jueves, 27 de junio de 2013

LA MAJA INDÍGENA

La maja indígena
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre cartón
Medidas: 66 x 48 cm
Año: 1987
Colección privada del pintor


ESTABA RECOSTADO DE UN DESEO

Un “enmascarado” homenaje a La Gran Sabana

Tirado en noche
oscura sobre el verde
y oloroso prado salvaje
y al abrigo de un paraguas
de estrellas, miraba al cielo
en busca de un lucero fugaz
para pedirle un deseo.

Estaba alejado del mundo,
de sus guerras criminales,
de sus odios infernales,
de sus luchas malditas
y violencia materialista.

Estaba ahí, donde la paz
puso su nido. Donde Dios
hace la siesta en días festivos.
Alejado de la eternidad
de las horas opacas y sin sentido.
De las luchas estériles de los poseídos
por el olor del dinero y la riqueza perversa.

Estaba en esa gran sabana,
hoy ungido paraíso terrenal,
que aún no ha sido contaminado
por la civilización siniestra y letal.
Estaba entre seres puros en humildad,
en el único recodo que se ha salvado
de la rapaz garra sucia e inmoral.

No sé si me perdonarán
mis hospedantes, los sabios
pemones, arekunas y demás,
pero se me hace necesario
revelar dónde estaba a fin
de enseñar al mundo
el ejemplo que ustedes dan.

Quizá los haré más adelante,
pero antes quiero terminar
con lo que había comenzado:
La noche se teñía de azul oscuro,
de ese color que nadie ha visto
ni yo sé descifrar. Mis ojos bien directos
no dejaban de apuntar al cielo,
mientras mis labios se desdibujaban
sin querer en sonrisa placentera.
No hay palabras, ni mano humana
que pueda atrapar ese momento.

Mientras suspiraba apareció una,
después otra y luego una legión más.
Eran tantas y tan rápidas,
que se me olvidaron los deseos.
Cerré los ojos suavemente y pensé:
Necesito un sólo deseo
para todas ellas y que todas juntas
logren realizarlo. Volví a suspirar
y pronto dije en mis adentros: “Señor,
Dios mío, devuélvele al ser humano
la espiritualidad perdida… ¡Por favor!”.

Al instante abrí los ojos y desde la pérgola
del cielo, las estrellas aún fluían
con fulgor, rapidez y reluciente armonía.
Parecían fuegos artificiales venidos
de las bóvedas del infinito desconocido.
¡Qué espectáculo tan magistral que ojos
humanos y radiantes pudieron ver y maravillar!

Me incorporé tranquilo. Sacudí
alguna paja que se había adherido
a mi camisa de lino y caminé lento
hacia la churuata, una especie de castillo
tejido con telarañas de palma moriche.
Suspiré otra vez, esta vez aún más profundo,
que creo que hasta en el fin del mundo
se escuchó su sentir. Acordeones,
una flauta y un violín sonaron en mí ser,
muy adentro, tanto que aún lo siento.
Fue la señal, no sé. No me atrevo a predecirlo.
Lo único que sé es que mi deseo pronto
se cumplirá porque el mundo ansioso está.

Volviendo a lo otro,
con mucha pena y obediencia
debo decir que me fue negado
y al mismo tiempo yo me lo he prohibido,
revelar dónde queda mi paraíso terrenal.
Está en la tierra, claro está.
Ni tan cerca ni tan lejos, dependiendo
de donde usted está. Pero una cosa
es cierta :¡Ahí no hay maldad!

Una pista les he dado
porque así me fue permitido.
No hay mal sentido en este relato.
Lo lamento mucho, pero debo preservar
el único recodo donde Dios en las tardes
va a descansar y a soñar por un hombre
justo, espiritual, más humano y menos letal.

¡Lo sé!… ¡Él también sabe que vendrá!




El pintor, escritor y poeta Diego Fortunato con su amiga Marilú Lorza y otra amiga de Puerto Ordaz en un alto en su camino hacia al Paraitepuy, puerta de entrada al mágico y extasiante Roraima, tepuy sagrado de los pemones, ancestral etnia indígena, guardianes indiscutibles de La Gran Sabana (Estado Bolívar, al sur de Venezuela). Su alto tenía un propósito: lanzar a los vientos para que se escuchase hasta en los confines de universo su ¡Ommmmmmmm!, el armonioso ruido que emite el planeta Tierra cuando se desplaza en su órbita celeste.



EL POEMARIO Acordes de vida, donde se publica Estaba recostado de un deseo, Y OTROS 14 LIBROS

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sábado, 22 de junio de 2013

¿QUIÉN ERES?

El viajante  
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Medidas: 91 x 61cm.
Año: 1987
Colección privada José Antonio Rodríguez.



¿QUIÉN ERES?

Te encuentro en el viento.
En el suspiro que acaricia la flor.
En el aliento que ahoga mi alma.
Eres el todo en la nada de mi existencia
y siquiera sé quién eres.


Vivo arrullo de agua.
Piel al vaivén de olas sin lamento.
Locura del firmamento…
Estrella que ahogas la tormenta,
dime, por favor, ¿quién eres?

Entraré en la estancia del recuerdo.
En el murmullo de la luz
para saborear tú beso en el tiempo.
Límpida locura, alma sin cordura
que atrapas mi vida con ciego torzal,
de dónde vienes, ¿quién eres?

Danza impetuosa que acaricia la creación.
Estás allí, en toda tú hermosura,
hembra galana, mujer amada, sueño loco,
mujer mía que abrazo en el tiempo,
porqué me castigas con tú silencio.

El pintor, escritor y poeta Diego Fortunato con su hija Daniela Andreína Fortunato en Plaza San Marcos (Venecia, Italia), en un día muy lluvioso.


EL POEMARIO Palabras al viento Y OTROS 14 LIBROS
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miércoles, 1 de mayo de 2013

PISADAS

 El silencio de la línea
Pintor: Diego Fortunato 
Técnica: Tinta china sobre papel
Tamaño:14,7 x 21 cm.
Año: 2005
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN
COLECCIÓN PRIVADA


PISADAS


Un paso,
     después otro
   y, después,
   lentamente
   el silencio.
       ¿Y ahora, qué?
  Otro paso,
         uno más fuerte,
       uno que habla,
      uno que calla.
      Viene el otro,
            siento sus pisadas,
     corre y calla,
     busca la vida,
                  pero están las murallas.
     El último paso
            se queja y maldice,
                  no hay vida intermedia,
            ni historias de hadas
   sino un abrazo
      a la suerte vacía.

El pintor y escritor Diego Fortunato con el animador de televisión Don Francisco en un restaurante de Caracas. (Lunes 28 de marzo de 1994).

martes, 30 de abril de 2013

EN EL PRADO DE LOS LIRIOS SALVAJES


EN EL PRADO DE LOS LIRIOS SALVAJES



Una tarde,
cuando los bostezos
se teñían de laurel,
comencé a pintar
un cuadro al desdén.
Ah, por si no lo sabían,
además de poeta,
título que me he ganado
pincelando palabras
durante una existencia,
también soy pintor
y, por supuesto,
un poco o bastante
loco, dependiendo del cristal
o de la enardecida envidia
con la que se me mire.

Pues sí, desfloré
casi sin querer aquel lienzo
inmaculado, blanco,
virgen de pureza total,
y sobre el comencé
a depositar mis sueños.

Una pincelada,
después otra.
El verde, el rojo rubí
y el grácil violeta
comenzaron a danzar
y fundirse en arco iris
de placer y sentimiento.

Mis ojos brillaron
con sublime agrado
y los pinceles siguieron
la ruta de los dioses
creando un mundo
hasta entonces desconocido
por mis sentidos.

Y así, poco a poco,
todo fue tomando forma
hasta que de su centro
sereno emergió una bailarina,
de esas que yo
había imaginado infinitas.

Seguí con mi pincel en alto,
pero ahora escribiendo
una poesía sobre aquel lienzo
que hablaba de vida.

Como venida de lo eterno
saltó del infinito una bella
y delicada ninfa vestida
de verde prado con corpiño
de filigranas de negro azabache
y destellos de rojo amor.

Quise penetrar la tela
y tomarla entre mis brazos.
No me atreví… ¡Jamás lo haría!
Sería un sacrilegio de pintor
y poeta que jamás me perdonaría.

Ella seguirá virgen,
pero sola, presidiendo
un cuadro pincelado
con los colores del sentimiento
que algún día será famoso
y que al capricho del viento titulé
“En el prado de los lirios salvajes”.

Son cosas del amor, de los sentimientos.




El pintor, poeta, novelista y ensayista Diego Fortunato en la marina de Forte Dei Marmi (Toscana, Italia).
Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato


Palabras al viento

Sinopsis

Palabras vivas, letras que van y vienen libres al viento, pero, por sobre todo, el susurro del verso que nace en el corazón y se anida en los recuerdos, en la alegría de vivir, soñar, amar y ser amado.

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sábado, 30 de marzo de 2013

SI FUESE UN INSTANTE


El fabricante de sueños
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre cartón
Medidas: 66 x 48 cm.
Año: 1986
COLECCIÓN PRIVADA Familia De Falco


SI FUESE UN INSTANTE


Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
dibujaría un mundo mejor,
lleno de alegría y paz.
Hermosas y risueñas
golondrinas vestidas
de amor esparcirían
por el sendero del infinito
un himno inmaculado
con olor a jazmín.
Sentado en el borde
del tiempo escucharía
como niño embelesado su canto
de quietud y hermandad.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cincelaría en el espacio infinito
una estatua de bondad eterna
sobre pétalos de rosa
y perfumados océanos de miel.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cabalgaría sobre corceles
de vida para derrotar
al hambre voraz
que como peste maldita
mutila y silencia la vida.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
con lágrimas de júbilo
besaría al prójimo mío
y bendito por ser parte
y sueño de la vida mía.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
rogaría a los cielos
por la armonía y la amistad
de todos los seres
del universo inmortal.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
tejería sueños de libertad
sobre montes y praderas,
lagos, mares y ríos
para que en la tierra toda
germinen profundos
sueños de fraternidad.

Si fuese un instante,
si ese instante fuese ya,
abrazaría a toda la humanidad
y con susurro de querubines
le cantaría al oído
“¡Te amo por existir,
tanto como Dios
nos ama a todos por vivir!



El pintor y escritor Diego Fortunato 
divirtiéndose sobre el Toro de la Fortuna (Milán, Italia).

(Justo en el centro de la Galeria Vittorio Emanuele II en Milán (la galeria que conecta el Duomo y el teatro alla Scala) hay un toro que representa Torino, sobre el cual  hay que girar en búsca de la buena suerte. No se sabe si por imitación del que hay en Torino o como “desprecio” contra los rivales torineses, lo cierto es que la cantidad de turístas que lo pisan día tras día es talmente alta que el pobre toro está continuamente en restauración).

EXTRAÍDA DE MI POEMARIO PALABRAS AL VIENTO



 



Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato

Palabras al viento

Sinopsis

Palabras vivas, letras que van y vienen libres al viento, pero, por sobre todo, el susurro del verso que nace en el corazón y se anida en los recuerdos, en la alegría de vivir, soñar, amar y ser amado.

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lunes, 4 de marzo de 2013

LADRÓN DE RECUERDOS

Brucia 
PINTOR: Diego Fortunato
TÉCNICA: Acrílico sobre
TAMAÑO: 66 x 48 cm.
AÑO: 1985
SERIE: Mujeres de piel de sombra
Colección Privada Familia Nigro

LADRÓN DE RECUERDOS



Busco sobre
las estepas del gris,
en las redondeces
de la memoria,
sobre las sombras
de las horas idas
y encuentro
el vacío de la nada
que me sonríe
como niña sorprendida.



Giro los ojos del pasado
hacia las profundidades
y un oscuro camino
que por instantes se ilumina,
indica el paso,
corto y escarpado,
hacia el ayer.

No hay rosas ni violetas
menos cosas benditas.
Ramas de terciopelo
o faroles de agua dulce.
Tampoco polvo,
lluvia o tormentas…
Pero es la vía.


Llego al final del sendero
agotado, pero sereno.
En el rincón más oscuro
encuentro un cofre,
que en una época fue reluciente,
con su boca abierta,
como pidiendo clemencia.
A pasos lentos me acerco.
No hizo falta más,
sólo dos pisadas.
Todo olía a estiércol.
Un caballero andante,
quizás un gitano,
un pirata o un fantasma
montado en un corcel
vestido de rabia
se había robado mis recuerdos,
mi historia,
la que creía no valía nada.
Ahora sólo soy el presente.
No hay pasado,
sólo un futuro incierto
que algún día
pertenecerá a los recuerdos.


Extraido de mi poemario ACORDES DE VIDA, el cual puede descargar gratis en: http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Acordes-de-vida#ixzz2MYvuS1DG

Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato
Acordes de vida  cover
Acordes de vida

Introducción poética a la banal dialéctica del pensamiento humano y del anuncio de una sutil esperanza pincelada por la magia de las palabras que se entretejen en los laberintos de la fe y el amor.

DESCARGAR GRATIS EN: http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Acordes-de-vida#ixzz2MYvuS1DG

    El pintor y escritor Diego Fortunato con la actriz y vedette argentina Libertad Leblanc, protagonista de innumerables películas sólo para adultos que fueron el deleite de muchos jovenes que hacían lo imposible por ver los films adulterando documentos y fingiéndose más grandes de lo que eran (Entre ellos estaba, por supuesto, el pintor Fortunato). La foto data de algunos años, quizás dos décadas o algo más, pero no por ello deja de ser testimonio del seductor e inolvidable encuentro.

viernes, 8 de febrero de 2013

UNA GOTA

Sol bajo la sombra (1985)
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Medidas: 122 x 76.5 cm.
Serie: MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
(Destruido a cuchilladas durante el primer articidio. Por una mujer, por supuesto).


UNA GOTA


Una gota,
simplemente una,
servirá
para iluminar
mí vida.

Una gota
rociada de amor
es la ternura
que me arrebatará
de la locura.

Una gota,
sólo eso pido,
no tú piel,
ni un beso
de terciopelo.

Una gota,
sangre mía,
te la entrego,
aunque el puñal
claves en la espina.

Una gota,
mujer vivaz,
que apague
el lamento
de mí sombra fugaz.

Una gota,
un Ave María,
una mirada al cielo
y te entrego
el alma mía.

El pintor y escritor Diego Fortunato en el Museo del Prado (Madrid). A sus espaldas el Conde Duque de Olivares, de Diego Velázquez.

domingo, 23 de diciembre de 2012

LA CONCEPCIÓN DE LAS IDEAS

El fabricante de sueños
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre cartón
Medidas: 66 x 48 cm.
Año: 1989 
Colección Privada Familia De Falco

LA CONCEPCIÓN DE LAS IDEAS


Flores aquí.
Flores allá.
Rojas, verdes,
azules y de carmín.
Todas ellas
vestidas de poesía
y caminando
sobre un valle
de diamantes
con olor a rubí.
Parten… parten
con rumbo fijo.
Van hacia
el vientre-mar
del pensamiento
para presenciar
la concepción
de las ideas
que está por parir.
Sus primeras
contracciones
comenzaron
cuando la luna
despertó
en la inmensidad.
Cabalgaron
ya tres horas
de dolor
entre estrellas
y sueños
de esperanza.
Pasaron aprisa
porque la espera
tiñó de amor
la paciencia.
No hay parto
sin dolor,
dicen
las que han
parido
bajo el sol
de la felicidad.
Sólo así
los recuerdos
se vestirán
de dulce afecto
y pasión.
El abultado
vientre del mar,
colmado
de un multicolor
carrusel
de pensamientos,
metáforas, frases,
letras y versos,
está por vaciarse
para dejar nacer
un mágico
universo de ideas
que inundarán
al mundo de poesía
ilusión y amor.
¡Pronto!... ¡Pronto!...
¡Ya viene!...
Un último sofoco
y el respiro liberador.
¡Han nacido
las ideas
y con ellas
la poesía,
el llanto,
la alegría
y sus versos
teñidos
de esperanza,
amor,
sentimientos
y melancolía!





El novelista, poeta y pintor Diego Fortunato en el Museo del Prado (Madrid), con las incomparables y universales Majas de Goya.




Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato


Caricias al tiempo

Palabras vivas, letras que van y vienen libres al viento, pero, por sobre todo, el susurro del verso que nace en el corazón y se anida en los recuerdos, en la alegría de vivir, soñar, amar y ser amado.

DESCARGAR GRATIS EN: http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Caricias-al-tiempo#ixzz2F3LUfV5h




Clásicos: Poesía, por Diego Fortunato

Palabras al viento


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lunes, 26 de noviembre de 2012

PRESIENTO

En el año del silencio (1989)
Pintor: Diego Fortunato
Técnica: Acrílico sobre tela
Dimensiones: 150 x 100 cm.
Colección Privada Casa Museo Carmen Tinoco
La Habana, Cuba

PRESIENTO


Presiento la inmensidad vacía.
Las horas del tiempo dormidas.
Presiento el funeral
de la dicha y las pasiones
vencidas. Presiento todo
y nada, porque como la nada
me siento… ¡La nada soy!

Murmullo de insectos
susurran a mis oídos
que todo se ha perdido.
El amor, los afectos
y los sueños dormidos.

Presiento que mi aliento
es ya estorbo viejo.
Que mi risa ya no palpita
y que mis palabras
son letras muertas
que vagan en la letrina.

Presiento tantas cosas
que hasta miedo
me da pensarlas.
Las ahuyento del lago
de mis pensamientos
dormidos, pero vuelven
sobre corceles
pintados de desdén.

Presiento que todo
se va y que nada
ha valido la pena.
Presiento el olvido
de los días idos.
De las horas felices,
de las mieles de la dicha,
de la esperanza
que deposité en los míos.

Presiento la absurdidad,
la indolencia del amor amado,
de los hijos queridos
y de las pasiones vividas.

Presiento todo y nada
Presiento que la nada
se acerca. Que quiere
arrebatarme la esperanza
de que mis presentimientos
eran opacos y que la verdad
aún brilla en el horizonte.

Presiento… Presiento…
y vuelvo a presentir
que todo se ha ido,
que todo se ha esfumado,
que la nada me besa
y me arrastra más allá
de la conciencia infinita.
Me lleva allá,
donde el agua se marchita
y los sueños bailan
en el funeral de las ideas.

Presiento que todo
ha partido…, hasta
el pensamiento se ha ido.



El pintor, novelista y ensayista Diego Fortunato
 con el maestro Fernando Botero en su casa
de Pietra Santa, Versilia Toscana (Italia).

martes, 13 de noviembre de 2012

SI FUESE UN INSTANTE


Alguien nos espera(1991)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 90 x 60 cm.
 Colección Privada Nina Kors


SI FUESE UN INSTANTE

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
dibujaría un mundo mejor,
lleno de alegría y paz.
Hermosas y risueñas
golondrinas vestidas
de amor esparcirían
por el sendero del infinito
un himno inmaculado
con olor a jazmín.
Sentado en el borde
del tiempo escucharía
como niño embelesado su canto
de quietud y hermandad.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cincelaría en el espacio infinito
una estatua de bondad eterna
sobre pétalos de rosa
y perfumados océanos de miel.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
cabalgaría sobre corceles
de vida para derrotar
al hambre voraz
que como peste maldita
mutila y silencia la vida.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
con lágrimas de júbilo
besaría al prójimo mío
y bendito por ser parte
y sueño de la vida mía.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
rogaría a los cielos
por la armonía y la amistad
de todos los seres
del universo inmortal.

Si fuese un instante,
y ese instante fuese ya,
tejería sueños de libertad
sobre montes y praderas,
lagos, mares y ríos
para que en la tierra toda
germinen profundos
sueños de fraternidad.

Si fuese un instante,
si ese instante fuese ya,
abrazaría a toda la humanidad
y con susurro de querubines
le cantaría al oído
“¡Te amo por existir,
tanto como Dios
nos ama a todos por vivir!



          El poeta y novelista Diego Fortunato en la piscina del Hotel San Juan Casino de Puerto Rico disfrutando de un merecido descanso después de terminar su novela La estrella perdida, segunda de la saga de El Papiro.