viernes, 24 de julio de 2009

EN EL NIDO DE LA ROSA




En el nido de la rosa (2008)
Autor: Diego Fortunato
Serie BAILARINAS INFINITAS
Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.
COLECCIÓN PRIVADA Familia González-Fortunato La Rosa



LADRÓN DE RECUERDOS

Busco sobre
las estepas del gris,
en las redondeces
de la memoria,
sobre las sombras
de las horas idas
y encuentro
el vacío de la ausencia
que me sonríe
como niña sorprendida.

Giro los ojos en el pasado,
hacia las profundidades,
y un oscuro camino
que por instantes se ilumina,
me indica el paso,
corto y escarpado,
hacia el ayer.

No hay rosas ni violetas
menos cosas benditas.
Ramas de terciopelo
o faroles de agua dulce.
Tampoco polvo,
lluvia o tormentas…
Pero es la vía.

Llego al final del sendero
agotado, pero sereno.
En el rincón más oscuro
encuentro un cofre
que en una época fue reluciente,
con su boca abierta,
como pidiendo clemencia.
A pasos lentos me acerco.
No hizo falta más,
sólo dos pisadas al vacío.
Todo olía a estiércol…
Ya no había nada.
Un caballero andante,
quizás un gitano,
un pirata o un fantasma
montado en un corcel
vestido de rabia
se había robado mis recuerdos,
mi historia,
la que creía no valía nada.
Ahora sólo soy el presente.
No hay pasado,
sólo un futuro incierto
que algún día
pertenecerá a los recuerdos.

SALTINBANQUI




Saltinbanqui (1988)
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre cartón , 66 x 48 cm.).
Colección Privada familia Gistau.


ALMORZAR CON LOS SUEÑOS

De la misma forma
como te presiento eres.
Humano y celestial,
hermoso y omnipotente.
Eres el sueño,
el Dios olvidado
en el inconsciente,
pero hoy te invito
a estar un momento conmigo.
Quiero ver el día,
sus luces sin soles,
las cosas olvidadas,
las vidas acabadas,
para estar cerca
del amor y la esperanza.

Sacaré mi lonchera,
el estómago no espera,
menos los sueños y la razón.
Almorzaré con las ideas,
con los océanos y las letras
en los confines de la vida
porque todo está escrito
en el tiempo y la vida.

Almorzaré contigo… Otra vez…

LA CONGOJA




La congoja (1998)
Autor: Diego Fortunato
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
(Acrílico sobre tela 122 x 76.5 cm.).
Colección Privada.



LA LOCA Y LA LUNA

Era como un poema
escrito en la mañana.
Piel tersa,
tez de porcelana.

Algunos decían
que estaba loca,
pero no tanto.

Sus ojos, brillo
de centellas,
iluminaban
y encendían el día.

Cada brizna
de su cabello
era flama de delirio.

Sus labios,
carnosos
y voluptuosos,
preñaban el sentido.

Era ella, la única,
la del mimo,
la bienquerida.

Pero vino
la luna-luna
y encendió la llanura,
de copos y locura.

De aquella
imagen de mujer
venerada no quedó nada.

Fue la luna,
mágica e ignota,
que la volvió loca.

¡Ay luna-luna!,
qué le has hecho
a la hembra moruna,
porqué le robaste la cordura.

¡Ay luna-luna!,
¿Dónde te las has llevado
si aún no la he amado?

¡Ay luna-luna,
profanaste la cosecha,
pero los recuerdos
reposan en la primavera.

¡Ay, luna-luna!... ¡Ay!
¡Te llevaste a la loca mía!...
¡Ay, luna-luna!... ¡Luna!

TIEMPO DE INTIMIDAD




Tiempo de intimidad (1998)
Autor: Diego Fortunato
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
(Acrílico sobre tela 150 x100 cm.).
Colección Privada familia Nigro.




UNA GOTA
Una gota,
simplemente una,
servirá
para iluminar
mí vida.

Una gota,
rociada de amor,
es la ternura
que me arrebatará
de la locura.

Una gota,
sólo eso pido,
no tú piel,
ni un beso
de terciopelo.

Una gota,
sangre mía,
te la entrego,
aunque el puñal
claves en la espina.

Una gota,
mujer vivaz,
que apague
el lamento
de mi sombra fugaz.

Una gota,
un Ave María,
una mirada al cielo
y te entrego
el alma mía.

LA NÁUFRAGO


La naúfrago (2001)
Autor: Diego Fortunato
Serie VITRALES VIRTUALES
(Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.).


¡QUÉ MÁS!

Un pozo de agua dulce.
Un manantial. Una mujer
bonita me espera.
¡Cuánto me quiere!...
¡Cuánto me odia!
Cuando me besa parece una niña.
Cuado me odia parece una loca.

¿De qué estás hecha si no amas
ni vives?... ¿ Por qué no puedes?...
¿Dónde fue el amor?… ¿En qué río
fue a naufragar?... ¡Te extraño, loca!...
¡Nunca me olvides!... ¡Vuelve humo incoloro!...
¡Te extraño, niña, porqué te quiero!

El prado es verde… Amarillos los locos.
El amor rojo… ¡Cerezo el camino!...
Añil el tiempo… ¡Negra la vida!

¡Qué más!... Un manantial… Una mujer.

TIEMPO DE AMAR


Tiempo de amar (1998)
Autor: Diego Fortunato
Serie MUJERES DE PIEL DE SOMBRA
(Acrílico sobre tela 120 x 90 cm.).
Colección Privada Famila Nigro.





EMBRIAGARME DE TI

Dame el sabor de un beso,
busca la colina escondida
para exprimir tu cerezo
y embriagarme los sentidos.

Corre ave bendita
a los brazos bandidos,
a la palma ardiente
que se esconde en la cascada
y embriágala de vida.

Hiedras trenzan
el corazón que no calla.
Una mirada tuya, mil pasos
en las venas dormidas,
cien caricias de fuego
en el pozo de miel viva
embriagan el alma mía.

Envidiosos los cuervos rondan
en las máscaras del río.
Danza primavera,
quema voraz el loco juicio.
Aplaca el cuerpo mío…
¡Ven, embriágame el destino!

LA INTIMIDAD


La intimidad (1998)
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.)
Colección Privada familia Kors Delfino.


LA IDA


Te he olvidado en la locura
del camino muerto, en la verde
máscara de la piel de otoño.
He concluido que nada vale nada,
siquiera la vida o la muerte.
Nada importa ni nada tiene sentido
en la jungla del tormento.
Los vicios, el amor y la felicidad
naufragan en calles de sal sin sonido.
Sólo el eco de la mente navega
en el prado alucinado de los pensamientos.
Respiro en el abismo de la angustia
mientras huyo de la cárcel transparente
de las ideas y el arrepentimiento.
Dibujo en el gris del viento
el regreso a la quietud con el coraje
de un guerrero de los espacios infinitos.
El suspiro de la agonía susurra
su melodía de tristeza.
Ha llegado el sosiego, tibio, con color
de paz tallado en su rostro.
Ninguna resistencia,
siquiera el asombro pincela de miedo la ida.

CAMINANDO BAJO LOS RECUERDOS


Caminado bajo los recuerdos, (1996)
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre telas 120 x90 cm.).
Colección privada familia Fortunato Vásquez.





HÉROE

En el cielo,
allá donde las nubes
abrigan a los ángeles
tiene su casa mi héroe.

Dicen que usa barba,
tan blanca como la vida
y tan larga como la eternidad.

Su misericordia es tan inmensa
como la luz y su paz
tan grande como el silencio.

Creó ríos y montañas,
peces y alimañas y le dio
vida al hombre que todo lo daña.

Escribió un libro,
de diez palabras solamente,
pero la gente las viola alegremente.

Mandó a su hijo
a enseñar a los míos
pero lo guindaron de un crucifijo.

Todos le piden
fortuna y laurel para luego
gastarlo en el gran burdel.

Los muertos creen
que más allá de los gusanos
hay un huerto sano llamado Edén.

Quizás todo sea cuento
pero yo no me lamento
de tener en mí casa
un héroe en el firmamento.

EL COLUMPIO


El columpio
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre cartón 66 x48 cm.).
Colección Privada familia Fortunato La Rosa.
QUISE

Encontré una margarita
en el cielo aquel día.
Estaba atrapada de una nube en un riel.
Quise salvarla con un beso
y abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Volé hacia ella. Cabalgué sobre corceles de sueños.
Remonté cabañas de viento. Crucé el tiempo.
La felicidad alargó su mano. Un ruiseñor
brindó su canto a la vida. La alegría renació aquel día.
Le di fuerte a las riendas. Casi pude tocarla
pero mientras más avanzaba la flor se alejaba.
Frágil es la dicha. Frágiles los sueños.
Quise salvarla con un beso…
Quise abrazar sus pétalos con pinzas de amor.
Lloró el sol aquel día… Lloró el alma mía…

EL BAÚL


El baúl
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.).
Colección Privada Sucesión Capriles Ayala.
VOY
Voy a sembrar
un huerto lleno de estrellas
donde nazca la alegría.

Voy a rescatar
el amor sufrido
en el tiempo del olvido.

Voy a iluminar
el sol con flores de día
para borrar la noche fría.

Voy a buscar
los duendes de la vida
en las horas dormidas.

Voy a pintar
con mis ojos la paz
sepultada en el ocaso sombrío.

Voy a reír
entre las piedras y el madero
porque encontré al olivo perdido.

Voy a encender
mi alma herida. Ya no soy
el vagabundo de los tiempos idos.

Voy a besar
a los santos míos, a los cristales
caídos en tierras calcinadas.

Voy a cortejar
al milagro que me devolvió
de la nada. A la fe que me rescató
del naufragio. A la luz y al calor.
A la voz interior que escribió
una carta de amor en mi corazón.

EL FABRICANTE DE SUEÑOS


El fabricante de sueños
Autor: Diego Fortunato
(Acrílico sobre cartulina 66 x 48 cm.)
Colección privada familia De Falco.



LA SOCIEDAD DE LOS POETAS LIBRES
A todos los soñadores que pincelan palabras.


En un mundo de pensamientos ignotos
vivía una sociedad secreta tan hermética
que los fantasmas de las ideas
decidieron investigar su paradero.
Surcaron montañas de letras,
consonantes, pronombres y verbos.
Pasaron ríos plagados
de preposiciones, artículos y acentos.
Una avalancha de adjetivos
casi los tapia entre lanzas de diptongos
y las letales rimas mientras pasaban
un destartalado puente colgante
hecho de fibras de sujetos
y pretéritos imperfectos.
Sin aliento, llegaron a la cima.
Adheridos a una lustrosa pared de comas
pasaron sobre los resbaladizos
puntos suspensivos
y de pronto, ahí estaban,
frente al majestuoso
y señorial punto final
que estaba flanqueado
por dos rudos puntos y coma
que sostenían afiladas exclamaciones
y cuatro fuertes e insensibles dos puntos
que en su pecho terciaban
un enjambre de cartuchos de interrogantes.
Recobradas las fuerzas,
los fantasmas de las ideas,
tambaleantes, le preguntaron:
¿Qué tenemos que hacer
para tener el honor de ser miembros
de vuestra distinguida sociedad?...
¿Qué méritos alcanzar
y cuál la cuota que debemos pagar?
El privilegio es simple,
contestó el Rey de los puntos,
tanto que no se necesita mucho:
Es tomar amor, sueños y fantasía
y juntas lanzarlas en un bosque
repleto de pasión, ilusión y sentimientos.
Cuando comienza a oler a esperanza
se adereza con un poquito de dolor,
se le echa dos gramos de realidad
y cuatro cucharadas de imágenes surtidas
y dos hojas de llanto picante
cultivadas en el corazón.
Cuando la cocción
pasa de las horas del pensamiento
ha llegado el momento ideal
de ponerlo a enfriar
no sin antes darle otro toque de amor.

Después, sólo una palabra…
y detrás de ella otra cabalgando
sobre una más lejana y ésta corriendo
con alegría tras otra que busca la libertad.

DEL CONTINENTE OLVIDADO POR DIOS


Del continente olvidado por Dios (1995)
Pintor:Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Colección privada Familia González.


ESCUCHA EL DOLOR DEL MUNDO



Estuve en el principio del dolor,
donde la humanidad se desangra.
Donde la fe es negocio y burla,
imperio de conjuras
y capital sin cordura.
Estuve en el este y en el oeste,
en el norte y en el sur…
Con negros y blancos
y con hombres de ojos de alelí,
rasgados o rojos como el rubí.
En el Asia y en el África,
en Europa y América
y en las tierras lejanas,
y sólo encontré una religión…
¡La verdadera!... ¡La de los hombres!
¡La de los materialistas!
La de los seres que no creen en Dios,
mucho menos en Alá o Mahoma,
Buda, la Biblia o el Corán.
Que se burlan de la Tora de Moisés
y de las vírgenes y los santos,
así como de mí Espíritu Santo,
al igual que hacen con
Krishna y los devotos que lo siguen.
Tampoco en el Cristo que llevan
en sus cuellos como escapulario
cuando están en Wall Street
o en el burdel donde negocian
con maldad la vida de la humanidad.
Es la de los hombres
la religión que domina al mundo…
La más perniciosa y dañina,
la que con soberbia conduce
a guerras, muertes y al terror
por avaricia, prepotencia y ambición.
Y rezo:
Vivo, pero la violencia del hambre me tortura.
Vivo, pero el terrorismo aniquila mi alma.
Vivo, pero sollozo cuando crucifican a la compasión.
Vivo, pero la opresión y la maldad ofuscan mi ser.
Vivo, pero agonizo si no hay libertad ni expresión.
Vivo, pero, ¿dónde voy, si no puedo ser quien soy?
Vivo, pero me rebelo si no me dejan escribir.
Vivo, pero, ¿cómo puedo vivir sobre el dolor del mundo?
Vivo, porque soy un loco imposible.
Vivo, porque nací en este planeta chiflado.
Vivo, porque estoy enfermo de cordura.
Vivo, pero no puedo vivir si el hambre destruye a los míos.
Vivo, porque amo al amor y el amor todo lo puede.
Vivo, porque sin vida no podría escribir.
Vivo, para ser la conciencia de la humanidad.
Vivo, porque Dios es mi guía y yo su rebaño.

EN EL AÑO DEL SILENCIO


En el año del silencio (1996)
Pintor: Diego Fortunato.
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Colección: MUSEO CARMEN TINOCO,
La Habana, Cuba.





NUNCA BUSQUES EL SILENCIO

Escucharte, música,
es susurro celestial.
Violín o flauta, arpa o pianoforte,
lágrima cristalina
que deleitas el alma mía,
y el vuelo de las golondrinas.

Canto de perdices y ruiseñores…
¡No hay Cristo más alegre
que al que le cantan los cantores!…
La melodía pellizca la tierra
y ella, bendita, besa sus notas.
¡Eso es la música!

Me pierdo en sus cenizas.
Vuelvo loco la vista
para atrapar sus acordes
en el viento
pero quedo sin aliento.

¿Quién inventó la música?... ¿Dónde
está el Dios que dio su aprobación?...
¿Quién posee un oído tan divino
que hasta la esperanza
y el sufrimiento sienten su olor?

Si la razón fuese de papel,
un pentagrama fiel
escribiría sobre su piel.
La música es la vida.
Suspiro de dioses.
En cambio, la poesía
es el sueño de la música,
la palabra escrita en el corazón,
en el sufrimiento,
el llanto lejano y el dolor,
y la pintura la imagen
que todo lo cubre,
que todo lo disfraza
y colorea en el lienzo.

¡Habla corazón!... ¡Habla!...
pincela el amor,
la música y los versos
sobre los hijos de la tierra.
Germina la última canción
de la esperanza
y regrésale la alegría de vivir.

Nunca busques el silencio...
¡Huye de la inercia!...
¡Atrapa el movimiento!...
Porque sólo en la música
está el ruido de los sentimientos.