viernes, 8 de octubre de 2010

El fabricante de sueños

El fabricante de sueños (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada familia De Falco.



LA SOCIEDAD DE LOS POETAS LIBRES

A todos los soñadores que pincelan palabras.


En un mundo ignoto
de pensamientos vivía
una sociedad secreta tan hermética
que los fantasmas de las ideas
decidieron investigar su paradero.
Surcaron montañas de letras,
consonantes, pronombres y verbos.
Pasaron ríos plagados
de preposiciones, artículos y acentos.
Una avalancha de adjetivos
casi los tapia entre lanzas de diptongos
y las letales rimas mientras pasaban
un destartalado puente colgante
hecho de fibras de sujetos
y pretéritos imperfectos.
Sin aliento, llegaron a la cima.
Adheridos a una lustrosa pared de comas
pasaron sobre los resbaladizos
puntos suspensivos
y de pronto, ahí estaban,
frente al majestuoso
y señorial punto final
que estaba flanqueado
por dos rudos puntos y coma
que sostenían afiladas exclamaciones
y cuatro fuertes e insensibles dos puntos
que en su pecho terciaban
un enjambre de cartuchos de interrogantes.
Recobradas las fuerzas,
los fantasmas de las ideas,
tambaleantes, le preguntaron:
¿Qué tenemos que hacer
para tener el honor de ser miembros
de vuestra distinguida sociedad?...
¿Qué méritos alcanzar
y cuál la cuota que debemos pagar?
El privilegio es simple,
contestó el Rey de los puntos,
tanto que no se necesita mucho:
Es tomar amor, sueños y fantasía
y juntas lanzarlas en un bosque
repleto de pasión, ilusión y sentimientos.
Cuando comienza a oler a esperanza
se adereza con un poquito de dolor,
se le echa dos gramos de realidad
y cuatro cucharadas de imágenes surtidas
y dos hojas de llanto picante
cultivadas en el corazón.
Cuando la cocción
pasa de las horas del pensamiento
ha llegado el momento ideal
de ponerlo a enfriar
no sin antes darle otro toque de amor.


Después, sólo una palabra…
y detrás de ella otra cabalgando
sobre una más lejana y ésta corriendo
con alegría tras otra que busca la libertad.



Portada de mi poemario
 Cuando las tardes se tiñen de aburrimiento.

Con mi hija Daniela en la galería
 Centro di Arte Moderna de Pisa. Al lado,
 uno de mis cuadros de la serie Mujeres
 de Piel de Sombra. (Italia,2005)

jueves, 7 de octubre de 2010

El baúl y Caminando bajo la lluvia

El baúl (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada familia Capriles Ayala
 
VOY



Voy a sembrar
un huerto lleno de estrellas
donde nazca la alegría.


Voy a rescatar
el amor sufrido
en el tiempo del olvido.


Voy a iluminar
el sol con flores de día
para borrar la noche fría.


Voy a buscar
los duendes de la vida
en las horas dormidas.


Voy a pintar
con mis ojos la paz
sepultada en el ocaso sombrío.


Voy a reír
entre las piedras y el madero
porque encontré al olivo perdido.


Voy a encender
mi alma herida. Ya no soy
el vagabundo de los tiempos idos.


Voy a besar
a los santos míos, a los cristales
caídos en la tierra calcinada.


Voy a cortejar
al milagro que me devolvió
de la nada. A la fe que me rescató
del naufragio. A la luz y al calor.
A la voz interior que escribió
una carta de amor en mi corazón.

Caminando bajo la lluvia (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada familia Capriles Ayala

miércoles, 6 de octubre de 2010

EL BAÑO

El baño (18985)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada familia Pérez S.





ESCUCHA EL DOLOR DEL MUNDO

Estuve en el principio del dolor,
donde la humanidad se desangra.
Donde la fe es negocio y burla,
imperio de conjuras
y capital sin cordura.
Estuve en el este y en el oeste,
en el norte y en el sur…
Con negros y blancos
y con hombres de ojos de alelí,
rasgados o rojos como el rubí.
En el Asia y en el África,
en Europa y América
y en las tierras lejanas,
y sólo encontré una religión…
¡La verdadera!... ¡La de los hombres!
¡La de los materialistas!
La de los seres que no creen en Dios,
mucho menos en Alá o Mahoma,
Buda, la Biblia o el Corán.
Que se burlan de la Tora de Moisés
y de las vírgenes y los santos,
así como de mí Espíritu Santo,
al igual que hacen con
Krishna y los devotos que lo siguen.
Tampoco en el Cristo que llevan
en sus cuellos como escapulario
cuando están en Wall Street
o en el burdel donde negocian
con maldad la vida de la humanidad.
Es la de los hombres
la religión que domina al mundo…
La más perniciosa y dañina,
la que con soberbia conduce
a guerras, muertes y al terror
por avaricia, prepotencia y ambición.

Y rezo:

Vivo, pero la violencia del hambre me tortura.
Vivo, pero el terrorismo aniquila mi alma.
Vivo, pero sollozo cuando crucifican a la compasión.
Vivo, pero la opresión y la maldad ofuscan mi ser.
Vivo, pero agonizo si no hay libertad ni expresión.
Vivo, pero, ¿dónde voy, si no puedo ser quien soy?
Vivo, pero me rebelo si no me dejan escribir.
Vivo, pero, ¿cómo puedo vivir sobre el dolor del mundo?
Vivo, porque soy un loco imposible.
Vivo, porque nací en este planeta chiflado.
Vivo, porque estoy enfermo de cordura.
Vivo, pero no puedo vivir si el hambre destruye a los míos.
Vivo, porque amo al amor y el amor todo lo puede.
Vivo, porque sin vida no podría escribir.
Vivo, para ser la conciencia de la humanidad.
Vivo, porque Dios es mi guía y yo su rebaño.



 

domingo, 3 de octubre de 2010

EL TÍTERE

El títere (1983)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 91 x 61 cm.
Colección Privada

TRES FACETAS PLAYERAS DEL PINTOR DIEGO FORTUNATO
En Los Roques (Venezuela),
 después de mi segundo divorcio.
En Forte dei Marmi (Toscana, Italia),
después de mi tercer divorcio (2005).
En Santa Margherita Ligure (La Spezia, Italia),
 cuando estuve a punto de casarme por cuarta vez.
¡Nadie es perfecto!


EL ENGAÑO

No hay peor martirio,
ni pena interna
que cuando asesinan al amor.
No hay juez, ni en el cielo
ni en la tierra que pueda
librar de ese tormento.
No voy a ser retórico
ni tampoco prehistórico,
pero no hay mayor delito
del que se comete
contra el corazón.
No se si tenga razón,
pero creo que no hay perdón
para el que apuñala
el alma con fruición.
Sé que todo esto parece
una simple rima de un loco
adolorido que ha sufrido.
No hay nada más lejos
de la verdad, porque la realidad
es que estoy contento,
pero lamento que por maldad
engañen la realidad.
El engaño es como el daño,
sino se paga hoy se pagará con los años…
¡y con muchos desengaños!





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sábado, 2 de octubre de 2010

LA MAJA INDÍGENA

El pintor DIego Fortunato con sus hijos Diego Odín y Deborah Alejandra
en un centro comercial de Caracas.
La maja indígena ( 1987 )
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.


LA ENFERMEDAD Y EL CUERPO




Cuenta la leyenda
que en una noche de luna llena,
en el preciso instante que la oscuridad
estrechaba sus manos con el día
en un bosque que pincelaba
de gris el horizonte de la eternidad,
aconteció la boda.
Dos hadas se juntaron.
Una se llamaba
Cría y la otra Porfía.
Una era buena, la primera,
y la segunda malévola y dañina.
No sé qué rayos
partieron al universo,
pero aquella unión
de pronto se volvió incierta.
Fue tanto el dolor inflingido,
que se batieron en largo duelo.
Las dos eran heroínas
y titanes de las fábulas
del Olimpo de la fantasía.
Al ver lucha tan estéril y banal,
el Dios de la Bondad las separó
de las alturas para enviarlas
a la locura terrenal.
Desterradas, no les quedó
más remedio que separar sus cuerpos.
Fue así como en la Tierra,
donde todo era paz y libertad,
nació el cuerpo y la enfermedad.
Desde aquel entonces,
irreconciliables en su afán,
no hubo más remedio
que buscar consuelo
en la botica, el médico
o el curandero de la ciudad.




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La congoja (1993)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76.5 cm.
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada

sábado, 25 de septiembre de 2010

TORMENTA

Hace un par de meses, en dulce e infantil juego vemos
 al pintor Diego Fortunato y dos de sus hijos. El más pequeño es su adorado
 Cristhian y la hermosa chica, su querida Déborah.


Tormenta
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 62 x91 cm.
Colección Privada


 LA CALMA

Es la ausencia.
No percibir la vida,
ni la sangre que fluye
en los arroyos del cuerpo.

Es rasgar el firmamento
sin escuchar el dolor que se aleja.
Es enterrar los sentimientos
en una noche de invierno.

Es soldar las hojas de otoño.
Es la noche sin el amanecer.
Es el reloj sin tiempo.
La primavera sin flores.
El verano sin amor.
Es la nada en movimiento.

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viernes, 24 de septiembre de 2010

UNA GATA EN LA SOMBRA TOSTADA

    Una gata en la sombra tostada (1993)
  Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela, 122 x76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada

           

JAMÁS

¡Jamás, qué!
¿Dejar de vivir,
dejar de sufrir?
¡El jamás no existe!
Es sólo música cruel.

Es una palabra
que ama la inmensidad.
Es saber sin saber.
Es caricia sin fuerza.
Es el alma que se desangra.


¡Jamás!… Es sentir la piel en ruina…
¡Jamás es vivir sin dolor!…
¡Jamás es pasar la vida sin olvido!…
En fin, jamás es ser sin ser.



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El pintor Diego Fortunato en Pescara, Italia,
 donde nació hace ya muchísimos años.
Al fondo, la casa donde vió por primera
 vez la luz Gabriele D'Annunzio,
 uno de los más grandes poetas
 de Italia y del mundo.



jueves, 23 de septiembre de 2010

LA BICICLETA


La bicicleta (1990)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada: Richard Tucker




LA EXTRAÑA OSCURIDAD



Percibo la luz…
Su ruido perenne.
Su paz de alborada.
Su grácil voz de mujer amada
arrulla mi ser en la nada.
Salgo del encierro.
Dejo el asiento de loco poeta.
Vuelvo a la realidad.
Hay guerras y martirios.
Un opaco farol
que huele a maldad me arrastra
a una extraña oscuridad.


Percibo la luz…


Avanzo,
quiero ir corriendo
por las calles del tiempo…
Sombras opacan la piel del día.


Percibo la luz…


Escucho el amor
y no me detengo.
Nado sobre el viento.
Huyo montado en la furia
del sentimiento,
pero agotado está ya el aliento.


Percibo la luz… Sólo la luz…
Sombras… Otra vez sombras…



En un día de mucha lluvia, el pintor Diego Fortunato
en la entrada de la casa donde dicen que "se amaron"
Romeo y Julieta. (Verona, Italia).




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sábado, 18 de septiembre de 2010

Autoretrato en la oscuridad

El pintor, poeta y novelista Diego Fortunato
en Madrid, junto a la estatua de Federico García Lorca.

Autoretrato en la oscuridad (1995)
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela,  80 x 60 cm
Colección Privada.

PIEL



Es suave como el amor.
Terciopelo de las horas.
Son mis manos de piel,
las que tocan tú sed,
las que acarician
tus palabras de miel.


Es mí cuerpo…
Tú piel está en mí.
Ardiendo estamos
como volcanes
encontrados en el tiempo.


Golondrina perdida,
tus senos benditos,
con pezones de flecha
que apuntan en mí pecho
te dará el lecho
de una vida bendita
en el placer y el amor.


Es la piel,
sólo la piel,
su olor y condición,
a la que las mujeres
le dan amor y devoción…



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viernes, 20 de agosto de 2010

BOTERO Y YO


El pintor Diego Fortunato con su adorada hija Viviana en
una calle de Milán.


Botero y yo (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
COLECCIÓN PRIVADA




¿QUÉ CONTAR?

Estoy estúpidamente
sentado frente a mi computer
preguntándome qué contar.
Son las dos de la madrugada,
y no produzco nada,
apenas soñolientas estrofas.
Basura o no, a quién le importa.
¡Maldición!, me digo.
¡Qué estoy haciendo!...
Dormir me vendría bien.
Mis poemas, no la mayoría,
hablan de dolor y vida.
Algunos, sutilmente psicológicos,
acarician al alma perdida.
Eso no importa. Me interesa un bledo.
Lo único importante
es que escribo y no ceso de hacerlo.
Es una enfermedad
o una manía, la mía… Quién sabe…
Lo hago por Él, por mi guía.
¡Qué bello, Dios, es reconocer
que Tú eres perfecto!...
¡No!... No estoy fumado,
ni tampoco bebido,
como pretenden intuir
desde su pérfido subconsciente…
¡Tampoco soy fanático religioso!...
Menos gay o loco…
Sólo trato de decir,
además de que Jesucristo
y su papá, el gran Dios del cielo,
son tan omnipotentes
y todopoderosos,
que me permitieron contar
algunas historias sin siquiera
saber qué contar…
¿Me entienden?... ¡Es fácil!...
Tan fácil como sufrir.
Y no digan que ninguno
de ustedes no ha sufrido…
Sería una mentira fatal…
Un imposible o,
como dicen los políticos,
una exacerbación del engaño…
¡Claro!... ¡Sin lugar a dudas!...
Sé que los inteligentes
se han dado cuenta…
Escribo estupideces
sin saber en realidad qué escribo…
¡Eso es verdad!...
Trataré, de ahora en delante,
de hacerlo mejor…
¡Les juro!(es puro monte),
que me voy a poner serio
y escribiré algo
que les deje un mensaje,
un sabor, amargo o dulce,
que aderece su discernimiento…
¡Epa!... ¡Qué está pasando!...
Recuerden que los poetas
somos unos locos cuerdos
que tenemos un master
radiante en sufrimiento,
desengaños, incomprensión,
dolor, tormento
y un sin fin de etcéteras,
menos en paz, amor y qué se yo.
La cosa es tan compleja
y complicada que les diré
que para que obtengan
el título de POETA
(así, con mayúsculas),
primero tienen que poseer
varias condiciones.
La más importante y esencial
es que sean ¡unos irreverentes huevones!
¡No se asombren!… No es juego…
Escuchen… Estoy diciendo la verdad,
pura y totalmente descarnada,
como dicen algunos poetas y autores,
aunque, hasta el sol de hoy,
no sé cómo se escribe “huevón”.
Para los sabios de la pornografía
“huevón” viene de huevo,
el de la gallina, y como en Venezuela
huevo es sinónimo de “pip픕(falo),
y el huevo de las gallinas
es algo que se le asemeja,
no por lo pequeño,
sino porque da vida,
por ello se escribe con “H” y no con “J”…
¡Claro!, una cosa es segura:
¡Huevón será huevón
hasta que muera
y nunca dejará de serlo
aunque se escriba con “J”!
ya que también significa
bobo, mentecato e imbécil.
Últimamente
y más en la época presente,
esta diatriba se ha convertido
en asunto de Estado.
La revolución,
afirma que se esté donde esté
no se puede hablar
ni de “huevo”o “juevón”, rojo o negro,
ya que cada quien tiene su función
entre los fanáticos del sexo y la adoración.
Y ahí la cuestión: Huevo o Juevo•…
“Huevón” o “Juevón”… ¡Nadie lo sabe!…
Otros escriben güevon, así con “G”
y diéresis, que son los dos diminutos huevitos
que se parecen a unos dos puntos
acostados (¡qué flojos!) sobre la “U”.
Bueno. ¡A quién carajo le importa!
Está cuestión es muy enredada.
Es algo así como el to be or not to be”.
(El “Ser o no ser” de Shakespeare).
Para los gringos y algunos mal nacidos
“huevón” se escribe con “j”,
pero sin”@, porque el huevo,
al parecer, no tiene correo electrónico,
ni tampoco “h”, ni destinatario.
Debido a las absurdas declinaciones
que del latín clásico convirtieron
al castellano puro (o sea al español),
la palabra rolintrancoéhuevón,
sugerida del griego antiguo,
y cuyo sonido huevosilábico
se escucha como “huevón”,
es mejor dejar que los eruditos
consideren esta vital materia
de interés académico mundial.
A fin de honrar y clarificar
esta inexcusable confusión,
mañana, muy temprano, exigiré
a la Real Academia de la Lengua
Española y a sus miembros en pleno,
un estudio exhaustivo e intenso
de la palabra en mengua,
o sea “huevón”, con o sin “h”.
Bueno, no sólo a la gente de la Letras,
sino también a los intelectuales
del gobierno nacional, a sus líderes
y académicos de la margianimalidad.

Por favor… ¡Epa!... ¡Atentos!...
No busquen el significado
de tal obscenidad gramatical
en el diccionario…¡No existe!

¿Y a quién coño le importa
si este sainete tenga sentido o no?…
¡Chao, imbéciles literarios!...
No me fastidien con tus críticas insulsas!
¡Coño, cómo que el calificativo o (¿adjetivo?)
de imbécil me está gustando.
¡Me encanta!… Mientras menos culto soy
en más irreverente me convierto…
¡Epa!.... Estoy utilizando palabras
que los poetas de mi tiempo
calificarían de antiguas o fuera de cosecha…
Un funeral de vocablos desteñidos…
Pero los de ahora…
¡Son tan imbéciles los poetas actuales!...
Creen que con escribir versos
enrevesados que nadie entienda,
ni ellos mismos, son poetas...
¡Esos sí desvarían!… ¡Cuidado!...
¡No se contaminen!... ¡La ignorancia mata!
Hagan lo que estoy haciendo…
Escribir de primera…
Lo que brote de su alma…
¡Esa es la verdad y a nadie engaña!
Es un ejercicio… Un desahogo…
Un decir por decir…
Decir qué estoy aquí…
¡Qué vivo y puedo escribir!
Aquí no hay truco,
ni palabra estudiada
o premeditada
y mucho menos rebuscada.
Sólo una transpiración de amor,
desventura y no de locura,
condimentada de dolor
con aroma a sufrimiento.
¡Aprende a manejar
la pasión y la angustia,
porque el tormento
y el desespero será tu guía!
Dolor… ¡Dolor!…
¿Porqué tanto dolor, Dios mío?
¿Por qué no decir, por ejemplo:
“Las piedras azules
soñaron con el tiempo
y las horas pidieron perdón”.
¡Qué bonito, pero es mierda!...
Sólo una frase construida
con la razón y no con el corazón.
Las frases hechas son eso,
simples metáforas egoístas
que no tienen principio de vida.
Letras absurdas
que absorben la esencia de ti mismo.
¡Basura que no surge del corazón,
del alma o el sufrimiento!...

Suenan las campanas... Suenan…
Escucho sobre la piel el sonido…
¡Estoy perdido!… ¡No sé dónde ir!...
Anido el dolor… Su timbre es mi voz…
Suenan las campanas… ¡Vuelve Dios!
¡Vuelan tus alas de ángel! ... ¡Vuelan!…
¡Atrapa mi angustia!... ¡Estoy casi perdido!

¡Coño!... ¿Dónde quedé?...
¡Qué carajo!... No me importa nada,
siquiera que piensen
que soy un pendejo.
Van a creer precisamente eso:
¡Qué soy un viejo huevón (¡Juevón?).
Les repito (¿?), jóvenes poetas,
para ser poeta
no se necesita un tema
siquiera un porqué
o un momento,
menos una inspiración,
ya que la inspiración
del poeta es la vida misma,
el aire que respira,
el prado, la flor que germina,
el cielo azul o un sonido
que le transmite ternura,
y más, aún,
la forma de una palabra
o el color de su letra.
¡La inspiración es la vida misma!...
¡Es toda la vida!... Es ella… ¡Ella!...
En cualquier momento…
En cualquier sitio
o lugar distante…
En cualquier época
de la existencia o edad.
¡La inspiración
es la vida en sí misma!
Para ser poeta tampoco
se necesita de un Dios que los guíe,
aunque al mío (que no lo veo
pero si lo presiento)
lo amo sobre todas las cosas…
A Él, sólo a Él,
no a divinidades humanas,
fundamentales o celestiales,
le debo todo… Lo que soy…
El poeta nace sin saberlo…
Desde la cuna se es poeta.
Nace marcado.
Tiene un don innato.
El don que concede el sufrimiento…
Es la herencia bendita
de la sensibilidad,
de las lágrimas,
del nudo que se te forja
en la garganta cuando la injusticia
arrasa a la humanidad
y la humilla de dolor.
El poeta es el representante
del dolor en la tierra,
del ser que está más allá
de la banalidad
y más cerca de lo sagrado
y, porqué no, de lo obsceno.
Que no pertenece
a organismos hipócritas o fariseos
porque no lucha
por riquezas o poder.
Es el guerrero de la palabra
que libra una eterna batalla
en los caminos que anidan al amor.
El poeta es un artesano de la palabra,
un fabricante de sueños,
carpintero de ilusiones,
un obrero del alma pura
y, lo más importante,
un héroe de la sensibilidad,
invulnerable a cualquier falsedad
porque su guía es divina.
Su único ideal es la vida
y su esencia enseñar al mundo
el poder de los sentimientos.
¿Qué importancia
tiene el repetir o no palabras
si los versos se conjugan con el corazón?
¿A quién le importa
si las vocales hablan solas?
Si se te ocurre escribir pensando,
calculando cada frase o giro idiomático
y cambiar los versos salidos del alma
nunca serás poeta,
sino un intelectual que presume serlo.
El poeta… El verdadero poeta,
escribe de un solo tirón y sin corregir...
Al igual que los grandes,
sean escritores, poetas, artistas,
pintores, clérigos,
reformistas o locos sin ataduras…
Como Baudelaire, Buesa,
Neruda, Bécquer, Darío o Machado.
Para luego seguir con Borges,
Espronceda, Lorca, Nervo y Martí.
Y finalizar con Vallejo, Pellicer,
Whitman y Lord Byron,
solo para citar algunos.
Y, porqué no, los juglares de España
y los genios el mundo, entre ellos,
además de Cervantes o Unamuno,
Lope de Vega o los sádicos Maquiavelo,
Calvin y Lutero, hasta llegar
a la Utopía de Tomás Moro
no sin antes pasar por la Inquisición
y regresar a Dante y su Divina Comedia…
Picasso y Botero, o los que están
por venir en el tiempo y la victoria,
son meros observadores de las letras
y su color, nunca poetas de la palabra.
So genios de las pinceladas
y de sus formas etéreas,
porque sus lienzos
son páginas plenas de poesía visual.
¡Estoy con ellos!… En su alborada…
¡También son genios!
¿Es esto una locura?…
¿Son éstas líneas letras sin cordura?
Si descalifican mis palabras,
reiré sobre el estiércol
pestilente de la maledicencia
e hipócrita perversidad.
Mi intención,
la del ayer y la del hoy,
la del poeta solitario,
pero pleno de vigorizante pasión,
es la de no ser didáctico,
porque no soy profesor de nada,
siquiera de la vida,
que me ha dado duro,
menos profeta, adivino
o cartomántico turbador…
Hay otro fin…
Todo lo he hecho para dibujar,
con letras sonoras, un esquema
para que cualquiera,
sea andino, oriental, guayanés, llanero,
loco o musulmán o el hombre
que está escondido en Afganistán,
pueda ser poeta y hombre alejado del mal
porque nadie se ha cagado
sobre la madre irreal de los vocablos,
sus rimas y versos
como éste poeta infiel y terrenal…
Es el final… ¡Todo se acabó!
Pero, ¿Ya sabes qué contar?…
¿Cuál es tú cuento?...
¿Cuál la historia perdida?…
¿Por qué no la cuentas?...
¿Cuál es el principio?... ¿Cuál el final?
¿Dónde comienza y por qué?...
¿Dónde estás?... ¿Dónde?...
¿Qué lugar ocupas en el mundo?
¿A quién le importa?, ¿A quién?.., preguntas.
¡Mírate a ti mismo!... ¡Mira al mundo!
Respira su aire… ¡Qué bellos es!
Allí está Dios… ¿Lo ves?...
Es Tú padre… El padre celestial…
A Él sí le importas… ¡Él es tú mundo!


P/D: Podría seguir escribiendo,
hasta el último recodo del universo,
hasta el suspiro postrero,
pero ahora me hechiza la quietud.
Palpito sobre las letras,
que piensan antes que yo.
La palabra… ¡Me traiciona y ama!…
Es la culpable de todo… La sencillez…
La mujer de las letras, la amada noble
de la gramática que a todos atrapa…
¡Amo la palabra!... ¡Amo a Dios!
¡Amo a la madre poesía!...
¡Amo la vida mía!... ¡Amo al amor!

martes, 17 de agosto de 2010

EL DESCANSO


El pintor Diego Fortunato con su querida y hermosa hjia
Viviana en una tarde de espléndido sol en Milazzo (Sicilia).


El descanso (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76,5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA

COLECCIÓN PRIVADA Famila Nocerino (Italia).



LA SOCIEDAD DE LOS POETAS LIBRES

A todos los soñadores que pincelan palabras.






En un mundo ignoto
de pensamientos vivía
una sociedad secreta tan hermética
que los fantasmas de las ideas
decidieron investigar su paradero.
Surcaron montañas de letras,
consonantes, pronombres y verbos.
Pasaron ríos plagados
de preposiciones, artículos y acentos.
Una avalancha de adjetivos
casi los tapia entre lanzas de diptongos
y las letales rimas mientras pasaban
un destartalado puente colgante
hecho de fibras de sujetos
y pretéritos imperfectos.
Sin aliento, llegaron a la cima.
Adheridos a una lustrosa pared de comas
pasaron sobre los resbaladizos
puntos suspensivos
y de pronto, ahí estaban,
frente al majestuoso
y señorial punto final
que estaba flanqueado
por dos rudos puntos y coma
que sostenían afiladas exclamaciones
y cuatro fuertes e insensibles dos puntos
que en su pecho terciaban
un enjambre de cartuchos de interrogantes.
Recobradas las fuerzas,
los fantasmas de las ideas,
tambaleantes, le preguntaron:
¿Qué tenemos que hacer
para tener el honor de ser miembros
de vuestra distinguida sociedad?...
¿Qué méritos alcanzar
y cuál la cuota que debemos pagar?
El privilegio es simple,
contestó el Rey de los puntos,
tanto que no se necesita mucho:
Es tomar amor, sueños y fantasía
y juntas lanzarlas en un bosque
repleto de pasión, ilusión y sentimientos.
Cuando comienza a oler a esperanza
se adereza con un poquito de dolor,
se le echa dos gramos de realidad
y cuatro cucharadas de imágenes surtidas
y dos hojas de llanto picante
cultivadas en el corazón.
Cuando la cocción
pasa de las horas del pensamiento
ha llegado el momento ideal
de ponerlo a enfriar
no sin antes darle otro toque de amor.




Después, sólo una palabra…
y detrás de ella otra cabalgando
sobre una más lejana y ésta corriendo
con alegría tras otra que busca la libertad.










domingo, 1 de agosto de 2010

Sobre las olas del tiempo


El pintor Diego Fortunato en San Giminiano, Italia. Al fondo el castillo-
fortaleza donde Nicolás Maquiavelo estuvo preso, tiempo que aprovechó
para gestar una revuelta y escribir parte de El Príncipe, su obra cumbre.



Sobre las olas del tiempo (2005)
Pintor Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina 21 x 29,7 cm.
Serie EL LENGUAJE DEL ZEN
(LA SERIE CONSTA DE 496 OBRAS).



QUISE

Encontré una margarita
en el cielo aquel día.
Estaba atrapada de una nube en un riel.
Quise salvarla con un beso
y abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Volé hacia ella. Cabalgué sobre corceles de sueños.
Remonté cabañas de viento. Crucé el tiempo.
La felicidad alargó su mano. Un ruiseñor
brindó su canto a la vida. La alegría renació aquel día.
Le di fuerte a las riendas. Casi pude tocarla
pero mientras más avanzaba la flor se alejaba.
Frágil es la dicha. Frágiles los sueños.
Quise salvarla con un beso…
Quise abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Lloró el sol aquel día… Lloró el alma mía…