viernes, 24 de septiembre de 2010

UNA GATA EN LA SOMBRA TOSTADA

    Una gata en la sombra tostada (1993)
  Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 122 x76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada

           

JAMÁS

¡Jamás, qué!
¿Dejar de vivir,
dejar de sufrir?
¡El jamás no existe!
Es sólo música cruel.

Es una palabra
que ama la inmensidad.
Es saber sin saber.
Es caricia sin fuerza.
Es el alma que se desangra.


¡Jamás!… Es sentir la piel en ruina…
¡Jamás es vivir sin dolor!…
¡Jamás es pasar la vida sin olvido!…
En fin, jamás es ser sin ser.



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El pintor Diego Fortunato en Pescara, Italia,
 donde nació hace ya muchísimos años.
Al fondo, la casa donde vió por primera
 vez la luz Gabriele D'Annunzio,
 uno de los más grandes poetas
 de Italia y del mundo.



jueves, 23 de septiembre de 2010

LA BICICLETA


La bicicleta (1990)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada: Richard Tucker




LA EXTRAÑA OSCURIDAD



Percibo la luz…
Su ruido perenne.
Su paz de alborada.
Su grácil voz de mujer amada
arrulla mi ser en la nada.
Salgo del encierro.
Dejo el asiento de loco poeta.
Vuelvo a la realidad.
Hay guerras y martirios.
Un opaco farol
que huele a maldad me arrastra
a una extraña oscuridad.


Percibo la luz…


Avanzo,
quiero ir corriendo
por las calles del tiempo…
Sombras opacan la piel del día.


Percibo la luz…


Escucho el amor
y no me detengo.
Nado sobre el viento.
Huyo montado en la furia
del sentimiento,
pero agotado está ya el aliento.


Percibo la luz… Sólo la luz…
Sombras… Otra vez sombras…



En un día de mucha lluvia, el pintor Diego Fortunato
en la entrada de la casa donde dicen que "se amaron"
Romeo y Julieta. (Verona, Italia).




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sábado, 18 de septiembre de 2010

Autoretrato en la oscuridad

El pintor, poeta y novelista Diego Fortunato
en Madrid, junto a la estatua de Federico García Lorca.

Autoretrato en la oscuridad (1995)
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela,  80 x 60 cm
Colección Privada.

PIEL



Es suave como el amor.
Terciopelo de las horas.
Son mis manos de piel,
las que tocan tú sed,
las que acarician
tus palabras de miel.


Es mí cuerpo…
Tú piel está en mí.
Ardiendo estamos
como volcanes
encontrados en el tiempo.


Golondrina perdida,
tus senos benditos,
con pezones de flecha
que apuntan en mí pecho
te dará el lecho
de una vida bendita
en el placer y el amor.


Es la piel,
sólo la piel,
su olor y condición,
a la que las mujeres
le dan amor y devoción…



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viernes, 20 de agosto de 2010

BOTERO Y YO


El pintor Diego Fortunato con su adorada hija Viviana en
una calle de Milán.


Botero y yo (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
COLECCIÓN PRIVADA




¿QUÉ CONTAR?

Estoy estúpidamente
sentado frente a mi computer
preguntándome qué contar.
Son las dos de la madrugada,
y no produzco nada,
apenas soñolientas estrofas.
Basura o no, a quién le importa.
¡Maldición!, me digo.
¡Qué estoy haciendo!...
Dormir me vendría bien.
Mis poemas, no la mayoría,
hablan de dolor y vida.
Algunos, sutilmente psicológicos,
acarician al alma perdida.
Eso no importa. Me interesa un bledo.
Lo único importante
es que escribo y no ceso de hacerlo.
Es una enfermedad
o una manía, la mía… Quién sabe…
Lo hago por Él, por mi guía.
¡Qué bello, Dios, es reconocer
que Tú eres perfecto!...
¡No!... No estoy fumado,
ni tampoco bebido,
como pretenden intuir
desde su pérfido subconsciente…
¡Tampoco soy fanático religioso!...
Menos gay o loco…
Sólo trato de decir,
además de que Jesucristo
y su papá, el gran Dios del cielo,
son tan omnipotentes
y todopoderosos,
que me permitieron contar
algunas historias sin siquiera
saber qué contar…
¿Me entienden?... ¡Es fácil!...
Tan fácil como sufrir.
Y no digan que ninguno
de ustedes no ha sufrido…
Sería una mentira fatal…
Un imposible o,
como dicen los políticos,
una exacerbación del engaño…
¡Claro!... ¡Sin lugar a dudas!...
Sé que los inteligentes
se han dado cuenta…
Escribo estupideces
sin saber en realidad qué escribo…
¡Eso es verdad!...
Trataré, de ahora en delante,
de hacerlo mejor…
¡Les juro!(es puro monte),
que me voy a poner serio
y escribiré algo
que les deje un mensaje,
un sabor, amargo o dulce,
que aderece su discernimiento…
¡Epa!... ¡Qué está pasando!...
Recuerden que los poetas
somos unos locos cuerdos
que tenemos un master
radiante en sufrimiento,
desengaños, incomprensión,
dolor, tormento
y un sin fin de etcéteras,
menos en paz, amor y qué se yo.
La cosa es tan compleja
y complicada que les diré
que para que obtengan
el título de POETA
(así, con mayúsculas),
primero tienen que poseer
varias condiciones.
La más importante y esencial
es que sean ¡unos irreverentes huevones!
¡No se asombren!… No es juego…
Escuchen… Estoy diciendo la verdad,
pura y totalmente descarnada,
como dicen algunos poetas y autores,
aunque, hasta el sol de hoy,
no sé cómo se escribe “huevón”.
Para los sabios de la pornografía
“huevón” viene de huevo,
el de la gallina, y como en Venezuela
huevo es sinónimo de “pip픕(falo),
y el huevo de las gallinas
es algo que se le asemeja,
no por lo pequeño,
sino porque da vida,
por ello se escribe con “H” y no con “J”…
¡Claro!, una cosa es segura:
¡Huevón será huevón
hasta que muera
y nunca dejará de serlo
aunque se escriba con “J”!
ya que también significa
bobo, mentecato e imbécil.
Últimamente
y más en la época presente,
esta diatriba se ha convertido
en asunto de Estado.
La revolución,
afirma que se esté donde esté
no se puede hablar
ni de “huevo”o “juevón”, rojo o negro,
ya que cada quien tiene su función
entre los fanáticos del sexo y la adoración.
Y ahí la cuestión: Huevo o Juevo•…
“Huevón” o “Juevón”… ¡Nadie lo sabe!…
Otros escriben güevon, así con “G”
y diéresis, que son los dos diminutos huevitos
que se parecen a unos dos puntos
acostados (¡qué flojos!) sobre la “U”.
Bueno. ¡A quién carajo le importa!
Está cuestión es muy enredada.
Es algo así como el to be or not to be”.
(El “Ser o no ser” de Shakespeare).
Para los gringos y algunos mal nacidos
“huevón” se escribe con “j”,
pero sin”@, porque el huevo,
al parecer, no tiene correo electrónico,
ni tampoco “h”, ni destinatario.
Debido a las absurdas declinaciones
que del latín clásico convirtieron
al castellano puro (o sea al español),
la palabra rolintrancoéhuevón,
sugerida del griego antiguo,
y cuyo sonido huevosilábico
se escucha como “huevón”,
es mejor dejar que los eruditos
consideren esta vital materia
de interés académico mundial.
A fin de honrar y clarificar
esta inexcusable confusión,
mañana, muy temprano, exigiré
a la Real Academia de la Lengua
Española y a sus miembros en pleno,
un estudio exhaustivo e intenso
de la palabra en mengua,
o sea “huevón”, con o sin “h”.
Bueno, no sólo a la gente de la Letras,
sino también a los intelectuales
del gobierno nacional, a sus líderes
y académicos de la margianimalidad.

Por favor… ¡Epa!... ¡Atentos!...
No busquen el significado
de tal obscenidad gramatical
en el diccionario…¡No existe!

¿Y a quién coño le importa
si este sainete tenga sentido o no?…
¡Chao, imbéciles literarios!...
No me fastidien con tus críticas insulsas!
¡Coño, cómo que el calificativo o (¿adjetivo?)
de imbécil me está gustando.
¡Me encanta!… Mientras menos culto soy
en más irreverente me convierto…
¡Epa!.... Estoy utilizando palabras
que los poetas de mi tiempo
calificarían de antiguas o fuera de cosecha…
Un funeral de vocablos desteñidos…
Pero los de ahora…
¡Son tan imbéciles los poetas actuales!...
Creen que con escribir versos
enrevesados que nadie entienda,
ni ellos mismos, son poetas...
¡Esos sí desvarían!… ¡Cuidado!...
¡No se contaminen!... ¡La ignorancia mata!
Hagan lo que estoy haciendo…
Escribir de primera…
Lo que brote de su alma…
¡Esa es la verdad y a nadie engaña!
Es un ejercicio… Un desahogo…
Un decir por decir…
Decir qué estoy aquí…
¡Qué vivo y puedo escribir!
Aquí no hay truco,
ni palabra estudiada
o premeditada
y mucho menos rebuscada.
Sólo una transpiración de amor,
desventura y no de locura,
condimentada de dolor
con aroma a sufrimiento.
¡Aprende a manejar
la pasión y la angustia,
porque el tormento
y el desespero será tu guía!
Dolor… ¡Dolor!…
¿Porqué tanto dolor, Dios mío?
¿Por qué no decir, por ejemplo:
“Las piedras azules
soñaron con el tiempo
y las horas pidieron perdón”.
¡Qué bonito, pero es mierda!...
Sólo una frase construida
con la razón y no con el corazón.
Las frases hechas son eso,
simples metáforas egoístas
que no tienen principio de vida.
Letras absurdas
que absorben la esencia de ti mismo.
¡Basura que no surge del corazón,
del alma o el sufrimiento!...

Suenan las campanas... Suenan…
Escucho sobre la piel el sonido…
¡Estoy perdido!… ¡No sé dónde ir!...
Anido el dolor… Su timbre es mi voz…
Suenan las campanas… ¡Vuelve Dios!
¡Vuelan tus alas de ángel! ... ¡Vuelan!…
¡Atrapa mi angustia!... ¡Estoy casi perdido!

¡Coño!... ¿Dónde quedé?...
¡Qué carajo!... No me importa nada,
siquiera que piensen
que soy un pendejo.
Van a creer precisamente eso:
¡Qué soy un viejo huevón (¡Juevón?).
Les repito (¿?), jóvenes poetas,
para ser poeta
no se necesita un tema
siquiera un porqué
o un momento,
menos una inspiración,
ya que la inspiración
del poeta es la vida misma,
el aire que respira,
el prado, la flor que germina,
el cielo azul o un sonido
que le transmite ternura,
y más, aún,
la forma de una palabra
o el color de su letra.
¡La inspiración es la vida misma!...
¡Es toda la vida!... Es ella… ¡Ella!...
En cualquier momento…
En cualquier sitio
o lugar distante…
En cualquier época
de la existencia o edad.
¡La inspiración
es la vida en sí misma!
Para ser poeta tampoco
se necesita de un Dios que los guíe,
aunque al mío (que no lo veo
pero si lo presiento)
lo amo sobre todas las cosas…
A Él, sólo a Él,
no a divinidades humanas,
fundamentales o celestiales,
le debo todo… Lo que soy…
El poeta nace sin saberlo…
Desde la cuna se es poeta.
Nace marcado.
Tiene un don innato.
El don que concede el sufrimiento…
Es la herencia bendita
de la sensibilidad,
de las lágrimas,
del nudo que se te forja
en la garganta cuando la injusticia
arrasa a la humanidad
y la humilla de dolor.
El poeta es el representante
del dolor en la tierra,
del ser que está más allá
de la banalidad
y más cerca de lo sagrado
y, porqué no, de lo obsceno.
Que no pertenece
a organismos hipócritas o fariseos
porque no lucha
por riquezas o poder.
Es el guerrero de la palabra
que libra una eterna batalla
en los caminos que anidan al amor.
El poeta es un artesano de la palabra,
un fabricante de sueños,
carpintero de ilusiones,
un obrero del alma pura
y, lo más importante,
un héroe de la sensibilidad,
invulnerable a cualquier falsedad
porque su guía es divina.
Su único ideal es la vida
y su esencia enseñar al mundo
el poder de los sentimientos.
¿Qué importancia
tiene el repetir o no palabras
si los versos se conjugan con el corazón?
¿A quién le importa
si las vocales hablan solas?
Si se te ocurre escribir pensando,
calculando cada frase o giro idiomático
y cambiar los versos salidos del alma
nunca serás poeta,
sino un intelectual que presume serlo.
El poeta… El verdadero poeta,
escribe de un solo tirón y sin corregir...
Al igual que los grandes,
sean escritores, poetas, artistas,
pintores, clérigos,
reformistas o locos sin ataduras…
Como Baudelaire, Buesa,
Neruda, Bécquer, Darío o Machado.
Para luego seguir con Borges,
Espronceda, Lorca, Nervo y Martí.
Y finalizar con Vallejo, Pellicer,
Whitman y Lord Byron,
solo para citar algunos.
Y, porqué no, los juglares de España
y los genios el mundo, entre ellos,
además de Cervantes o Unamuno,
Lope de Vega o los sádicos Maquiavelo,
Calvin y Lutero, hasta llegar
a la Utopía de Tomás Moro
no sin antes pasar por la Inquisición
y regresar a Dante y su Divina Comedia…
Picasso y Botero, o los que están
por venir en el tiempo y la victoria,
son meros observadores de las letras
y su color, nunca poetas de la palabra.
So genios de las pinceladas
y de sus formas etéreas,
porque sus lienzos
son páginas plenas de poesía visual.
¡Estoy con ellos!… En su alborada…
¡También son genios!
¿Es esto una locura?…
¿Son éstas líneas letras sin cordura?
Si descalifican mis palabras,
reiré sobre el estiércol
pestilente de la maledicencia
e hipócrita perversidad.
Mi intención,
la del ayer y la del hoy,
la del poeta solitario,
pero pleno de vigorizante pasión,
es la de no ser didáctico,
porque no soy profesor de nada,
siquiera de la vida,
que me ha dado duro,
menos profeta, adivino
o cartomántico turbador…
Hay otro fin…
Todo lo he hecho para dibujar,
con letras sonoras, un esquema
para que cualquiera,
sea andino, oriental, guayanés, llanero,
loco o musulmán o el hombre
que está escondido en Afganistán,
pueda ser poeta y hombre alejado del mal
porque nadie se ha cagado
sobre la madre irreal de los vocablos,
sus rimas y versos
como éste poeta infiel y terrenal…
Es el final… ¡Todo se acabó!
Pero, ¿Ya sabes qué contar?…
¿Cuál es tú cuento?...
¿Cuál la historia perdida?…
¿Por qué no la cuentas?...
¿Cuál es el principio?... ¿Cuál el final?
¿Dónde comienza y por qué?...
¿Dónde estás?... ¿Dónde?...
¿Qué lugar ocupas en el mundo?
¿A quién le importa?, ¿A quién?.., preguntas.
¡Mírate a ti mismo!... ¡Mira al mundo!
Respira su aire… ¡Qué bellos es!
Allí está Dios… ¿Lo ves?...
Es Tú padre… El padre celestial…
A Él sí le importas… ¡Él es tú mundo!


P/D: Podría seguir escribiendo,
hasta el último recodo del universo,
hasta el suspiro postrero,
pero ahora me hechiza la quietud.
Palpito sobre las letras,
que piensan antes que yo.
La palabra… ¡Me traiciona y ama!…
Es la culpable de todo… La sencillez…
La mujer de las letras, la amada noble
de la gramática que a todos atrapa…
¡Amo la palabra!... ¡Amo a Dios!
¡Amo a la madre poesía!...
¡Amo la vida mía!... ¡Amo al amor!

martes, 17 de agosto de 2010

EL DESCANSO


El pintor Diego Fortunato con su querida y hermosa hjia
Viviana en una tarde de espléndido sol en Milazzo (Sicilia).


El descanso (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76,5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA

COLECCIÓN PRIVADA Famila Nocerino (Italia).



LA SOCIEDAD DE LOS POETAS LIBRES

A todos los soñadores que pincelan palabras.






En un mundo ignoto
de pensamientos vivía
una sociedad secreta tan hermética
que los fantasmas de las ideas
decidieron investigar su paradero.
Surcaron montañas de letras,
consonantes, pronombres y verbos.
Pasaron ríos plagados
de preposiciones, artículos y acentos.
Una avalancha de adjetivos
casi los tapia entre lanzas de diptongos
y las letales rimas mientras pasaban
un destartalado puente colgante
hecho de fibras de sujetos
y pretéritos imperfectos.
Sin aliento, llegaron a la cima.
Adheridos a una lustrosa pared de comas
pasaron sobre los resbaladizos
puntos suspensivos
y de pronto, ahí estaban,
frente al majestuoso
y señorial punto final
que estaba flanqueado
por dos rudos puntos y coma
que sostenían afiladas exclamaciones
y cuatro fuertes e insensibles dos puntos
que en su pecho terciaban
un enjambre de cartuchos de interrogantes.
Recobradas las fuerzas,
los fantasmas de las ideas,
tambaleantes, le preguntaron:
¿Qué tenemos que hacer
para tener el honor de ser miembros
de vuestra distinguida sociedad?...
¿Qué méritos alcanzar
y cuál la cuota que debemos pagar?
El privilegio es simple,
contestó el Rey de los puntos,
tanto que no se necesita mucho:
Es tomar amor, sueños y fantasía
y juntas lanzarlas en un bosque
repleto de pasión, ilusión y sentimientos.
Cuando comienza a oler a esperanza
se adereza con un poquito de dolor,
se le echa dos gramos de realidad
y cuatro cucharadas de imágenes surtidas
y dos hojas de llanto picante
cultivadas en el corazón.
Cuando la cocción
pasa de las horas del pensamiento
ha llegado el momento ideal
de ponerlo a enfriar
no sin antes darle otro toque de amor.




Después, sólo una palabra…
y detrás de ella otra cabalgando
sobre una más lejana y ésta corriendo
con alegría tras otra que busca la libertad.










domingo, 1 de agosto de 2010

Sobre las olas del tiempo


El pintor Diego Fortunato en San Giminiano, Italia. Al fondo el castillo-
fortaleza donde Nicolás Maquiavelo estuvo preso, tiempo que aprovechó
para gestar una revuelta y escribir parte de El Príncipe, su obra cumbre.



Sobre las olas del tiempo (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina 21 x 29,7 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN
(LA SERIE CONSTA DE 496 OBRAS).



QUISE

Encontré una margarita
en el cielo aquel día.
Estaba atrapada de una nube en un riel.
Quise salvarla con un beso
y abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Volé hacia ella. Cabalgué sobre corceles de sueños.
Remonté cabañas de viento. Crucé el tiempo.
La felicidad alargó su mano. Un ruiseñor
brindó su canto a la vida. La alegría renació aquel día.
Le di fuerte a las riendas. Casi pude tocarla
pero mientras más avanzaba la flor se alejaba.
Frágil es la dicha. Frágiles los sueños.
Quise salvarla con un beso…
Quise abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Lloró el sol aquel día… Lloró el alma mía…


miércoles, 28 de julio de 2010

EL FUGITIVO DE YAN TENG


El pintor Diego Fortunato durante un día lluvioso en Piazza
San Marcos (Venecia, Italia).

El fugitivo de Yan Teng (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre cartulina 21 x 29,7 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN
(LA SERIE CONSTA DE 496 OBRAS).


En venta
Bs. 1.400
(Enmarcado en estilo inglés, con paspartú
y vidrio. Marco incluido. Ver muestra).
Telf. 0412 -556.4954
diegofortunato2002@yahoo.es


LA CULPA

Reía como un loco,
de felicidad y quimeras.
Estaba sólo,
recostado de un sueño,
y de pronto ante mis ojos
apareció una imagen incolora.
Sabía quién era, pero dudaba
en saludarla, porque, por su cara,
presentía que algo turbio se traía.
Apacigüé los sentidos y como hombre
vivido me dispuse a escuchar su pena.
Soy el juez, me dijo, y quiero oír
de tu boca y aliento lo que presiento.
No se a que has venido,
pero juro que en mi vida no hay delito
que deba confesar, objeté buscando alivio.
¡Si hay uno!, contestó altanero,
y aunque seas bien nacido,
debo endosar tú culpa en el camino.
¿Cuál culpa?, pregunté con inocencia…
¡La de haber vivido!,
imprecó con impertinencia.
Pensé por unos instantes
y enseguida respondí:
La culpa es amor marchito,
las mentiras y el engaño,
los hábitos malsanos y los años sufridos.
Enmudeció por instantes,
luego balbuceó y sin querer,
de su garganta brotó: ¡Soy el Rey!...
La Culpa es mi dominio y no habrá hombre
en la tierra que escape a mis designios…
¡Soy el Rey!, volvió a mascullar
con asco contagioso…
Dices palabras
que no concibo en mi vocabulario,
pronuncié resuelto.
Entonces... Si no me entiendes, diré:
La culpa es grande y poderosa,
tiene aliados impensados,
entre ellos jueces y religiosos,
psiquiatras, políticos, médicos y loqueros
y locos enteros que sirven a mis intereses.
Me conmoví tanto,
que mis emociones regresaron.
No pude pensar, tampoco dudé,
y con palabras arrebatadas de Dios, le dije:
“Donde nace la aurora
nace la esperanza y con ella la vida
y donde hay vida hay amor
y la culpa es sepulcro del perdón”.
Eran frases que había inventado por miedo.
Un ardid para evitar la culpa.
Una sonora carcajada
retumbó a mis espaldas.
¡La culpa!, escuché decir,
¡Nunca dejará de existir!
Dije, entonces: ¡Basta!...
¡Dios, condena mis pecados!
Se movió la tierra…
El hombre renació aquel día.
El olivo, la pez perdida,
los ángeles, la esperanza,
los santos, las vírgenes de toda mi vida,
las rosas, blancas y rojas,
y el canto de las perdices
volvieron a la vida
aquel día que naufragó el olvido.
No pude resistir
y en voz ahogada y firme grité:
¡Donde hay amor no hay temor sino vida!…
Después, años después,
cuando el tiempo
se perdió en la lejanía,
volví a mis encierros,
a mis locuras, a mis vidas vividas.
Quise saber qué pasó
en el tiempo después del entierro
de la locura total.
En fin, quería preguntar: Dé quién es la culpa:
¿Del hombre o del ser?…
¿De sus acciones o defectos?...
¿Hay cordura en la culpa?…
¿Cuál es el principio, cuál el fin?


jueves, 15 de julio de 2010

NO TODO PARECE LO QUE ES EN EL MUNDO IGNOTO DE LOS PRÍNCIPES DE LAS COSAS IRREALES


El pintor en Via Montenapoleone (Milán), frente
a la tienda donde compra "su gorda bella".


No todo parece lo que es en el mundo ignoto
de los príncipes de las cosas irreales (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre cartulina 21 x 29,7 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN
(LA SERIE CONSTA DE 496 OBRAS).


En venta
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ES LA VIDA

Soy esto… Sólo eso.
Un poeta, un soñador.
Un hombre simple que va por la vida
buscando paz, más que amor.
Un hombre que reclama un porqué…
El porqué que la vida arrebata
sin siquiera decir porqué.
¿Es la vida sueño,
como dijo Calderón de La Barca,
o apenas una ilusión?

¡Es la vida!... ¿Eso es la vida?

Siempre me pregunto,
¿qué es la vida cuando
siquiera hay un por qué?
Es paso… Lento y marchito,
para los que no cultivan la fe.
Es infierno, para los que no
quieren arriesgar parte de la piel.

¡Es la vida!… ¿La vida es eso?

¿Un enjambre de locura,
pleno de incomprensión
e intolerancia, donde la prepotencia
y la soberbia acaban con el alma pura?...

¡Es la vida!… ¿Eso es la vida?

¿Dónde fueron a emigrar los sueños,
dónde las flores de mi día?
¿Dónde están las venas
con su disfraz de carmín?

¡Es la vida!… ¿La vida es eso?

¿Dónde están los hombres puros,
los mártires de la justicia,
dónde la esperanza de un mejor día?
Nadie lo sabe… ¡Nadie la busca!

¡Es la vida!... ¿Eso es la vida?

¿Por qué los pobres, pobres son
si trabajan de noche y de día
dejando su alma en la patria mía?
Y los ricos, ¿por qué son ricos
si son tan iguales a los huérfanos
de mi tierra que paren en el alma tuya?

¡Es la vida!… ¿La vida es eso?

No hay siquiera un porqué.
¿Una respuesta?... ¡Quizás un no sé!
¡Es la vida!… El momento cruel,
la turbulencia, la felicidad,
las quimeras y las alegría…
El martirio, el sufrimiento
que salpica de niebla la fatalidad.
La tristeza se abraza al porqué,
y sus lágrimas a la dicha
en espera de un mejor amanecer.

Es la vida… ¡Esa es la vida!

¿Por qué vivir?.. ¿Por qué penar?...
Sin siquiera hay un porqué…
¿Dónde se escondió el por qué?
¿Qué velo lo turbó?... ¿Acaso murió?
¿Dónde están sus restos?...
¿Dónde la sepultura?... ¿Dónde?
Quiero escribir en su lapida
“Porqué te has ido sin siquiera
explicar el porqué de la vida…¿Por qué?”





sábado, 10 de julio de 2010

Mao-Teng, el de la eterna y apacible confusión

 Mao-Teng, el de la eterna y apacible confusión (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre cartulina 45 x 30 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN


VOY

Voy a sembrar
un huerto lleno de estrellas
donde nazca la alegría.
Voy a rescatar
el amor sufrido
en el tiempo del olvido.

Voy a iluminar
el sol con flores de día
para borrar la noche fría.

Voy a buscar
los duendes de la vida
en las horas dormidas.

Voy a pintar
con mis ojos la paz
sepultada en el ocaso sombrío.

Voy a reír
entre las piedras y el madero
porque encontré al olivo perdido.

Voy a encender
mi alma herida. Ya no soy
el vagabundo de los tiempos idos.

Voy a besar
a los santos míos, a los cristales
caídos en la tierra calcinada.

Voy a cortejar
al milagro que me devolvió
de la nada. A la fe que me rescató
del naufragio. A la luz y al calor.
A la voz interior que escribió
una carta de amor en mi corazón.

domingo, 27 de junio de 2010

EL DUENDE DEL LAGO


El pintor Diego Fortunato y su princesita japonesa en Siena, Italia.









El duende del lago (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre cartulina, 45 x30 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN
(LA SERIE CONSTA DE 496 OBRAS).



En venta
Bs. 1.400
(Enmarcado en estilo inglés,
 con paspartú y vidrio.
Marco incluido)
Telf. 0412 -556.4954
diegofortunato2002@yahoo.es


LA LOCA Y LA LUNA
Era como un poema
escrito en la mañana.
Piel tersa,
tez de porcelana.

Algunos decían
que estaba loca,
pero no tanto.

Sus ojos, brillo
de centellas,
iluminaban
y encendían el día.

Cada brizna
de su cabello
era flama de oro.

Sus labios,
carnosos
y voluptuosos,
preñaban el sentido.

Era ella, la única,
la del mimo,
la bienquerida.

Pero vino
la luna-luna
y encendió la llanura,
de copos y locura.

De aquella
imagen de mujer
venerada no quedó nada.

Fue la luna,
mágica e ignota,
que la volvió loca.

¡Ay luna-luna!,
qué le has hecho
a la hembra moruna,
porqué le robaste la cordura.

¡Ay luna-luna!,
¿Dónde te las has llevado
si aún no la he amado?

¡Ay luna-luna,
profanaste la cosecha,
pero los recuerdos
reposan en la primavera.

¡Ay, luna-luna!... ¡Ay!

Te llevaste a la loca mía!...
¡Ay, luna-luna... ¡Luna!




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martes, 22 de junio de 2010

DANZANDO HACIA LA PRIMAVERA


Diego Fortunato y su pequeño, querido y amado hijo Cristhian.

Danzando hacia la primavera (1983)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartulina 60 x 45 cm.
Colección Privada: SUCESIÓN PEDRO TINOCO
EL HUERTO FIEL

Paraíso de esperanza
es la mente que siempre
te mantiene latente.
Con ideas a flor,
como retoños que germinan
sin saber su destino.

Es la mente huerto fiel
de dichas y locuras
donde la única cordura
es sembrar flores
que nunca marchitarán.

De todos los colores,
pero teñida de ilusión,
es el huerto de la mente
donde cada día,
sin esperar el suspiro
de los sueños idos,
siembro flores
llenas de pasión, letras,
palabras idas, cuentos
postreros y poesías
que plenan el alma mía.





OLOR SILVESTRE

Con el rocío
de la mañana
o cuando una lluvia
tierna acaricia
la pradera
el húmedo olor
de la vida silvestre
inunda el alma mía.

Es perfume
de ángeles
que mana del paraíso
para ungir al mundo
con su savia divina.

Árboles y arbustos,
flores y hierbas
y hasta las más pequeñas
de las azucenas
elevan su mirada
al altísimo bendiciendo
el regalo del cielo.


Sólo se transpira paz,
tan silenciosa,
que los acordes
de su armonía
con sutil delirio
te atrapa en canto
eterno y suave
en regocijo bendito.

jueves, 10 de junio de 2010

El shogún de las tierras vestidas de otoño


El pintor Diego Fortunato en Piazza della Signoria, en Florencia.
Atrás puede verse el David (1504) de Miguel Ángel. Es una réplica
que ha sido "atacada" en más de una oportunidad por malandrines
italianos. Al lado, el pintor con la estauta del general Aternum, uno
de sus antepasados marrocinos, como se llamaban las primeras tribus
indoeuropeas que se asentaron en la región de Abruzzo (Italia). En
aquella época, 311 a.C., tanto la ciudad de Pescara (donde nació el
pintor) así como el río que lo atraviesa, se conocía con el nombre
de Aternum y Abruzzo como ager Marrucinus. Al pasar del tiempo
y gracias a las conquistas romanas, tomó el nombre definitivo de
Pescara, tal como se le conoce hoy en día a esa hermosa y paradisíaca
ciudad playera del adriático.



El shogún de las tierras vestidas de otoño (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china y acrílico sobre tela 21 x 29,7 cm.
(Con marco estilo inglés y paspartú 55 x 46 cm.)
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN

En venta
Bs. 1.400
(Marco incluido)
Telf. 0412 -556.4954
diegofortunato2002@yahoo.es

LADRÓN DE RECUERDOS

Busco sobre
las estepas del gris,
en las redondeces
de la memoria,
sobre las sombras
de las horas idas
y encuentro
el vacío de la nada
que me sonríe
como niña sorprendida.

Giro los ojos del pasado
hacia las profundidades
y un oscuro camino
que por instantes se ilumina,
indica el paso,
corto y escarpado,
hacia el ayer.

No hay rosas ni violetas
menos cosas benditas.
Ramas de terciopelo
o faroles de agua dulce.
Tampoco polvo,
lluvia o tormentas…
Pero es la vía.

Llego al final del sendero
agotado, pero sereno.
En el rincón más oscuro
encuentro un cofre,
que en una época fue reluciente,
con su boca abierta,
como pidiendo clemencia.
A pasos lentos me acerco.
No hizo falta más,
sólo dos pisadas.
Todo olía a estiércol.
Un caballero andante,
quizás un gitano,
un pirata o un fantasma
montado en un corcel
vestido de rabia
se había robado mis recuerdos,
mi historia,
la que creía no valía nada.
Ahora sólo soy el presente.
No hay pasado,
sólo un futuro incierto
que algún día
pertenecerá a los recuerdos.

martes, 25 de mayo de 2010

EL CAMUFLAJE DE LA VERDAD


Diego Fortunato, en Il Ponte Di Mezzo, Pisa (Italia) 2005.
A sus espaldas, a la izquiera, está Lungarno Mediceo y la
Galeria Centro Di Arte Moderna, donde expuso sus "chinitos",
como cariñosamente llama a la serie El lenguaje del Zen,
compuesta por más de 300 obras en diferentes formatos.

El camuflaje de la verdad 2005)
Pintor. Diego Fortunato
Tinta china y acuarela sobre cartulina 29,7 x 21 cm.
(Con marco estilo inglés y paspartú 55 x 46 cm.)
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN


EN VENTA
Bs. 1.400
(El marco va incluido)
Telf.: (0058) 0412 -556.4954



VOY
Voy a sembrar
un huerto lleno de estrellas
donde nazca la alegría.

Voy a rescatar
el amor sufrido
en el tiempo del olvido.

Voy a iluminar
el sol con flores de día
para borrar la noche fría.

Voy a buscar
los duendes de la vida
en las horas dormidas.

Voy a pintar
con mis ojos la paz
sepultada en el ocaso sombrío.

Voy a reír
entre las piedras y el madero
porque encontré al olivo perdido.

Voy a encender
mi alma herida. Ya no soy
el vagabundo de los tiempos idos.

Voy a besar
a los santos míos, a los cristales
caídos en la tierra calcinada.

Voy a cortejar
al milagro que me devolvió
de la nada. A la fe que me rescató
del naufragio. A la luz y al calor.
A la voz interior que escribió
una carta de amor en mi corazón.

 

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jueves, 20 de mayo de 2010

CHUAN-LI, EL DE LA CIUDAD PERDIDA DE OCCIDENTE


Diego Fortunato, más feliz que ayer
y menos que mañana. Al fondo, uno
de sus cuadros.

Chuan-Li, el de la ciudad perdida de occidente (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china y acrílico sobre cartulina, 21 x 29.7 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN


En VENTA
Bs. 1.400


EL OLVIDO

Caminar sobre el olvido
es pisotear los recuerdos.
Manchar las cenizas
en la vereda añorada del pasado.

Es cargar las penas
y castigarlas sobre las heridas de abril.
Alejarlas del espejo,
del reloj de arena que araña
el tiempo con acordes de duelo.

La flauta escucha el sollozo.
Las manos…, el papel sin voz,
los retratos antiguos y los lienzos
que pincelaste en la mente
desertan del pozo del delirio.

El olvido es como
un ángel amigo. Te persigue
y cuida para que no lo eches
en el tintero callado,
en los viejos muros,
en las colinas secretas,
en los abismos de estrellas de plata
ni en el látigo calcinado.

martes, 18 de mayo de 2010

AMBICIOSA SOLEDAD




Ambiciosa soledad (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie Horizontes Perdidos
(Perdido en combate)


CADENA


Agua y miel.
Horas… ¡Horas!...
Sufrimiento–libertad…
Avalancha de piedad… ¡Sombras!
Sólo el murmullo del pensamiento.

Día y noche.
Horas… ¡Horas!...
Despedida y oscuridad… ¡Lucha!
La boda del mal se ha consumado.

Llamas marchitas… ¡Ahogo del alma!
¡Desátame vida!... ¡Rompe las cadenas
de humo!... ¡Desátame vida!




Diego Fortunato, pintor, poeta, ensayista,
novelista, escultor, periodista, soñador,
jodedor irreverente e incurable, idealista,
imbécil que se ha casado y divorciado tres veces,
novio de la madrina, refugiado internacional
y ciudadano del mundo y, por sobre todo,
muy feliz. Eso es ¡por ahora!, como dijo un tenebroso
comandante por ahí y ya lleva trece
años en el poder.