viernes, 27 de enero de 2012

EL GUADARROPA DE LA VIRGEN


La madonna (1998)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 120 x 100 cm.
Serie VITRALES VIRTUALES
Colección Privada


EL GUADARROPA DE LA VIRGEN



Fe tengo
y a borbotones.
Devoción también.
De las puras y sinceras.
Amo a la Virgen María.
Amo su inmaculada
santidad, misericordia
y divina pureza virginal.
Eso no lo pongo
en duda y jamás podré
hacerlo mientras viva.
Aclaro esto a fin de disipar
malévolos y perversos
pensamientos o gratuitas
acusaciones por lo que irán
a continuación leyendo.
Cristiano soy y de ateo
no tengo un ápice.
En fin, creo en Dios
y lo amo por sobre
todas las cosas
terrenales y divinas.
Pero una cosa
yo no entiendo. Y no es
que sea bruto, ignorante
o un inmaduro tarado mortal.
¿Qué es lo que no entiendo?
Pues bien, iré al grano.
No entiendo porqué,
si la Virgen María
es una sola y no existe otra
similar en todo el universo
que mi Dios Omnipotente
y Todopoderoso creó,
porqué, repito, siempre que la Virgen
aparece, aquí, allá, en Siberia
 o en la Conchinchina,
la pintan distinta y de mil maneras,
si la Virgen es una sola
y la misma tiene que ser siempre.
No entiendo porqué los complejos
humanos la visten de tal o cual manera,
si la Virgen siempre es la misma,
única, santa y bondadosa.
Eso no suena ni parece lógico
ni real… ¿ Será que allá en el cielo,
Paraíso, Edén o donde more la Virgen
por toda una eternidad,
ella tiene un guardarropa
muy nutrido y especial?
¿Y por qué razón debe tener tanto
y tan lujoso ropaje, cuando aquí
en la Tierra mucha hambre y frío
pasan mis desarropados vecinos
de la humanidad? ¿No será ese
un invento de los rebuscados,
oscuros y perversos señorones
que dirigen la opulenta,
capitalista, voraz e inmoral
Iglesia terrenal?
Para mí la Virgen es una
y única, y no me importa
como me la quieran pintar
o vestir, porque en mi fe
me la imagino humilde,
bondadosa y de gran corazón.


Devoto soy
y lo seguiré siendo
hasta que Papá Dios
me diga hasta aquí
llegaste chirulí.
Pero que no me vengan
con esos cuentos
insanos e insensatos
de una Virgen muy oronda,
vestida de oropel,
corona de oro,
rubíes y diamantes
por doquier. Mi Virgen
siempre será santa, pura
y virginal, pero nunca
ostentosa como una madame
de la alta sociedad.
Por el contrario: será sencilla,
humana y vestida como el pueblo
que habrá de guiar hacia la santidad.
Esa es mi Virgen y ninguna más.
Además, ¿por qué tienen que vestirla
como reina pagana si era la humilde
esposa de un carpintero que por
gracia divina concibió a Jesucristo,
también humilde y divino conductor
de la humanidad espiritual?
Y no me digan ahora los farsantes,
fariseo e hipócrita jerarcas
de los templos, que soy un hereje pecador
y que me tendrán excomulgar
porque sacrilegio impune
he cometido al percibir a mí
Virgen María pura, sencilla
y santa, pero vestida
como una persona normal.
Tampoco me vengan a decir
que tras el esplendoroso guardarropa
de la Virgen, que ha aparecido
infinidad de veces en todo el orbe,
de norte a sur y de este a oeste
en este mundo terrenal,
que todo es obra de la fantasía
o imaginación humana,
refrendada por la iglesia municipal
y después por Su Santidad,
quien cómplice ha permitido
vestir a mi Virgen María
como una señorona de la impúdica
nobleza del Medioevo
o del luminoso Renacimiento.
En fin, no me vengan
con cuentos chinos,
porque detrás de todo esto
hay tufo de perversa
y confusa maldad.


La Virgen es una sola,
única e irrepetible y siempre
será la misma buena, bondadosa
y santa madre y mujer
aunque algunos
con intenciones insanas
busquen vestirla como una reina
de la decadencia moral.


Mi Virgen es simple,
hermosa y virginal
como cualquier madre
de la época de Jesús,
el hijo unigénito de Dios
concebido en su vientre
por obra y gracia
del Espíritu Santo.
Una cosa les diré:
aunque me la pinten
vanidosa, altiva y ostentosa,
llena de esplendorosas joyas
o sentada en trono de oro,
siempre la voy a querer
como siempre lo he hecho.
Pero la Virgen de mis sueños
y devoción, es una santa mujer
vestida muy sencilla,
con manto de lino blanco
que cubre su cuerpo
desde la cabeza hasta los pies,
con mirada angelical
y estampa celestial. Eso me
basta. Eso basta a mi fe,
No sé si a ustedes, ¿Para qué
más, si la amo de verdad?



El pintor, escritor, poeta y novelista Diego Fortunato en plaza San Marcos (Venecia) durante un día de otoño muy lluvioso.


© Diego Fortunato
diegofortunato2002@gmail.com






viernes, 20 de enero de 2012

CORAZÓN SIN NORTE


El baúl (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada Familia Capriles Ayala




CORAZÓN SIN NORTE



Vaga aquí,
vaga allá.
No sabe
dónde ir.


Vaga aquí,
vaga allá.
Tiene miedo
de vivir.


Corazón
sin norte,
bruma perdida
en la desesperanza
de la vida.


Vaga aquí,
vaga allá.
Vagabundo
del dolor.


Vaga aquí,
vaga allá.
Vive sólo
por vivir.


Corazón sin fe,
corazón atormentado
por el pasado
que le tocó vivir.


Vive aquí,
vive allá.
Golondrina
sin norte
ni camino
busca dentro,
muy dentro
de tu corazón,
y encontrarás
el sendero hacia
la ansiada felicidad.





Alegres y felices. El pintor, novelista y poeta Diego Fortunato con Deborah, Viviana y Cristhian, tres de sus cinco hijos.

domingo, 15 de enero de 2012

EL PERFUME DEL SILENCIO



...y delante del trono cuatro seres viviente llenos de ojos delante y detrás (Apocalipsis cap. 4 ver. 6, 7 y 8)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm
Año: 1988
Serie APOCALIPSIS
Colección Privada



EL PERFUME DEL SILENCIO



Estuve solo,
no sé si por horas
minutos,
o fracciones
de ellas.
¡Qué importa
cuánto tiempo
fue!... Para mí
fueron años,
quizás
una eternidad.
Cabalgaba solo
sobre crestas de paz
en la inmensidad
del silencio.
Ni un ruido,
sólo su suspiro
y murmullo
celestial
envolvían
todo mi ser.


Una alondra
y luego un pájaro
cantor
atravesaron
fugazmente
el silencio,
el cual se acercaba
tanto, pero tanto,
a mí que hasta
pude oler
su perfume
de colores
y madreperlas
transparentes
como el sueño
divino del Creador.


No podía
separarme
de aquel perfume,
ahora de jazmín
y rosas plantadas
en el infinito.
Absorbido
en la quietud
absoluta
de su silencio
y perfume
embriagador
de pronto vi
sus ojos de miel.
Su mirada
de alegría
y silencio
destellaban
de tal forma,
que me sentí
ruborizar
por instantes
imprecisos.
Nunca vi
mirada igual
ni ojos
tan profundos
impregnados
de paz.
Seguí viéndolos
mientras
una lágrima
de silencio
y paz redentora
descorría callada
por mi mejilla.


Estaba solo,
no sé si fueron
horas, minutos
o fracciones
de ellas.
¡Qué importa
cuánto tiempo
fue!... Para mí
fueron años,
quizás
una eternidad,
una eternidad
que jamás
olvidaré porque
donde está Dios
está el perfume
del silencio.



 


El poeta, escritor y pintor Diego Fortunato descansa sentado en una baranda durante un día neblinoso en el lago de Garda, laguna alpina de origen glacial. (Entre Brescia y Verona, Italia).


lunes, 12 de diciembre de 2011

AMBICIOSA SOLEDAD

Ambiciosa soledad (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 X 100 cm.
SERIE Horizontes perdidos
DESTINO: Desaparecido en combate  



DETRÁS DE LA PUERTA





Detrás de cada puerta,
de todas las puertas
que existen en el mundo,
de la tuya y de la mía,
siempre hay angustias,
dramas, frustración
e inquietudes teñidas
de opaca felicidad,
de quimeras olvidadas,
de sueños rotos.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas
que hay en el mundo,
aunque exista paz,
una paz vestida
de querubines celestiales
y vírgenes del edén,
también siempre hay
un hado perturbador
que la puede disolver
en instantes, en un abrir
y cerrar de ojos, y dejarla
partir al infinito, al olvido,
tal como parte el arco iris
después que pincela
el cielo en toda
su galana hermosura.


Detrás de cada puerta,
de todas puertas del mundo,
hay miseria ruin, miseria
sin fin, balanceándose
silenciosa en el columpio
de la dicha. Sólo un movimiento,
un pequeño ademán bastaría
para robar con cruel despiado
la felicidad al alma generosa.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas del mundo,
de la tuya y de la mía,
la apariencia, tolerancia
y soledad se dan la mano
en hipócritas palmadas
con la soberbia, prepotencia
y sublime maldad que sólo
el espíritu corrupto puede cosechar.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas
que existen en el mundo,
todo es ofuscación
y confusión. Odio y rencor
malsano y hasta gratuito,
conviviendo con un amor
frágil y encapuchado.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas del mundo,
de la tuya y de la mía,
hay apetito voraz.
Un sanguinario depredador
matizado de odio y crueldad,
que espera escondido
el momento oportuno
para dar su zarpazo
fiero y letal. No importa
si son hermanos, primos,
herederos malsanos,
princesas de la ofuscación,
madres, padres, esposas,
curas o botiquineros.
Sólo espera el momento
preciso y fatal.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas del mundo,
de la tuya y de la mía,
se asoma la luz de la dicha
y felicidad, el farol divino
e incandescente de la bondad,
pero siempre habrá una nube
amenazante y perversa.
Una mano invisible y temblorosa,
a la que los sabios llaman
los tentáculos de la envidia
y satánica maldad.
Ella siempre estará presta
para su certero golpe final.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas del mundo,
de las puertas de los siete
mil millones de almas
con que ya cuenta la humanidad,
también mora la esperanza,
el amor, la felicidad y la alegría.
No dejemos que el tenebroso
y oscuro misterio de la malignidad
salga invicto y triunfador.
Sólo una sonrisa bastará.
Una sonrisa de amor que brote
del alma henchida y rompa
el hechizo de la maldad.


Detrás de cada puerta,
de todas las puertas del mundo,
de la tuya y de la mía,
hay amor y paz.
Alegría y felicidad sin fin,
pero también sinsabores
miedo, odio y crueldad.
Sólo falta elegir. Yo ya elegí.
¿Qué eliges tú?



El pintor, novelista y poeta Diego Fortunato entrevistando al Rey Pelé en su época
 de periodista deportivo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

TIEMPO DE AMAR

Tiempo de amar (1989)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 X 76.5 cm.
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada familia Nigro (Italia).


CÓMO DECIRLO



Cómo decir
que te amo
más allá
de las cosas
infinitas.
Que tú sólo
suspiro
enciende
mi alma
en fuego
de lava bendita.


El perfume
que adorna
tu piel venerada
cabalga
sobre río
apasionado
en noches
de sueños
dulces
y encantados.


Cómo decirte
lo tanto que te amo
si al verte sólo
balbuceo palabras
sin sentido.


Cómo quisiera
robarle un beso
a tus labios dorados
para morir loco
y muy embrujado.


Eres mi súplica
sagrada.
La que surca
el universo
más allá del todo
y la nada
y jamás podría vivir
sin sentir tú latir
en mis sienes
ardientes.


Tus ojos de miel
plenos de de vida
es luz que alumbra
con alegría la vida.


Olvidarte
jamás podría
sin antes no sentir
la humedad
de tu cuerpo
fundirse en el mío.


¡Cómo decirlo!
Eres el todo
y la nada.
El universo
y el cielo azul.
La tormenta
y la calma.
El fuego y el frío.
El aire y su armonía.
El amor y la pasión.
El aliento de vida
porque sin ti la vida
nada sería…


¡Cómo decirlo!…
Cómo encontrar
palabras eternas
para decir que te amo
hasta más allá
de las cosas infinitas.




El pintor, poeta y novelista Diego Fortunato en Forte dei Marmi (Toscana,Italia).


lunes, 24 de octubre de 2011

      La máscara (1989)
Pintor Diego Fortunato
Acrílíco sobre tela 122 x 76.5 cm.
Colección Privada Famila La Rosa Pastrán



SI FUESE UN INSTANTE





Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
dibujaría un mundo mejor,
lleno de alegría y paz.
Hermosas y risueñas
golondrinas vestidas
de amor esparcirían
por el sendero del infinito
un himno inmaculado
con olor a jazmín.
Sentado en el borde
del tiempo escucharía
como niño embelesado su canto
de quietud y hermandad.


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cincelaría en el espacio infinito
una estatua de bondad eterna
sobre pétalos de rosa
y perfumados océanos de miel.


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cabalgaría sobre corceles
de vida para derrotar
al hambre voraz
que como peste maldita
mutila y silencia la vida.


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
con lágrimas de júbilo
besaría al prójimo mío
y bendito por ser parte
y sueño de la vida mía.


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
rogaría a los cielos
por la armonía y la amistad
de todos los seres
del universo inmortal.


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
tejería sueños de libertad
sobre montes y praderas,
lagos, mares y ríos
para que en la tierra toda
germinen profundos
sueños de fraternidad.


Si fuese un instante,
si ese instante fuese ya,
abrazaría a toda la humanidad
y con susurro de querubines
le cantaría al oído
“¡Te amo por existir,
tanto como Dios
nos ama a todos por vivir!


 
Diego Fortunato en compañía de la versátil
y fabulosa cantante brasileña Eliana Pittman.

miércoles, 5 de octubre de 2011

URL, EL SEÑOR DE LAS MONTAÑAS


    Lea la novela completa en www.urlelsenordelasmontanas.blogspot.com


EL BRILLANTE CAZADOR

           A Orión, el cazador más deslumbrante del universo.
                       (De mi serie de poemas titulados Homenaje al Infinito).




Te encontré cerca del río Eridanus,
junto a tus perros de caza Canis Mayor
y Canis Menor, mientras batallabas
contra la constelación de Tauro.
Bajo el brillo incandescente
de Betelgeuse, la supergigante roja
que siempre te acompaña
en tus correrías, me uní a tu coto
como fantasma furtivo.
Me emocionó verte erguido,
cual gigante colosal,
con tu garrote de bronce en alto
apuntando a la enorme cabeza
del furioso de Tauro, quien estaba
a punto de embestirte,
mientras en tu mano izquierda
asías el gran escudo de luz y vida.
Nunca vi yelmo tan deslumbrante
sobre cabeza de guerrero alguno
ni espada tan resplandeciente
y afilada como la que colgaba
de tu cinturón de estrellas.
Apoyabas tu pie derecho
sobre el inofensivo conejo
que pacía sereno en los prados
azules de la protectora Rigel.
A lo lejos, muy coqueta,
distinguí a Bellatrix, la indomable
amazonas del cuadrilátero exterior
guiñándole el ojo a Saiph.
Después, muy oronda,
sosteniendo orgullosa y en alto
tu cinturón, vi a la vieja Mintaka,
que a sus 915 años luz
de distancia, lucía espléndida
junto a Alnitak y a Alnilam,
la más brillante y hermosa
estrella jamás conocida por nadie.
Parecían Tres Reyes Magos
o, mejor dicho, las Tres Marías
del divino universo creado
por el Todopoderoso Dios.
Más abajo advertí, un tanto triste,
pero moviéndose en forma
excéntrica, a Hatysa. A su lado
Tabit, la enana amarilla,
Meissa y todas las demás
estrellas de tu corte celestial.
las cuales vestían brillante atuendo.
Lucían esplendidas, como listas
para un baile del espacio señorial.
Los antiguos griegos decían
que naciste de los orines
de los dioses Zeus, Poseidón
y Hermes, después que visitaron
a Hirieo de Tanagra, un anciano
que no podía tener hijos,
pero que con pasión deseaba uno.
En agradecimiento a su hospitalidad
y después de degustar un suculento
buey entero que Hirieo cocinó para ellos,
los dioses le hicieron una promesa
para que su deseo se cumpliese:
orinaron (otros dicen que eyacularon)
sobre la piel del buey que se habían
comido y luego lo enterraron.
Le dijeron que a la décima lunación
lo desenterrara. Cuando Hirieo lo hizo
se encontró con un hermoso y robusto niño,
a quien llamó Urión, el que orina,
en gratitud a los orines de los dioses
que lo habían engendrado.
Otros, en cambio, decían
que Orión había violado a Mérope,
hija de Enopión, quien por ello lo dejó ciego.
No obstante, Helios le devolvió la vista
y Orión se convirtió en compañero de caza
de Artemisa y Leto, pero en cruel venganza,
prometió acabar con todo animal
que transitase sobre la Tierra.
Cuando Gea, la madre Tierra, se enteró,
agarró tan soberano disgustó
por la innoble actitud de Orión,
que lo hizo picar por un gigantesco
escorpión que enseguida lo mató.
Y así, las leyendas y los mitos
sobre Orión se multiplican y siguen
y seguirán hasta el último de los días,
aunque la verdad es que nunca dejará
de acosar por siempre a las Pléyades
y presidir el infinito universo
como un invencible y brillante cazador.


El descanso (1985)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76.5 cm.
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
Colección Privada familia Nocerino.

miércoles, 21 de septiembre de 2011


13 de abril, desde ahora a la eternidad
DÍA NUNDIAL DEL AMOR




Aunque no soy nadie o, quizás, un don nadie, ni tampoco me crea absolutamente en nada para estar decretando nada (valga la cacofonía), y tampoco mi ego anda por la estratósfera o "desorientado", se me antoja decretar o, establecer, si así lo prefieren, el 13 de abril, desde ahora hasta la eternidad, (la fecha también es otro antojo) como el Día Mundial del Amor (y no de los Enamorados), basado única y exclusivamente en el principio universal y divino de que el amor todo lo puede, según se afirma (y yo lo creo y creeré firmemente hasta la muerte) en el Capítulo 13 de la primera Epístola del apóstol san Pablo a los corintios, todo el dechado de virtud y sublimidad espiritual.


  En los próximos días, también si se me antoja, escribiré una breve Declaración de Principios sobre esta fecha y su importancia, la cual será fundamental para el renacer de la humanidad y la creación de un nuevo hombre, el Hombre Espiritual (alejado del maligno materialismo), cuyos intereses y conducta serán regidos por el amor, el amor al prójimo y al Ser Supremo.


Mi bailarina y los grandes viajeros de Carlo Maria Mariani  (1987)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm. 
Colección Privada familia Mecia Loyo 



EL ENIGMA DEL AMOR



¿Qué sería
del mundo
si no existiese
el amor?
El vació, la nada
en la existencia.
Sería el ocaso
de los sueños,
la muerte
de la esperanza.


Sin amor
nada hay
ni nada somos.
La vida no
tendría sentido
sin su abrigo.
Sería oscuridad
y tormento.
Las caricias
y la ternura
así como
la risa pura
reposarían
en la sepultura.


¿Qué niños
nacerían?...
Y a los ancianos,
¿en qué pestilente
mundo los tirarían?
¿Dónde
a los lisiados,
huérfanos,
enfermos,
pobres
y desheredados?


Sin amor
nada somos
ni nada
podemos ser.
El amor
lo es todo
y sin amor
la humanidad
se extinguiría
en un soplo
sin disparar
bala alguna
y ninguna falta
harían bombas
atómicas o viles
guerras asesinas.


El amor lo es todo.
El suspiro, el aire
que respiras
y la mano amiga
que te salva la vida.
Las lágrimas,
el consuelo
y la dicha
de estar vivo
como un ángel
que surca libre
el firmamento.


No hay vida
sin amor,
ni amor sin vida.
Son indivisibles,
como el cielo
y la tierra,
como el agua
y el río,
como la mente
y el cuerpo.
Caminan siempre
juntos,
de las manos
tomadas,
en las veredas
del universo
hasta los confines
de la alborada.


No hay vida
sin amor.
Son indivisibles.
Nunca podrán
vivir separados
porque así
lo quiso Dios.
¡Es el milagro
eterno
de la creación!






Con mis cinco hermosos y amados hijos. Son: Diego Odín, Viviana Alejandra, Daniela Andreína, Cristhian y  Deborah Alejandra. Yo, por supuesto, soy el del centro.



martes, 6 de septiembre de 2011

...Y ABRIÓ EL POZO DEL ABISMO

...y abrió el pozo del abismo (Apocalipsis, IX, 2)
1988
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartUlina 66 x 48 cm.
Serie EL TEMIDO APOCALIPSIS



EN UNA REGIÓN FINITA DEL INFINITO
(De mi serie de poemas titulados Homenaje al Infinito).


No soñaba,
mucho menos
estaba despierto.
Sólo vagaba
en los espirales
de mi mente
cuando de pronto
me encontré
en un agujero negro
que está más allá
del fin del mundo.
Escuché gritos
a mí alrededor
pero no sabía
de dónde venían
y qué decían.
Seguí observando
un rato más
en la tenebrosa
inmensidad.
Un ruido infernal
de pronto
atrajo mi atención.
Miré a un lado,
después hacia otro,
y nada. Volví a mirar,
está vez hacia
el sótano de infinito
y vi como un gran
agujero negro
eyectaba potentes
chorros de materia
color ámbar carmesí
que estallaban
en loco remolino
de vida y de muerte.
Puse atención
y aguce los oídos.
Los aullidos venían
de las cavernas
de la oscuridad
más oscura.
Quise escapar
en un instante,
pero algo me detuvo.
Estaba en la curvatura
del espacio-tiempo
y vi varios horizontes
de sucesos y yo reflejado
en cada uno de ellos
y en cada etapa de mi vida
hasta el nacimiento.
Era muy hermoso
y de nítido placer
a mis aterrados ojos,
pero quería escapar
porque estaba
en el límite del espacio
y de allí nadie logra huir,
siquiera un rayo
de fina y tenue luz.
Di un salto,
después otro
un poco más fuerte
y en un instante
estaba sentado
más allá del centro
de la Vía Láctea,
fuera de todo peligro
y de los tenebrosos
agujeros negros
y sus cuatro dimensiones
geométricas de carga
eléctrica letal.
Me sentía dichoso
y satisfecho.
Había presenciado
en el infinito la muerte
de una gigante roja
que en miles de millones
de años se convirtió
en una enana blanca
y luego en agujero negro
y salí ileso en el intento.
¿Qué cuánto tiempo
estuve allí?... ¡Qué importa!...
La velocidad de la mente
no se mide por los miles
de millones de neuronas
que una persona tenga
en su pequeño cerebro,
sino por la velocidad
de sus pensamientos
y luminosa imaginación.



El pintor y escritor Diego Fortunato junto a Ana María La Rosa, su segunda ex (de tres esposas), el día de la boda de su hija Viviana Alejandra Fortunato La Rosa y Rafael González Fernández (Agosto 2011).