.
Presiento el olvido
de los días idos.
De las horas felices,
de las mieles de la dicha,
de la esperanza
que deposité en los míos.

Presiento la absurdidad,
la indolencia del amor amado,
de los hijos queridos
y de las pasiones vividas.

Presiento todo y nada
Presiento que la nada
se acerca. Que quiere
arrebatarme la esperanza
de que mis presentimientos
eran opacos y que la verdad
aún brilla en el horizonte.

Presiento… Presiento…
y vuelvo a presentir
que todo se ha ido,
que todo se ha esfumado,
que la nada me besa
y me arrastra más allá
de la conciencia infinita.
Me lleva allá,
donde el agua se marchita
y los sueños bailan
en el funeral de las ideas.

Presiento que todo
ha partido…, hasta
el pensamiento se ha ido.



El pintor, novelista y ensayista Diego Fortunato
 con el maestro Fernando Botero en su casa
de Pietra Santa, Versilia Toscana (Italia).

martes, 13 de noviembre de 2012

SI FUESE UN INSTANTE


Alguien nos espera(1991)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 90 x 60 cm.
 Colección Privada Nina Kors


SI FUESE UN INSTANTE

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
dibujaría un mundo mejor,
lleno de alegría y paz.
Hermosas y risueñas
golondrinas vestidas
de amor esparcirían
por el sendero del infinito
un himno inmaculado
con olor a jazmín.
Sentado en el borde
del tiempo escucharía
como niño embelesado su canto
de quietud y hermandad.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cincelaría en el espacio infinito
una estatua de bondad eterna
sobre pétalos de rosa
y perfumados océanos de miel.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cabalgaría sobre corceles
de vida para derrotar
al hambre voraz
que como peste maldita
mutila y silencia la vida.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
con lágrimas de júbilo
besaría al prójimo mío
y bendito por ser parte
y sueño de la vida mía.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
rogaría a los cielos
por la armonía y la amistad
de todos los seres
del universo inmortal.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
tejería sueños de libertad
sobre montes y praderas,
lagos, mares y ríos
para que en la tierra toda
germinen profundos
sueños de fraternidad.

Si fuese un instante,
si ese instante fuese ya,
abrazaría a toda la humanidad
y con susurro de querubines
le cantaría al oído
“¡Te amo por existir,
tanto como Dios
nos ama a todos por vivir!



          El poeta y novelista Diego Fortunato en la piscina del Hotel San Juan Casino de Puerto Rico disfrutando de un merecido descanso después de terminar su novela La estrella perdida, segunda de la saga de El Papiro.

domingo, 16 de septiembre de 2012

NARCISO

       Narciso (1989)
        Pintor Diego Fortunato
          Acrílico sobre cartón 68 x 46 cm.
          Colección Privada famila La Rosa-Fortunato


LIBERTAD ABSOLUTA


¿Dónde está?
Me gustaría atraparla.
Tenerla entre mis brazos.
Decirle que la he buscado
y amado toda la vida.

¡Qué libre me sentiría
en total libertad absoluta!
¿Pero existe?... ¿Es posible?
¿O sólo es un sueño, una quimera,
un ardid de los sentidos?
¿Dónde?... ¿Dónde está?
¿Es posible vivir sólo, al arbitrio
de la naturaleza y elementos,
sin dinero, sin metas, casa, auto,
esperanzas, tarjetas de crédito,
amigos, centro comerciales,
cines, parrandas y afectos?
¿Es posible vivir sin los recuerdos
que atan y muerden?
¿Es posible dejarlo todo
para alcanzar la libertad absoluta?
¿Cómo?... ¿Cómo lograrlo?
¿Cómo enterrar todo en el olvido
sin que queden cicatrices?
¿Cómo vivir al libre albedrío
sin quedar herido?
¿Es posible la libertad absoluta?
Entonces, ¿con quién compartir
la paradoja de la felicidad total?
¿Con quién podré compartir
mí libertad absoluta?...
¿Existe?... ¿Existe de verdad
la libertad absoluta?...
¿O es sólo incoherencia del alma?
¿Dejará mí mente disfrutar
a mis anchas de la libertad
absoluta cuando la consiga?
¿No me hará trampas en el camino?
¿No me impondrá condiciones?
¿Tendré que compartirla sólo con ella,
sólo con mi misma libertad absoluta?
¿Con ella exclusivamente y nadie más?
Entonces, ¿de qué me sirve
la libertad absoluta si no tengo
un afecto, un amor, con quién compartirla?
Qué paradoja más alucinante:
Quiero la libertad absoluta,
pero al alcanzarla no la quiero ya.
Es soso y aburrido no tener
con quien disfrutarla.
Ya no la quiero… ¡No la quiero ya!
La verdadera libertad es la muerte
y yo vivo quiero estar.

    ¡Ommmmmmm!... El pintor, poeta y escritor Diego Fortunato
 con Mariluz Lorza, su psicóloga preferida y una amiga, en la
paradisíaca Gran Sabana, el mundo perdido de los gigantescos
 tepuyes (Estado Bolívar, Venezuela).




¡ATENCIÓN!... ¡ATENCIÓN!... ¡ATENCIÓN!...

No se lo pierda



Lea en http://www.urlelsenordelasmontanas.blogspot.com/

el texto completo de la novela URL, EL SEÑOR DE LAS MONTAÑAS, epopeya fantástica tan premonitoria con las obras de Julio Verne, donde se delinea el dramático destino que le tocará vivir a Venezuela. Como abreboca, abajo una pequeña sinopsis de la novela.



SINOPSIS
 
En una de las más fascinantes epopeyas contemporáneas, Url, El Señor de las Montañas, un ser dotado con poderes divinos, libra feroces batallas al lado de sus guerreros para salvar a su nación de las garras de La Fuerza del Mal comandadas por el sanguinario dictador Adolfo Láchez, quien posee un entrenado y bien armado ejército de más de un millón de hombres. Para enfrentarlo, utiliza los poderes de El báculo de la Esperanza, un poderoso madero de gran fuerza destructiva que le fue legado por El Creador. Katria, una bella ex modelo, Longar, el soldado negro, Hatch, el guerrero petrolero y Kunato, el japonés estratega, son algunos de los héroes Libertarios que luchan a lado de Url en unas inhóspitas montañas enclavadas en La Cordillera de la Costa. El día de La Batalla Final, ocurrirá un acontecimiento que hará estremecer de miedo hasta a los más fieros guerreros.


diegofortunato2002@yahoo.es



 

viernes, 3 de agosto de 2012

LA PELLE (La piel)

La pelle (1989)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76.5 cm.
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección privada


LA CÁRCEL

Estoy encerrado 
en la cárcel de la mente,
pero mis pensamientos
siguen libres y al viento.
Fugaces ráfagas
tratan de opacar
la integridad
de mis ideas.
Una golondrina
venida del cielo
revela somnolienta
que la borrasca
surca los sueños.


Todo está por despertar…
Nadie jamás podrá robar
al cielo sus estrellas.
Tampoco a mi ser interno
sus vivos sentimientos.


¡No existe pesadilla
tan húmeda y morbosa!
De la cárcel huiré,
de la torre volaré,
y las ideas rescataré.


Ciega es la luz
que quiere oscurecer
la vida entera
y ciego el hombre
que no ve la calle
donde nacen las yedras.







El pintor Diego Fortunato con su hija Viviana, quien reside en Milán, junto a familiares y amigos, después que llegó, pocedente de Italia, al aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía.







miércoles, 25 de julio de 2012

LA MAJA INDÍGENA

La maja indígena (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada.





ESTABA RECOSTADO SOBRE UN DESEO


Tirado en noche
oscura sobre el verde
y oloroso prado salvaje
y al abrigo de un paraguas
de estrellas, miraba al cielo
en busca de un lucero fugaz
para pedirle un deseo.


Estaba alejado del mundo,
de sus guerras criminales,
de sus odios infernales,
de sus luchas malditas
y violencia materialista.


Estaba ahí, donde la paz
puso su nido. Donde Dios
hace la siesta en días festivos.
Alejado de la eternidad
de las horas opacas y sin sentido.
De las luchas estériles de los poseídos
por el olor del dinero y la riqueza perversa.


Estaba en esa gran sabana,
hoy ungido paraíso terrenal,
que aún no ha sido contaminado
por la civilización siniestra y letal.
Estaba entre seres puros en humildad,
en el único recodo que se ha salvado
de la rapaz garra sucia e inmoral.


No sé si me perdonarán
mis hospedantes, los sabios
pemones, arekunas y demás,
pero se me hace necesario
revelar dónde estaba a fin
de enseñar al mundo
el ejemplo que ustedes dan.


Quizá los haré más adelante,
pero antes quiero terminar
con lo que había comenzado:
La noche se teñía de azul oscuro,
de ese color que nadie ha visto
ni yo sé descifrar. Mis ojos bien directos
no dejaban de apuntar al cielo,
mientras mis labios se desdibujaban
sin querer en sonrisa placentera.
No hay palabras, ni mano humana
que pueda atrapar ese momento.


Mientras suspiraba apareció una,
después otra y luego una legión más.
Eran tantas y tan rápidas,
que se me olvidaron los deseos.
Cerré los ojos suavemente y pensé:
Necesito un sólo deseo
para todas ellas y que todas juntas
logren realizarlo. Volví a suspirar
y pronto dije en mis adentros: “Señor,
Dios mío, devuélvele al ser humano
la espiritualidad perdida… ¡Por favor!”.


Al instante abrí los ojos y desde la pérgola
del cielo, las estrellas aún fluían
con fulgor, rapidez y reluciente armonía.
Parecían fuegos artificiales venidos
de las bóvedas del infinito desconocido.
¡Qué espectáculo tan magistral que ojos
humanos y radiantes pudieron ver y maravillar!


Me incorporé tranquilo. Sacudí
alguna paja que se había adherido
a mi camisa de lino y caminé lento
hacia la churuata, una especie de castillo
tejido con telarañas de palma moriche.
Suspiré otra vez, esta vez aún más profundo,
que creo que hasta en el fin del mundo
se escuchó su sentir. Acordeones,
una flauta y un violín sonaron en mí ser,
muy adentro, tanto que aún lo siento.
Fue la señal, no sé. No me atrevo a predecirlo.
Lo único que sé es que mi deseo pronto
se cumplirá porque el mundo ansioso está.


Volviendo a lo otro,
con mucha pena y obediencia
debo decir que me fue negado
y al mismo tiempo yo me lo he prohibido,
revelar dónde queda mi paraíso terrenal.
Está en la Tierra, claro está.
Ni tan cerca ni tan lejos, dependiendo
de donde usted está. Pero una cosa
es cierta :¡Ahí no hay maldad!


Una pista les he dado
porque así me fue permitido.
No hay mal sentido en este relato.
Lo lamento mucho, pero debo preservar
el único recodo donde Dios en las tardes
va a descansar y a soñar por un hombre
justo, espiritual, más humano y menos letal.


¡Lo sé!… ¡Él también sabe que vendrá!

lunes, 25 de junio de 2012

¿POR QUÉ LLORAN LAS MARIPOSAS?

La intimidad
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Tamaño: 150 x 100 cm.
Año: 1985
Serie: La famme en ocre
Colección Privada Nina Kors


POR QUÉ LLORAN LAS MARIPOSAS



Tirado en la ribera de la nada
pensaba en el atardecer
de la primavera, en los bosques
callados y siempre vivos
de la sabiduría silenciosa.


Escuchaba el riachuelo
de mi alma descorrer
hacia el eterno
soplo del viento.


Miraba embelesado
a los pájaros cantores
de fantasías y quimeras

que cabalgan en los sueños.


Miraba al mundo
girar en torno mío
pero no entendía
sus movimientos
ni el porqué de la vida.


Todo fluye. Nada es eterno.
Hasta la muerte es temporal,
como temporales son
las ideas y las ilusiones.


Me vi tirado
sobre una alfombra
de hierba viva
adornada por flores
de tantos colores
que el mismísimo arco iris
las hubiese envidiado
si ese vil defecto
albergase su juego golondrino.




Estaba tan feliz
que hasta la dicha
susurraba su alegría
en el eco de la montaña.


De pronto vi una,
después otra,
más adelante a millones
de hermosas mariposas
de múltiples colores, formas
y maneras de danzar al viento.


Una muy pequeña,
de tiernas y agraciadas
alas color azul cobalto
ribeteadas de perfumado
listón blanco, dejaba
descorrer una lágrima
por su inocente mejilla.


No pude permanecer más tiempo
tendido en la hierba viva.
Me incorporé, fui hacia
ella y curioso le pregunté:
¿por qué lloras mariposa?


Levantó su rostro
y con la lágrima
aún rodando hacia
la inmensidad intangible,
me dijo: Por el mundo…
Por ustedes…
¿Y por qué?, la interrumpí
en su sollozo interior sin
dejarla concluir.
Porque navegan hacia el fin
y siquiera se han dado cuenta.


Me recosté junto a ella
y puse a pensar a su lado
mientras una gran lágrima
también rodaba por mi rostro.




Con mis hijas Daniela y Deborah en el Lungo Mare de Milazzo (Sicilia, Italia).

sábado, 9 de junio de 2012

LA GOLONDRINA ESCAPADA DEL HORIZONTE


La golondrina escapada del horizonte (2006)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 60 x 40 cm.
Serie BAILARINAS INFINITAS
COLECCIÓN PRIVADA:
Familia González-Fortunato La Rosa




Sylvie Guillem, bailarina modelo del cuadro.






LA GOLONDRINA ESCAPADA DEL HORIZONTE


Mis ojos bohemios
surcaban el horizonte
desdibujado de luz y olvido
cuando de pronto
vi a una golondrina
que parecía perdida
regresar con canto
de vida al nido.

Un perfume
de dulce esperanza
inundó a su paso mi pincel
que sobre el lienzo
vestido de azul pastel
con esbozos de madreperla
vibró con latido fiel.

Dócil y placentero
el día se fue acurrucando
en los brazos de la noche
porque había nacido
una golondrina
con alas de poesía.

Allí, desde su pequeño nido,
construido de blanco lino,
en vigilia permanente de paz y amor
señala bendita el sendero
de la felicidad y quimeras soñadas
a mi adorada y dulce hija.

La última vez que la vi
surcaba llena de dicha
mares y océanos,
montes, colinas y ríos
para volver a los brazos
de la libertad concedida.

Ahora está lejos, muy lejos,
pero tan cerca de mi corazón
que en un soplo puedo tocarla.

El pintor, poeta, novelista y ensayista Diego Fortunato con sus hijas
 Viviana y Daniela en Milán (Italia).

domingo, 27 de mayo de 2012

DIEGO FORTUNATO VISTO A TRAVÉS DEL OJO DE FERNANDO BOTERO

Retrato hecho por el maestro Fernando Botero
a Diego Fortunato en el taller del artista
en Pietrasanta,Toscana, Italia (1986).




UNA VEZ


Una vez tiré una piedra al río.
Salpicó el agua y la piedra
se me ha perdido. Volví a tirar
otra, pero no tenía sentido.
Me metí en el río a buscarla
pero habían muchas iguales a la mía.
Retrocedí y miré al río.
Siempre corría sin detenerse,
sin mirar a la piedra mía.
Entonces comprendí
que el río es como la vida,
nunca se detiene aunque
se lleve al alma mía.



El pintor, novelista y poeta Diego Fortunato junto al maestro Fernando Botero en una exposición colectiva realizada en la Galería MTD de Caracas. A la izquierda puede observarse parte del cuadro El descanso, obra de Fortunato perteneciente a su serie Mujeres de Piel de Sombra

Botero y yo
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre cartón
Medidas. 66 x 48 cm.
Año: 1987
Colección Privada


Primer encuentro
de Diego Fortunato con el maestro
Fernando Botero. Fue en Pietrasanta,
Italia, en 1986. Ocasión
que no desperdició Fortunato para
hacerle una amplia entrevista,
publicada en la revista Elite (Cadena
Capriles, Caracas, Venezuela),
la cual fue del total agrado y elogios
del maestro. Arriba,
las primeras dos
páginas de dicho reportaje.





    

domingo, 20 de mayo de 2012

INCERTIDUMBRE




En el año del silencio
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Medidas: 150 x 100 cm.
Año:1991
Serie: Horizontes Perdidos
Colección Privada Casa-Museo Pedro y Carmen Tinoco (La Habana, Cuba). 




INCERTIDUMBRE





Voy a navegar
en los vientos.
¡Qué me abrace
la incertidumbre!




Iré donde los dioses
caminan sobre sueños.
Donde las hadas
tejen laberintos
de amor. Donde
los duendes danzan
en las olas del tiempo.




Sólo me dejaré ir.
Sin resistencia alguna.
Sin temor a la incertidumbre.
Iré como guerrero solitario
donde la soledad
huela a carmín dulce.
Donde la paz
de los desterrados
abriguen esperanzas
benditas y no un ocaso
nublado de odio.
Iré a la deriva
de las gotas marchitas.
De las perlas de azabache
que gritan con furia
palabras de amor.




Buscaré entre los corrales
de la paz y hallaré
las sendas misericordiosas
de los ojos benditos
del ruiseñor.
Yaceré en sus brazos
alados y me dejaré
llevar por los caminos
escondidos. Por los cielos
moteados de celeste
incertidumbre. Iré allá,
donde nadie me espera.
Iré allá, donde el amor germina.
Iré allá, donde los sueños
no perecen, donde la vida
es dulce quimera
de dioses y poetas.




¡Voy a navegar
en los vientos!...
¡Qué me abrace
la incertidumbre!





El pintor, novelista y poeta Diego Fortunato en La Habana, Cuba, donde asistió a la inauguración de la Casa-Museo Pedro y Carmen Tinoco, situada en la calle Los Oficios de esa ciudad, museo donde se exhibe permanentemente En el año del silencio, obra cuya foto puede apreciarse arriba.