miércoles, 16 de septiembre de 2009

CUALQUIERA DIRÍA QUE ES UNA COPIA DE LA MONA LISA


Cualquiera diría que es una copia de la Mona Lisa (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 80 x 60 cm.


A LA VENTA

El monto de la venta será destinado a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS


EL ALBA

Soñar despierto
es ver el alba mía.
Los crisoles
que dan la bienvenida
al nuevo día.
Las luces y destellos,
las palabras divinas
que brotan del cielo
y ese corazón
que llaman Sol,
que enciende al día
a la nueva vida.

Lo observo encantado,
como muchacho chiflado,
porque en su orgullo
presiento el murmullo
de cosas benditas.

Me enloquece
y me mima,
porque son las cosas
que me invitan a estar
más cerca del Creador.

No sé si es su resplandor,
pero nunca dejaré
de absorber sus rayos
que producen
un sabor que sólo
el amor puede brindar.

jueves, 3 de septiembre de 2009

CAMINANDO SOBRE EL SENDERO DEL BIEN


Caminando sobre el sendero del bien (2005)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina 60 x50 cm.
SERIE: EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS


LA VIDA ES SUSPIRO

Estar vivo es suspirar
sentir el aliento del aire
galopando en las veredas del alma.
Ver pincelar el arcoiris del amor
en los paisajes de la vida
donde los sueños navegan
y la fantasía se vuelve realidad.

No hay vida sin sueños
ni amor sin pasión.
Un suspiro es el aliento
de la golondrina que aloja su nido
en tejado curtido de afectos
sobre la historia del tiempo.

El suspiro es el milagro,
el ángel, el mensajero
glorioso que nos recuerda
que la vida es quimera
y las glorias perecederas.

Atrapa los suspiros .
Las hojas de otoño
antes que inicien vuelo
sobre lágrimas de olvido.

La vida es suspiro.
Saborea sus mieles.
Adorna sus primaveras
y sube a los briosos

corceles de vida
que dichosos relinchan
en las floridas praderas
del vientre bendito

de la tierra
que nos da amor y cobijo.

LA GOLONDRINA ESCAPADA DEL HORIZONTE


La golondrina escapada del horizonte (2008)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 60 x 40 cm.
Serie: BAILARINAS INFINITAS
Colección Privada familia González F. La Rosa (Milán, Italia)



BAILA CON LAS ESTRELLAS
Todo es luz
donde hay amor.
Donde las estrellas
bailan sin temor.
Es el tiempo
el que sueña.
La vida baila
sin miedo
en el arcoiris
de la existencia.
Baila al vaivén
de las cuerdas
del violín,
en el sonido
que te lleva
hasta el fin
de los tiempos.
Baila…Baila
con las estrellas
en su regazo de paz
y déjate llevar
a la ventura.
Baila… Baila libre
sobre la felicidad,
en su brillo,
en la libertad
que acaricia
las horas
de paz infinita.
Baila … Baila
con las estrellas
.



EL pintor, poeta y novelista Diego Fortunato en Madrid,
al lado de la estatua de Federico García Lorca.

lunes, 31 de agosto de 2009

SUEÑO DE AMOR EN EL PRADO


Sueño de amor en el prado (1997)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie: HORIZONTES PERDIDOS
Colección Privada familia Di Geronimo.



SUEÑOS ROTOS

Como fantasmas
los veo deambular
desde mi ventana
todas las mañanas.

Unos corren altivos
con la esperanza
dibujada en sus rostros.
Otros cabizbajos
y pensativos.
Otros tan
apesadumbrados
que parecen
cargar un mundo
de penurias
en sus hombros.
Unos van tristes,
otros preocupados.
Algunos van
desvariando,
otros cantando.
Los hay
de los que van
riendo,
otros llorando.
Se ven
rostros opacos,
otros brillantes.
Los hay
con energía
y también
sin fuerzas.
Los hay
con cara
de hambre
y los hay
satisfechos.
Pero todos corren…

Los más jóvenes
llevan un cántaro
de sueños
y alegría
en sus mochilas.
Caminan tan
apresurados
que semejan
pájaros volar tras
sus fantasías
sin saber
que muchos
nunca
la alcanzarán.
La vida
no está hecha
de quimeras
sino de realidades.
Pero corren…
Corren mucho.
Unos a pasos cortos
otros en largas zancadas.
Algunos parecen
liebres en el prado.
Otros marionetas
zigzagueantes.
Unos van
al norte.
Otros al sur.
Algunos al este
y también
los hay rumbo
al oeste.

Corren… Todos corren…
Algunas mujeres
marchan al redoble
de sus tacones.
Otras en el silencio
de sus zapatos de goma.
Pero todos corren… Corren.
Hasta los niños que van
al colegio corren
de la mano de su madre.
Y los más bebés
también corren
en sus coches
y calesitas empujadas
por sus padres
quienes también corren
mientras los trasladan.
No es el preludio
del fin del mundo,
pero todos corren.

¿Dónde van?...
¿Quién llegará primero?
¿Quién lo logrará?
Es la carrera
por la vida…
Por los sueños rotos.

Parecen hormigas…
Abejas tras un panal,
sin saber que la vida
es efímera tal soplo
y los sueños inmortales.

Los veo
desde mi ventana
y me angustio.
Corren en días
lluviosos
o cuando
hay bruma.
Corren
con el sol
ardiendo
en sus espaldas.
Corren… Corren
tras un autobús
y en las paradas
se atropellan.
Corren en el metro
donde semejan
robots desquiciados
cual centellas.
Corren en las avenidas
sin saber donde pisan.
Corren en las autopistas
que hoy en día
son vías de maniáticos
y chiflados.
Corren en los ascensores.
Arriba y abajo.
Abajo y arriba,
solo por dinero,
un mendrugo
que comer
y una cama
vacía de realidad.
Corren por las escaleras…
Corren por las cuestas
empinadas
y sinuosas bajadas.
Siempre corren
Como si correr
fuese vivir.
Pocos son
los que coreen
tras la misericordia…
Tras el amor
divino teñido
de esperanza.

Todos corren… Corren
Unos más aprisa.
Otros más despacio,
pero corren y corren
sin saber
que los caminos
del tiempo
conducen siempre
a la tierra donde
los sueños
al fin son
inmortales
y duran
una eternidad.

Hace tiempo
dejé de correr.
Ahora que corra
el viento tras de mi.
Ya no soy hombre,
ni sueño, ni mortal
o inmortal,
sino un viajero
que mira
la inmensidad
desde la ventana.

martes, 25 de agosto de 2009

LA MÁSCARA


La máscara (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 122 x 76,5 cm.
Colección Privada familia La Rosa Pastrán (Miami, USA)




NUNCA BUSQUES EL SILENCIO


Escucharte, música,
es susurro celestial.
Violín o flauta, arpa o pianoforte,
lágrima cristalina
que deleitas el alma mía,
y el vuelo de las golondrinas.

Canto de perdices y ruiseñores…
¡No hay Cristo más alegre
que al que le cantan los cantores!…
La melodía pellizca la tierra
y ella, bendita, besa sus notas.
¡Eso es la música!

Me pierdo en sus cenizas.
Vuelvo loco la vista
para atrapar sus acordes
en el viento
pero quedo sin aliento.

¿Quién inventó la música?... ¿Dónde
está el Dios que dio su aprobación?...
¿Quién posee un oído tan divino
que hasta la esperanza
y el sufrimiento sienten su olor?

Si la razón fuese de papel,
un pentagrama fiel
escribiría sobre su piel.
La música es la vida.
Suspiro de dioses.
En cambio, la poesía
es el sueño de la música,
la palabra escrita en el corazón,
en el sufrimiento,
el llanto lejano y el dolor,
y la pintura la imagen
que todo lo cubre,
que todo lo disfraza
y colorea en el lienzo.

¡Habla corazón!... ¡Habla!...
pincela el amor,
la música y los versos
sobre los hijos de la tierra.
Germina la última canción
de la esperanza
y regrésale la alegría de vivir.

Nunca busques el silencio...
¡Huye de la inercia!...
¡Atrapa el movimiento!...
Porque sólo en la música
está el ruido de los sentimientos.

viernes, 21 de agosto de 2009

EL VIGILANTE DE LOS SUEÑOS DE AGOSTO


El vigilante de los sueños de agosto (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina, 14, 7 x 21 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS

Extractos de mi libro PENSAMIENTOS Y SENTMIENTOS


Dios ama a los soñadores y condena
a los materialistas pecadores.


La paz interior se logra con amor

puro y huérfano de egoísmo.


La soberbia y la prepotencia moran

en el alma de los perturbados.


Hay una sola Biblia, cien mil billones

de libros. Una única verdad, mil mentiras.
¡Decide por ti mismo!


El pez muere por la boca, el hombre también.

Pero la cuestión es: ¿Quién fue el primero?


El arte es como los sueños… ¡Inmortal!


No hay huracán tan fuerte que pueda
hacerte
olvidar que eres parte de la creación y la vida.


No existen caminos cortos ni largos,

sino uno: el de la fe.


Desnudando nuestras almas

conseguiremos vestirlas de paz.


Un rayo, un relámpago, así es la vida.

¡Vívela como si fuese el último segundo
de tu existencia!


Dios dame humildad y amor antes

que riqueza y enséñame a distribuirla
entre los necesitados.

martes, 18 de agosto de 2009

NO TODO PARECE LO QUE ES EN EL MUNDO IGNOTO DE LOS PRÍNCIPES DE LAS COSAS IRREALES


No todo parece lo que es en el mundo ignoto
de los príncipes de las cosas irreales (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina, 50 x 40 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN



A LA VENTA

Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS




LA CULPA

Reía como un loco,
de felicidad y quimeras.
Estaba sólo,
apoyado de un sueño,
y de pronto ante mis ojos
apareció una imagen incolora.
Sabía quién era, pero dudaba
en saludarla, porque, por su cara,
presentía que algo turbio se traía.
Apacigüé los sentidos y como hombre
vivido me dispuse a escuchar su pena.
Soy el juez, me dijo, y quiero oír
de tu boca y aliento lo que presiento.
No se a que has venido,
pero juro que en mi vida no hay delito
que deba confesar, objeté buscando alivio.
¡Si hay uno!, contestó altanero,
y aunque seas bien nacido,
debo endosar tú culpa en el camino.
¿Cuál culpa?, pregunté con inocencia…
¡La de haber vivido!,
imprecó con impertinencia.
Pensé por unos instantes
y enseguida respondí:
La culpa es amor marchito,
las mentiras y el engaño,
los hábitos malsanos y los años sufridos.
Enmudeció por instantes,
luego balbuceó y sin querer,
de su garganta brotó: ¡Soy El Juez!...
La culpa es mi dominio y no habrá hombre
en la tierra que escape a mis designios…
¡Soy El Juez!, volvió a mascullar
con asco contagioso…
Dices palabras
que no concibo en mi vocabulario,
pronuncié resuelto.
Entonces... Si no me entiendes, diré:
La culpa es grande y poderosa,
tiene aliados impensados,
entre ellos bribones, magistrados y religiosos,
psiquiatras, políticos, médicos y loqueros
y locos enteros que sirven a mis intereses.
Me conmoví tanto,
que mis emociones regresaron.
No pude pensar, tampoco dudé,
y con palabras arrebatadas de Dios, le dije:
“Donde nace la aurora
nace la esperanza y con ella la vida
y donde hay vida hay amor
y la culpa es sepulcro del perdón”.
Eran frases que había inventado por miedo.
Un ardid para evadir la culpa.
Una sonora carcajada
retumbó a mis espaldas.
¡La culpa, escuché decir,
nunca dejará de existir!
Dije, entonces: ¡Basta!...
¡Dios, condena mis pecados!
Se movió la tierra…
El hombre renació aquel día.
El olivo, la pez perdida,
los ángeles, la esperanza,
los santos, las vírgenes de toda mi vida,
las rosas, blancas y rojas,
y el canto de las perdices
volvieron a la vida
aquel día que naufragó el olvido.
No pude resistir
y en voz ahogada y firme grité:
¡Donde hay amor no hay temor sino vida!…
Después, años después,
cuando el tiempo
se perdió en la lejanía,
volví a mis encierros,
a mis locuras, a mis vidas vividas.
Quise saber qué pasó
en el tiempo después del entierro
de la locura total.
En fin, quería preguntar: Dé quién es la culpa:
¿Del hombre o del ser?…
¿De sus acciones o defectos?...
¿Hay cordura en la culpa?…
¿Cuál es el principio, cuál el fin?

LA HIJA DEL REY DEL SUMO


La hija del rey del sumo (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina 12.7 x 21.5 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN




A LA VENTA

Lo reacaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS





LA ENFERMEDAD Y EL CUERPO


Cuenta la leyenda
que en una noche de luna llena,
en el preciso instante que la oscuridad
estrechaba sus manos con el día
en un bosque que pincelaba
de gris el horizonte de la eternidad,
aconteció la boda.
Dos hadas se juntaron.
Una se llamaba
Cría y la otra Porfía.
Una era buena, la primera,
y la segunda malévola y dañina.
No sé qué rayos
partieron al universo,
pero aquella unión
de pronto se volvió incierta.
Fue tanto el dolor inflingido,
que se batieron en largo duelo.
Las dos eran heroínas
y titanes de las fábulas
del Olimpo de la fantasía.
Al ver lucha tan estéril y banal,
el Dios de la Bondad las separó
de las alturas para enviarlas
a la locura terrenal.
Desterradas, no les quedó
más remedio que separar sus cuerpos.
Fue así como en la Tierra,
donde todo era paz y libertad,
nació el cuerpo y la enfermedad.
Desde aquel entonces,
irreconciliables en su afán,
no hubo más remedio
que buscar consuelo
en la botica, el médico
o el curandero de la ciudad.

viernes, 14 de agosto de 2009

CRIATURA DE SUEÑOS ROTOS



Criatura de sueños rotos (1993)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x90 cm.
Serie: HORIZONTES PERDIDOS
(Destruido durante un articidio)



PERDÍ UN SENTIMIENTO

No sé si voy a morir
ahora o después.
Soy una sombra muda de afectos…
Un ruido, quizás… Sólo eso…
Pero quiero hablar… Es mi momento…
Es lo último que pienso hacer.
Por eso me atrevo a contar
lo que estaba sepultado
en las cicatrices
que reflejan el ayer.
La historia es corta,
como todas las de quienes
se entregan por amor.
Todo se sintetiza en una frase:
“La quise y me traicionó”…
¡Sí!, así de simple,
se fue y dejó la herida…
La llaga maligna marcó
el fin con estrofa y sin solfeo.
Aprisioné las palabras…
Quise apedrearlas…
Las letras del eco aturden
y fusilan mis entrañas…
No voy a escapar,
menos refugiarme
en la compasión
del entendimiento.
La muerte sonríe
aturdida cerca de mí, a mí lado…
Muy cerca… Me acaricia.
Quizás es su venganza hacia la vida…
¡Bienvenida!, exclamé…
“¡El miedo está enterrado en el dolor!”,
agregué complacido,
como si en verdad
estuviese convencido
de lo que estaba por venir…
La prosa volvió
a ser poesía aquel día.
Los cipreses lloraron,
el sentimiento agonizó cerca del río…
Hubo luto en la montaña.
Hasta las sombras se conmovieron.
Luego, al poco tiempo,
los seres queridos volvieron
a la gloria y a las causas perdidas…
¡Así es la vida!... ¡Así es la muerte!...
Perdí mucho, quizás nada…
Quizás sólo un sentimiento…
¿Y qué es la vida
si no hay sentimientos?...
¡Nada!... ¡La muerte viva!...








jueves, 13 de agosto de 2009

EL CRISTAL QUE TRANSPARENTA EL ALMA


El cristal que transparenta el alma (2008)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA


A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS





NECESITABA LLORAR

¡Ay amarga pena!
Necesitaba llorar recostado
de la perla espuma.

Necesitaba desahogar
el cristal que transparenta mi alma.
¡Ay amarga pena!

Las plumas del alba
cantan en remolino
sobre la imagen del viento.
¡Ay amarga pena!

Quería pellizcar las veredas
que tejen la aurora.
Quería surcar en las calaveras
y en los claveles de la pradera.
¡Ay amarga pena!
¡Ay gota borrosa
que inundas de lágrimas las venas!

Los ojos se llenan
de dulce primavera.
Todo embriaga
con su locura la mar sin frontera.
¡Ay amarga pena!
¡Ay canto, ay guitarra
que despiertas las penas!

¡Ay estatua de agua
que cincelas el aire blando!
Necesitaba llorar recostado
de la perla espuma.
¡Ay amarga pena!

miércoles, 12 de agosto de 2009

EL PRÍNCIPE DE LOS FAISANES DORMIDOS


El príncipe de los faisanes dormidos (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina, 50 x 30 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN

A LA VENTA
Lo recaudado irá a beneficio de la
FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS



GÉLIDO APOCALIPSIS

El clima, el adorable
sueño de verano,
alma de bañistas
y excursionistas,
cielo coronado de un sol
resplandeciente,
musa de poetas,
soñadores y pintores,
se convertirá en arma
mortal que pronto
nos extinguirá.

Todo está variando.
Tomando formas
tan raras y perversas
que asustan y hacen temblar
hasta a las más crueles
y malvadas ánimas
de los abismos infernales.

Su cambio destructor
será más poderoso
que cien bombas
atómicas o de plutonio,
y contra la fuerza
de la naturaleza
nada se podrá
hacer o predecir.
Lo único que se sabe
es que todo acabará
en forma catastrófica
y sin piedad con la loca,
confiada, desprotegida
y bella humanidad.

Miles de vidas y años
de progreso y desarrollo
se extinguirán en parpadeo
fugaz después de las diez
últimas vistas primaveras
de luz parpadeante y mortal.

Enmascarados tras sutil
y traicionero otoño
los voraces glaciales
se lanzarán con furia
sangrienta sobre la tierra
para devorar al hombre
y toda la humanidad
y sumergirlo en tumba
desolada, fría y mortal.

Un tenue cambio alcalino
acabará con todo movimiento.
La corriente del golfo
enloquecerá llevándose
vidas y sueños,
así como hizo
en un principio
con dinosaurios,
cavernícolas,
aztecas y vikingos.

Los inviernos
serán más gélidos.
Nada será habitable.
La cantidad de nieves
y las tormentas
matarán a dos tercios
de la humanidad
en menos de diez años
o mucho antes
de que la congelada
sociedad se dé cuenta
de su fría realidad.

Todo será crudo
y el verano se irá al olvido.
Los río y el norte de Europa,
así como París y Londres
además de todo el noreste
de los Estados Unidos
será devastado sin piedad
por mortales tempestades
y enterrados por siglos
en nevadas infernales.

El Niño sepultará
de lodo a Los Ángeles,
Boston y otros miles
de poblados y ciudades
al norte del imperio
que ya no lo será.

Sequías destructoras.
La agricultura desaparecerá
en Canadá, India y el Norte de China
y los océanos cálidos provocarán
tormentas poderosas.
América Latina y África
serán asoladas
por calamidades
climáticas que teñirán
de luto cruel a millones
de almas desnudas,
solas y hambrientas.

La escasez de agua potable
no será nada comparado
con los mortales tornados
y gigantescos aluviones.
Dos mil millones de personas
morirán casi al instante
y a los cien años el sol
hará resurgir de los hielos
putrefactos al nuevo hombre.
Otra civilización,
más humana y menos letal
resurgirá de los escombros
y tumbas de cristal.

El arma más terrible y mortal
que pende sobre la cerviz
de la humanidad es el clima
y sólo el más fuerte
y afortunado se salvará.
De esa forma un tercio
de la humanidad renacerá.

El fin ha empezado
y nadie ha reparado
en el Gélido Apocalipsis
que navega sobre hielo
y que en apenas diez
años nos alcanzará.

La tormenta toca la puerta
y nadie la escucha… Siquiera
su frío aliento de muerte.
Nadie percibe el trote
de los briosos caballos
vestidos de nieve que silentes
cabalgan sobre la vida.

lunes, 10 de agosto de 2009

CHANG-LI, EL CAZADOR DE LOS PENSAMIENTOS SUBLIMES



Chan Ling, el cazador de pensamientos sublimes (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina, 40 x 30 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN



De mi libro PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS



No busques entender, menos comprender, sólo escucha tu voz interior, la cual nunca miente.


Construye con amor tu mundo interior y edificarás un mundo exterior mejor.


Respira hondo y absorbe el néctar de tu vida interior.


Ama profundamente, sin limitaciones, y verás florecer la primavera de tu espíritu celestial.


El silencio del alma es la paz del espíritu.


Ríe con alegría y desatarás los ángeles del alma.



La gloria verdadera está en lo infinito de tu conciencia.


Interpreta las frases de un suspiro y escucharás la voz de Dios.


La vida es un suspiro. No busques alcanzar imposibles, sólo ser feliz.


Escucha la voz que no oyes pero que grita desde el fondo de tu corazón.


El amor es el todo en la nada, la exaltación de la vida. No lo dejes escapar.


La palabra es la voz del silencio.


Imita el trinar de un pájaro y déjate llevar por su canto de paz y alegría.


La muerte no es el fin sino el principio de la vida eterna.

domingo, 9 de agosto de 2009

EL BAÚL


El baúl (1997)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 70 x 50 cm.
Colección Privada familia Capriles Ayala.





LADRÓN DE RECUERDOS


Busco sobre
las estepas del gris,
en las redondeces
de la memoria,
sobre las sombras
de las horas idas
y encuentro
el vacío de la nada
que me sonríe
como niña sorprendida.

Giro los ojos del pasado
hacia las profundidades
y un oscuro camino
que por instantes se ilumina,
indica el paso,
corto y escarpado,
hacia el ayer.

No hay rosas ni violetas
menos cosas benditas.
Ramas de terciopelo
o faroles de agua dulce.
Tampoco polvo,
lluvia o tormentas…
Pero es la vía.

Llego al final del sendero
agotado, pero sereno.
En el rincón más oscuro
encuentro un cofre,
que en una época fue reluciente,
con su boca abierta,
como pidiendo clemencia.
A pasos lentos me acerco.
No hizo falta más,
sólo dos pisadas.
Todo olía a estiércol.
Un caballero andante,
quizás un gitano,
un pirata o un fantasma
montado en un corcel
vestido de rabia
se había robado mis recuerdos,
mi historia,
la que creía no valía nada.
Ahora sólo soy el presente.
No hay pasado,
sólo un futuro incierto
que algún día
pertenecerá a los recuerdos.

viernes, 7 de agosto de 2009

EN EL NIDO DE LA ROSA


En el nido de la rosa (2008)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 120 x 90 cm.
Serie: BAILARINAS INFINITAS
  • A LA VENTA

Lo recaudado irá a beneficio de la

FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS




EN EL NIDO DE LA ROSA


Seducido
por la misteriosa
belleza y perfume
inmaculado de las rosas,
tomé paleta y pincel,
salpiqué con desenfado
unos colores sobre la tela
y comencé a soñar despierto.

Son tan delicadas…
Tan hermosas…
No importa sin son blancas,
rosas, rojas o color marfil,
que de sólo verlas siento
presenciar el nacimiento
de un hermoso querubín
con suaves mejillas
moteadas de carmín.

En armoniosa melodía
el pincel de la imaginación
me llevó a penetrar su nido
lleno de enigmas y fantasías.
Sentí su corazón latir cerca de mí.
Era como observar todos
los sueños de la humanidad
juntos en solo verso.

De la paleta explotó el color
y regó el lienzo de vida.
Luego vino el blanco
y los espirales de verde tallo
con sus raíces de amarillo
macerado en el tiempo,
hasta que de su centro nació
lo que me había imaginado:
una bailarina preámbulo
de dioses y alma de rosa.

¡Al fin la terminé!…
Está ahí, despierta, viva,
mirando sorprendida
el mundo que le di
atrapada en el frágil lienzo
que ahora es su prisión.

¡Oh, locura!... ¡Por qué lo hice!
¿Por qué la condené
a la demencia
de la vida terrenal?...
Me arrepiento… ¡Lo juro!
Esperaré callado
el castigo por tan cruel
y despiadado sacrilegio.

jueves, 6 de agosto de 2009

LA NÁUFRAGO


La náufrago (2003)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.
Serie: VITRALES VIRTUALES
  • A LA VENTA

Lo recaudado irá en beneficio de la

FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITAS





¡QUÉ BELLO ES VIVIR!


Aunque me duela el alma
y la tristeza arrope
mis sentimiento,
venceré el desamor
con la fuerza de Dios.

Y no es porque sea lego
o un bobo santurrón
que cree con fanático
fervor en el Divino Señor.

Es que el día a día,
la flor que hueles,
el aire que respiras,
el cielo que brilla
ante tus ojos
es la vida que lanza
su aroma de existencia
a la bondad infinita.

¡Vive!.... ¡Vive!...
Siempre vive…
Porque la vida es bella
pese a sus amarguras,
desaciertos y conjuros.
Nadie jamás podrá
derrotarla porque la vida
es el dulce y hermoso
cántaro donde brilla
la fe, el optimismo
y un huerto lleno
de esperanzas.

¡Es el regalo de Dios!...
¡Aprovechémoslo!...
¡Dura muy poco!

miércoles, 5 de agosto de 2009

EL CARGADOR DE LA BOTIJA CON FLORES DE INVIERNO


El cargador de la botija
con flores de invierno (2005)
Autor: Diego Fortunato
Acrílico y tinta china sobre cartulina, 30 x 20 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN


EL ALBA


Soñar despierto
es ver el alba mía.
Los crisoles
que dan la bienvenida
al nuevo día.
Las luces y destellos,
las palabras divinas
que brotan del cielo
y ese corazón
que llaman Sol,
que enciende al día
a la nueva vida.

Lo observo encantado,
como muchacho chiflado,
porque en su orgullo
presiento el murmullo
de cosas benditas.

Me enloquece
y me mima,
porque son las cosas
que me invitan a estar
más cerca del Creador.

No sé si es su resplandor,
pero nunca dejaré
de absorber sus rayos
que producen
un sabor que sólo
el amor puede brindar.

domingo, 2 de agosto de 2009

LA CONGOJA


La congoja (1998)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 12.5 x 76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada.



PEREGRINO


¡Rosas!... El canto del cristofué se aleja.
Jazmines perfuman el cielo con su olor de llanto.
La brisa acaricia el aire callado y perenne.
Las grullas vagan a su suerte…, hacia la alegría.

¡Callo!... El ruido de la mente opaca el alma.
Siento las olas batir en mis sienes blancas.
El océano abarca la mar de los pensamientos.
Nado en el universo de la nada…Voy más allá...
Soy peregrino del tiempo… Viajante de la nada.
Un vagabundo errante… Caminante silencioso…
¡Soñador de sueños!… ¡Encantador de ilusiones!...

sábado, 1 de agosto de 2009

EL DESCANSO


El descanso (1996)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 122.5 x 76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada famila Nocerino (Italia).





EL ENIGMA DEL AMOR

¿Qué sería
del mundo
si no existiese
el amor?
El vació, la nada
en la existencia.
Sería el ocaso
de los sueños,
el fin, la muerte
y con esta
la esperanza.

Sin amor
nada hay
ni nada somos.
La vida no
tendría sentido
sin su abrigo.
Sería oscuridad
y tormento.
Las caricias
y la ternura
así como
la risa pura
reposarían
en la sepultura.

¡Qué niños
nacerían!...
Y a los ancianos,
¿en qué pestilente
mundo los tirarían?
¿Dónde
a los lisiados,
huérfanos,
enfermos,
pobres
y desheredados?

Sin amor
nada somos
ni nada
podemos ser.
El amor
lo es todo
y sin amor
la humanidad
se extinguiría
en un soplo
sin disparar
cartucho alguno
y poca falta harían
bombas atómicas
o guerras intestinas.

El amor lo es todo.
El suspiro, el aire
que respiras
y la mano amiga
que te salva la vida.
Las lágrimas,
el consuelo
y la dicha
de estar vivo
en el firmamento.

No hay vida
sin amor,
ni amor sin vida.
Son indivisibles,
como el cielo
y la tierra,
como el agua
y el río,
como la mente
y el cuerpo.
Siempre juntos,
de las manos
tomadas,
será su largo
caminar.

Nunca podrán
vivir separados
porque así lo quiso
el Creador
al regalarnos
el milagro eterno
del amor.


























viernes, 31 de julio de 2009

EL SILENCIO DE LA LÍNEA

El silencio de la línea (2005)
Autor: Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina, 30 x 20 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN


PIEL

Es suave como el amor.
Terciopelo de las horas.
Son mis manos de piel,
las que tocan tú sed,
las que acarician
tus palabras de miel.

Es mí cuerpo…
Tú piel está en mí.
Ardiendo estamos
como volcanes
encontrados en el tiempo.

Golondrina perdida,
tus senos benditos,
con pezones de flecha
que apuntan en mí pecho
te dará el lecho
de una vida bendita
en el placer y el amor.

Es la piel,
sólo la piel,
su olor y condición,
a la que las mujeres
le dan amor y devoción…


MAO-TENG, EL DE LA ETERNA Y APACIBLE CONFUNSIÓN


Mao-Teng, el de la eterna
y apacible confusión (2005)
Autor: Diego Fortunato
Tinta china y acrílico sobre cartulina, 30 x 20 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN





PERDÍ UN SENTIMIENTO



No sé si voy a morir
ahora o después.
Soy una sombra muda de afectos…
Un ruido, quizás… Sólo eso…
Pero quiero hablar… Es mi momento…
Es lo último que pienso hacer.
Por eso me atrevo a contar
lo que estaba sepultado
en las cicatrices
que reflejan el ayer.
La historia es corta,
como todas las de quienes
se entregan por amor.
Todo se sintetiza en una frase:
“La quise y me traicionó”…
¡Sí!, así de simple,
se fue y dejó la herida…
La llaga maligna marcó
el fin con estrofa y sin solfeo.
Aprisioné las palabras…
Quise apedrearlas…
Las letras del eco aturden
y fusilan mis entrañas…
No voy a escapar,
menos refugiarme
en la compasión
del entendimiento.
La muerte sonríe
aturdida cerca de mí, a mí lado…
Muy cerca… Me acaricia.
Quizás es su venganza hacia la vida…
¡Bienvenida!, exclamé…
“¡El miedo está enterrado en el dolor!”,
agregué complacido,
como si en verdad
estuviese convencido
de lo que estaba por venir…
La prosa volvió
a ser poesía aquel día.
Los cipreses lloraron,
el sentimiento agonizó cerca del río…
Hubo luto en la montaña.
Hasta las sombras se conmovieron.
Luego, al poco tiempo,
los seres queridos volvieron
a la gloria y a las causas perdidas…
¡Así es la vida!... ¡Así es la muerte!...
Perdí mucho, quizás nada…
Quizás sólo un sentimiento…
¿Y qué es la vida
si no hay sentimientos?...
¡Nada!... ¡La muerte viva!...

EL CAMINO


El camino (2003)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie: HORIZONTES PERDIDOS

A LA VENTA

Lo recaudado irá a beneficio de la

FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS





¡DIOS, CÓMO TE AMO!



Cómo decírtelo.
¿Con qué palabras expresarlo?
¿Dónde conseguirlas?...
¿En cuál diccionario humano?... ¡No lo sé!...
Mejor dicho, no existe en el mundo,
ni en el universo, frases ni vocablos rotos,
buscados, pensados o impensados,
para decirte ¡cuánto te amo!...
¡Cuánto te adoro, Dios!
Es que mi amor nace
de lo profundo de mí ser,
de esa parte tuya que aún no entiendo,
pero que alumbra mí alma
hasta en los momentos
más desolados,
tristes y de amarga piel.
Te amo en el dolor,
en la dicha peregrina
y en los viajes sin frontera,
donde la cordura
llega al límite del amor y la negación.
Amo Tú luz,
porque alumbras el sendero oscuro,
das paz al corazón desangrado,
calor al enfermo ido
y alegras el mar de las desdichas.
Te amo, porque eres amor verdadero,
que das sin decir ¡te quiero!...
Te amo, porque concedes
paz al alma herida,
a la golondrina perdida
a quien la devuelves al nido
con Tú mirada divina.
Te amo, con tal intensidad,
que cuanto te presiento,
que es a cada instante,
no se si llorar o reír,
de alegría y gozo, porque quisiera…
¡Quisiera entregarte el ama mía!…
¡Dios, cómo te amo!

LA GOTA QUE EMERGE


La gota que emerge (2003)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.





SUEÑOS ROTOS


Como fantasmas
los veo deambular
desde mi ventana
todas las mañanas.

Unos corren altivos
con la esperanza
dibujada en sus rostros.
Otros cabizbajos
y pensativos.
Otros tan
apesadumbrados
que parecen
cargar un mundo
de penurias
en sus hombros.
Los más jóvenes
llevan un cántaro
de sueños
y alegría
en sus mochilas.
Caminan tan
apurados
que semejan
pájaros volar tras
sus fantasías
sin saber
que muchos
nunca
la alcanzarán.
La vida
no está hecha
de quimeras
sino de realidades.
Pero corren…
Corren mucho.
Unos a pasos cortos
otros en largas zancadas.
Algunos parecen
liebres en el prado.

Corren… Todos corren…
Algunas mujeres
marchan al redoble
de sus tacones.
Otras en el silencio
de sus zapatos de goma.
Pero todo corren… Corren.
Hasta los niños que van
al colegio corren
de la mano de su madre.
Y los más bebés
también corren
en sus coches
y calesitas empujadas
por sus padres
quienes también corren
mientras los trasladan.
No es el preludio
del fin del mundo,
pero todos corren.

¿Dónde van?...
¿Quién llegará primero?
¿Quién lo logrará?
Es la carrera
por la vida…
Por los sueños rotos.

Parecen hormigas…
Abejas tras un panal,
sin saber que la vida
es efímera tal soplo
y los sueños inmortales.

Los veo
desde mi ventana
y me angustio.
Corren en días
lluviosos
o cuando
hay bruma.
Corren
con el sol
ardiendo
en sus espaldas.
Corren… Corren
tras un autobús
y en las paradas
se atropellan.
Corren en el metro
donde semejan
robots desquiciados.
Corren en las avenidas
sin saber donde pisan.
Corren en las autopistas
que hoy en día
son vías de maniáticos
y chiflados.
Corren en los ascensores.
Arriba y abajo.
Abajo y arriba,
solo por dinero,
un mendrugo
que comer
y una cama
vacía de realidad.
Corren por las escaleras…
Corren por las cuestas
empinadas
y sinuosas bajadas.
Siempre corren
Como si correr
fuese vivir.
Pocos son
los que coreen
tras la misericordia…
Tras el amor
divino teñido
de esperanza.

Todos corren… Corren
Unos más aprisa.
Otros más despacio,
pero corren y corren
sin saber
que los caminos
del tiempo
conducen siempre
a la tierra donde
los sueños
al fin son
inmortales
y duran
una eternidad.

Hace tiempo
dejé de correr.
Ahora que corra
el viento tras de mi.
Ya no soy hombre,
ni sueño, ni mortal
o inmortal,
sino un viajero
que mira
la inmensidad
desde la ventana.

LA DONNA DI SIENA


La donna di Siena (2006)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
EN: Corniceria LA CORNICIAIA, Milazzo, Sicilia (ITALIA).



BAILA CON LAS ESTRELLAS


Todo es luz
donde hay amor.
Donde las estrellas
bailan sin temor.
Es el tiempo
el que sueña,
la vida baila
sin miedo
en el arcoiris
de la existencia.
Baila al vaivén
de las cuerdas
del violín,
en el sonido
que te lleva
hasta el fin
de los tiempos.
Baila con las estrellas.
En su regazo de paz
y déjate llevar
a la ventura.
Baila… Baila libre
sobre la felicidad,
en su brillo,
en la libertad
que acaricia
las horas
de paz infinita.
Baila … Baila
con las estrellas.

jueves, 30 de julio de 2009

LA FAENA DE ADÁN Y EVA


La faena de Adán y Eva (1997)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120.5 x 76.5 cm
Colección Privada familia Kors Delfino.
¡CÓMO DUELE!



Dicen que es intangible,
que nadie puede verlo ni tocar,
menos acariciar, pero cómo duele.

Es el dolor. El de los días, el del alma,
el de la carreta que nadie conduce.
Es ese sentir morir estando vivo.

Es una vida sin mimos ni flor,
sólo un amargo y acre perfume
apuñala el aire áspero de los días.

Nunca una letra fue escrita
sobre el agua y los vientos,
pero cómo duele en el dolor.

Siempre callados,
los desheredados del tiempo
brindan una sonrisa perdida,
una lágrima vacía.

Es la violencia de la soledad,
la que aturde el sentido
la que te roba el ruido
para dejarte sólo,
sin suspiros, sin caricias.

EL VIAJANTE


El viajante (1989)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 90 x 60 cm.
Colección Privada





PISADAS



Un paso,
después otro
y, después,
lentamente
el silencio.
¿Y ahora, qué?
Otro paso,
uno más fuerte,
uno que habla,
uno que calla.
Viene el otro,
siento sus pisadas,
corre y calla,
busca la vida,
pero están las murallas.
El último paso
se queja y maldice,
no hay vida intermedia,
ni historias de hadas
sino un abrazo
a la suerte vacía.

EN EL PRADO DE LOS LIRIOS SALVAJES


En el prado de los lirios salvajes (2007)
Autor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.
Serie: BAILARINAS INFINITAS
LA CULPA



Reía como un loco,
de felicidad y quimeras.
Estaba sólo,
apoyado de un sueño,
y de pronto ante mis ojos
apareció una imagen incolora.
Sabía quién era, pero dudaba
en saludarla, porque, por su cara,
presentía que algo turbio se traía.
Apacigüé los sentidos y como hombre
vivido me dispuse a escuchar su pena.
Soy el juez, me dijo, y quiero oír
de tu boca y aliento lo que presiento.
No se a que has venido,
pero juro que en mi vida no hay delito
que deba confesar, objeté buscando alivio.
¡Si hay uno!, contestó altanero,
y aunque seas bien nacido,
debo endosar tú culpa en el camino.
¿Cuál culpa?, pregunté con inocencia…
¡La de haber vivido!,
imprecó con impertinencia.
Pensé por unos instantes
y enseguida respondí:
La culpa es amor marchito,
las mentiras y el engaño,
los hábitos malsanos y los años sufridos.
Enmudeció por instantes,
luego balbuceó y sin querer,
de su garganta brotó: ¡Soy El Juez!...
La culpa es mi dominio y no habrá hombre
en la tierra que escape a mis designios…
¡Soy El Juez!, volvió a mascullar
con asco contagioso…
Dices palabras
que no concibo en mi vocabulario,
pronuncié resuelto.
Entonces... Si no me entiendes, diré:
La culpa es grande y poderosa,
tiene aliados impensados,
entre ellos bribones, magistrados y religiosos,
psiquiatras, políticos, médicos y loqueros
y locos enteros que sirven a mis intereses.
Me conmoví tanto,
que mis emociones regresaron.
No pude pensar, tampoco dudé,
y con palabras arrebatadas de Dios, le dije:
“Donde nace la aurora
nace la esperanza y con ella la vida
y donde hay vida hay amor
y la culpa es sepulcro del perdón”.
Eran frases que había inventado por miedo.
Un ardid para evadir la culpa.
Una sonora carcajada
retumbó a mis espaldas.
¡La culpa, escuché decir,
nunca dejará de existir!
Dije, entonces: ¡Basta!...
¡Dios, condena mis pecados!
Se movió la tierra…
El hombre renació aquel día.
El olivo, la pez perdida,
los ángeles, la esperanza,
los santos, las vírgenes de toda mi vida,
las rosas, blancas y rojas,
y el canto de las perdices
volvieron a la vida
aquel día que naufragó el olvido.
No pude resistir
y en voz ahogada y firme grité:
¡Donde hay amor no hay temor sino vida!…
Después, años después,
cuando el tiempo
se perdió en la lejanía,
volví a mis encierros,
a mis locuras, a mis vidas vividas.
Quise saber qué pasó
en el tiempo después del entierro
de la locura total.
En fin, quería preguntar: Dé quién es la culpa:
¿Del hombre o del ser?…
¿De sus acciones o defectos?...
¿Hay cordura en la culpa?…
¿Cuál es el principio, cuál el fin?

lunes, 27 de julio de 2009

VITRAL DE SAN FORTUNATO


Vitral de San Fortunato Mártir, patrono de pescadores
y navegantes del pueblo de Camogli (cerca de Genova).
Según el santoral su fiesta se celebra el 15 de diciembre.


A TODOS LOS FORTUNATOS Y FORTUNATAS DEL MUNDO

Santo sabía que era
pero no que habían tantos
santos Fortunatos.
Setenta cuenta la historia
entre mujeres y varones.
La mayoría fueron
mártires de los primeros
siglos del cristianismo,
otros perseguidos
ferozmente en el medioevo
y albores del renacimiento.
Es la pura verdad,
a menos que los libros
sagrados cuenten cuentos.


De las hembras veneradas
todas las Fortunatas
fueron mártires inmoladas
en hogueras candentes
y a garrote vil bajo
vendavales y lodazales
por lo impíos holgazanes
de la cristiandad,
a quienes no les gustaba
rezar el rosario y mucho menos
ir a la iglesia los domingos,
pero si embriagarse,
blasfemar y jugar bingo
en la sucia cantina
que había junto al mar.


Entre todos los santos
crucificados por los romanos,
fariseos y judíos malsanos,
sólo se recuerdan
a los Fortunatos
y Fortunatas, no porque
eran más santos
que los demás, sino
porque eran muchos
y su nombre más común
que los Josés y Marías
o una arepa de chicharrón
y una birra bien fría.


Aunque su nombre
proceda del latín fortunatus,
que en buen cristiano
significa afortunado,
de donde deriva Fortuna,
que a su vez viene de fors,
que quiere decir fuerte
y también sors y sorte,
de donde proviene suerte,
a los pobres y mancillados
Fortunatos y Fortunatas
de la era post Jesús,
la Diosa Fortuna, divinidad
pagana de la suerte y la felicidad
adorada por romanos y libertinos,
en vez de ayudarlos y liberarlos
de tan cruel destino,
hizo parrilla con su carne
y asado con sus intestinos.
Y sólo por decir que Dios
existía en el cielo y que había
enviado a la Tierra a Jesucristo,
su amado y unigénito hijo,
para conducir a la salvación
al rebaño perdido y redimir
los pecados del mundo
para así estar todos
felices cual lombrices
en el paraíso celestial.
¡Qué bárbaros e ignorantes
los malvados romanos!


Entre los mártires
más mártires y escarnecidos
de los buenos Fortunatos
estuvo el obispo
de Fanum Fortunae,
una población llamada
en ese entonces El Templo
de la Fortuna, hoy
rebautizado como Fano,
a orillas de ese mar
brillante, hermoso y adorado
llamado Adriático.
En un principio
a este desventurado
San Fortunato
le brilló oro y fortuna,
porque para quitarse
de encima sus lamentos,
el Papa que gobernaba
la Iglesia en esos momentos,
le autorizó vender reliquias
y vasos sagrados del culto
a fin de proveerse
de buen dinerito y joyas
para pagar por el rescate
de piadosos frailes cautivos
por príncipes insanos
y obesos villanos,
mal llamados
Señores Feudales.
Aunque al poco tiempo
el también fue sometido
y recluido en torre infiel,
pero no de marfil sino de hiel,
donde atormentado
y confundido murió también.


No hace poco,
si consideramos que el
tiempo humano es apenas
fracciones de segundos
en relación al tiempo cósmico,
en el siglo XVI, un héroe
de novela de caballería
llamado Fortunato, fue el único
realmente afortunado
de su época, pues tenía
una bolsa de dinero que nunca
se vaciaba por más que sacase
de su fondo monedas de oro,
petrodólares, brillantes, diademas
y todo lo que se le antojase.
Por si fuese poco,
ese afortunado Fortunato
poseía un Gorro de Deseos
que le otorgaba el don
de la ubicuidad. O sea
que podía estar en muchos
lugares al mismo tiempo, pero…
siempre hay un pero, tanto
en la vida real como en las historias,
no era santo y mucho menos cura.


Y ya que de italianos se trata,
no podía faltar entre ellos
un San Fortunato Trovador.
De esos cantantes y poetas de antes,
muy melodiosos y entonados,
que nada tienen que ver
con esos raperos que andan
por doquier y que de sólo
escucharlos se me revuelve
el estómago como cola de cascabel.


Aunque pobre y macilento,
ese San Fortunato Trovador
nació en la Venecia de ensueño
de los tiempos de oro y oropel.
De holgazán o bohemio
no tenía un ápice,
pero como había que comer,
con laud en mano y un crucifijo
prendido del cuello, comenzó
a recorrer toda Italia cantando,
componiendo versos y poemas
sin tema o destinatario,
aunque fuese dentro de un burdel,
una iglesia o la casa de San Miguel.
Curado de una grave ceguera
por San Martín, decidió
aventurarse a Tours, en Francia,
de donde provenía su santo
bienhechor y curador.
De allí, siempre con su laud
terciado en hombros y bien
dispuesto a una tonadilla,
y a comerse una buena tortilla,
tomó a pie, sin armadura,
pero con buena cara dura,
el polvoriento camino a Poitiers
para venerar las reliquias
del místico San Hilario,
donde arrepentido
de sus aventuras y juergas,
entró en tan honda crisis espiritual
que puso de un plumazo
fin a sus andanzas
de trovador y cantante.
La ex reina Radegunda,
que era muy tremebunda,
se conmovió de su alma
errante y cobijó en palacio real
para que se convirtiese
en el limosnero de su monasterio
donde escribió los venerados
Escritos Perdurables,
en los que narra vida santos
y compone dulces
y espirituales poemas.
Diez mil, más o menos,
de sus rimas perdurarán
hasta el fin de los tiempos,
así como los himnos más
hermosos de la liturgia,
como el Vexilla Regis
y el Pangue Lengua.
Aunque murió siendo
Obispo de Poitiers,
eso ya nadie lo recuerda,
porque San Fortunato, El trovador
pasó a la historia sacra
por ser buen poeta, melodioso
cantante y digno compositor.


Lo voy a dejar hasta aquí,
porque si cuento lo que les pasó,
dónde y por qué a los otros
¡sesenta y ocho! San Fortunatos,
estas pequeñas y no tan santas
líneas batirían record mundial
de versos y aburrimiento,
por lo que he decidido
hacerme la señal de la cruz
y rezarle a los San Fortunatos
que iluminaron mi mente
a fin de que no siguiese
escribiendo estos versos
que me pueden,
de un momento a otro,
convertir en demente.

II

Aunque les había prometido
a todos los santos Fortunatos
y Fortunatas no seguir
contando historias viejas
de santos y no santos,
a mis ya cansados oídos
llegó una historia muy
singular, que no por eso
voy a contar, sino porque
en lucha sin cuartel
el Santo Fortunato Mártir,
que así se llama este otro
de los setenta que andan
rodando por ahí, desplazó,
en un abrir y cerrar de ojos,
al apenas arribar a puerto,
a nada menos y nada más
que a San Pedro,
con su manojos de llaves,
y a San Pablo con sus libros,
del altar donde se encontraban
muy sentaditos y cómodos
desde hace tiempo,
para tomar muy circunspecto
y orondo posición en ese lugar.
Todo sucedió en la Iglesia
de Santa María Assunta,
en Camogli, un puerto cercano
a Genova, de donde era
el bribón y navegante
Cristóbal Colón, el mismo
que descubrió a la América
casi entera creyendo
que a la India estaba llegando,
pero no nadando sino
en Las Tres Carabelas navegando.


Y es que San Fortunato Mártir,
no podía ser más afortunado,
aunque murió por ser cristiano,
romano y muy buen ser humano.
Abandonados en una catacumba
de Roma sus restos estaban tirados
y si no hubiese sido por el cura Pellegrini,
párroco del poblado de Camogli
y confesor del Papa Clemente XI,
allí se hubiesen quedado
por toda la larga y perpetua eternidad.
Pero el inquieto párroco, presionado
hasta la saciedad por los pescadores
de Camogli, quienes le reclamaban
un santo que les protegiese de huracanes
y vendavales y les proveyese buena pesca,
corrió hacia su Papa amigo
y presto le exigió un santo bendito…
pero que fuese rapidito sino
los pescadores se lo iban a comer frito.

Fue entonces como al Santo Padre
se le iluminó la coronilla y fue corriendo
a la capilla, donde se acordó que tirado
en una maloliente buhardilla del Vaticano
estaba un buen soldado romano
que fue muerto en el Circo inhumano
junto a otros cristianos
por estar creyendo que Jesucristo
era mejor y más grande
que el Emperador Justiniano.
Y así, de un soplido desesperado,
que más sonaba a flatulencia rancia
que a bondad de alma, nació un santo
divino que pronto todos llamarían
San Fortunato Mártir, porque cuando
los pescadores embarcaron sus despojos
en nave gris y derruida para llevarlo
desde Roma a su ciudad natal,
sucedió algo fatal pero muy real.
Nubarrones negros teñidos de rabia
cobijaron todo el largo y ancho mar.
Rayos y centellas partían el cielo
en mil pedazos con estruendo mortuorio.
El viento sonaba la tonada de Lucifer
y las olas eran tan grandes y furiosas
que parecían rasgar el cielo con sus uñas.
El endeble barco y los aterrados
pescadores parecían fantasmas
atrapados en los recovecos
del averno más abismal.
Tan furiosa fue la tormenta
que hasta granizo de roca cayó
sobre la preciosa y pulida urna,
pero el esqueleto del infeliz romano,
siquiera se movió, ni el maquillaje
que le mandó a poner el Papa, se corrió.
Temiendo lo peor, los marinos
comenzaron a orar por sus vidas
y pedirle a la preciosa carga
que llevaban con ellos un milagro.
¡Y el milagro se dio!... De pronto,
como por arte de magia, tormenta
y peligro cesaron en un santiamén.
Nadie resulto herido, la carga divina
y la galera estaban intactas,
por lo que marinos y pescadores
decidieron pronto ponerle un nombre
a su santo, porque nombre no tenía
aquel santo que les había
regalado con espanto el Vaticano.
Y ya que por fortuna, y también de chiripa,
habían salido ilesos de aquel terrible temporal,
todos al unísono decidieron bautizar
al muerto ancestral que llevaban
con ellos como San Fortunato, Mártir,
patrono de navegantes y pescadores.
Y así, colorín, colorado nació otro santo
de los setenta afortunados Fortunatos,
y, lo mejor de todo y para todos,
es que este cuento se ha acabado.
Pasó por un zapatito roto y la próxima
semana les contaré otro… ¡Ilusos!...



P/D: Aunque realmente
más que por fortuna
los pobres pescadores
se salvaron de chiripa,
optaron por ponerle
San Fortunato
a su preciado santo
porque San Chiripa,
sonaba muy mal
en ese entonces
y también ahora.
¿No lo creen?...