viernes, 18 de diciembre de 2009

LA AMANTE DEL GOBERNADOR


Diego Fortunato. Al fondo una de sus pinturas.


La amante del gobernador (1987)
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 90 x 60 cm.
Colección Pirvada

CÓMO DECIRLO

Cómo decir
que te amo
más allá
de las cosas
infinitas.
Que tú sólo
suspiro
enciende
mi alma
en fuego
de lava bendita.

El perfume
que adorna
tu piel venerada
cabalga
sobre río
apasionado
en noches
de sueños
dulces
y encantados.

Cómo decirte
lo tanto que te amo
si al verte sólo
balbuceo palabras
sin sentido.

A cada
instante quisiera
robarle un beso
a tus labios dorados
para morir loco
y muy embrujado.

Eres mi súplica
sagrada.
La que surca
el universo
más allá del todo
y la nada infinita.
Vivir sin ti
sería la muerte.
No habrían
más horizontes
en el cielo,
ni más blancos
en las nubes.
Ni más rosas,
ni jazmines.
Ni más alegría
sino lágrimas mías
que inundarían
los prados,
las selvas
y el cielo eterno
y más nunca
una azucena,
una margarita
o una flor bendita
volverían a nacer
porque eras
la flor mía.
Todo se secaría.
Tú perfume,
mis besos de caricia
se esconderían
y jamás podría vivir
sin sentir tú latir
en mis sienes
ardientes.

Tus ojos de miel
plenos de de vida
es luz que alumbra
con alegría la vida.

Olvidarte
jamás podría
sin antes no sentir
la humedad
de tu cuerpo
fundirse en el mío.

¡Cómo decirlo!
Eres el todo
y la nada.
El universo
y el cielo azul.
La tormenta
y la calma
El fuego y el frío.
El aire y su armonía.
El amor y la pasión.
El aliento de vida
porque sin ti la vida
nada sería…
¡No existiría!

¡Cómo decirlo!…
Cómo encontrar
palabras eternas
para decir que te amo
hasta más allá
de las cosas infinitas.
Con un beso
no podría,
con un millón tampoco
porque eres luz
que das amor
sin decir te quiero
y te entregas entera
sin más condición
que aspirar de mi boca
el amor verdadero.

martes, 15 de diciembre de 2009

BOTERO Y YO


Diego Fortunato con las desaparecidas Torres Gemelas a sus espaldas.


Botero y yo (1994)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre cartón 66 x 48 cm.
Colección Privada



EL COLECCIONISTA DE HERIDAS

Cuánto dolor
en el mundo.
Cuánto sufrimiento
vil y opacado
en el olvido
infame y cruel.
Los hijos de la tierra
mueren de hambre
en todo el planeta
y la perversa
política sólo habla
de posesión,
conquistas, riquezas,
tierras y fronteras.
Armamentismo…
¡Armamentismo!…
Muerte
y armamentismo
desmedido
y sin cordura.
Guerras de hombres
contra hombres.
¿Cuál es el enemigo?...
¿Dónde está?
El único maligno,
el tirano a derrotar
es a la pobreza
y al hambre,
infame destructor…
¡La peste
de los siglos!...
Basta… Basta…
¡Ya no más!
¡Cambiemos
bala por bocado
y en artilugio
celestial acabará
la hambruna
mundial!
La espiritualidad
renacerá cuando
todos bailemos
hermanados

y en paz.

Pero nada se hace
y nada se quiere hacer

para derrotar
la peste del siglo.
Sólo palabras vacías

y manchadas
de horror inundan

la cínica indolencia.
Risas y carcajadas
en el burdel
del poder.
Muerte y dolor
en la tierra negada.

Los coleccionistas
de heridas
murmuran
y mueren

sin un bocado
de sustento.
Millones se van
con el alma
y el estómago vacío.

Ni una oración.
En sus labios
sólo un adiós
al infinito.
Crece el calvario.
Yo parto
con ellos.
A su mundo
de muerte.
La humanidad
se extingue.
La humanidad
ha muerto
y yo con ella
muere la aflicción

y los sentimientos.
Es la tortura
del hombre.
La brutal fiereza
del ser
que la tierra

engendró.

La indiferencia
es la herida
que desangra
la vida.
La gota
que inunda
los mares
y tiñe de rojo
el pensamiento.
Los militantes
del dolor
anidan su eco
sobre sábanas
teñidas de muerte.
La tierra pare
con angustia
a los coleccionistas
de heridas
y sus gemidos

aumentan
en el calvario
de la vida
tal como crece
el olvido.


No hay coronas
de espinas
para los coleccionistas
de heridas,
sólo muerte cruel
y sombría.

viernes, 11 de diciembre de 2009

EL GLOTÓN DE LOS PRADOS DE CHIN-LAI


Diego Fortunato en Pisa (Italia) con el río Arno a sus espaldas.



El glotón de los prados de Chin-Lai (2005).
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china sobre cartulina 35 x 25 cm.
Sierie: EL LENGUAJE DEL ZEN (Realizada en Pisa, Italia).


SE VENDE

Lo recaudado irá a beneficio de la

FUNDACIÓN NIÑOS ARTISTAS DISCAPACITADOS



EL ENIGMA DEL AMOR


¿Qué sería
del mundo
si no existiese
el amor?
El vació, la nada
en la existencia.
Sería el ocaso
de los sueños,
el fin, la muerte
y con esta
la esperanza.

Sin amor
nada hay
ni nada somos.
La vida no
tendría sentido
sin su abrigo.
Sería oscuridad
y tormento.
Las caricias
y la ternura
así como
la risa pura
reposarían
en la sepultura.

¡Qué niños
nacerían!...
Y a los ancianos,
¿en qué pestilente
mundo los tirarían?
¿Dónde
a los lisiados,
huérfanos,
enfermos,
pobres
y desheredados?

Sin amor
nada somos
ni nada
podemos ser.
El amor
lo es todo
y sin amor
la humanidad
se extinguiría
en un soplo
sin disparar
cartucho alguno
y poca harían
bombas atómicas
o guerras intestinas.

El amor lo es todo.
El suspiro, el aire
que respiras
y la mano amiga
que te salva la vida.
Las lágrimas,
el consuelo
y la dicha
de estar vivo
en el firmamento.

No hay vida
sin amor,
ni amor sin vida.
Son indivisibles,
como el cielo
y la tierra,
como el agua
y el río,
como la mente
y el cuerpo.
Siempre juntos,
de las manos
tomadas,
será su grato
caminar.

Nunca podrán
vivir separados
porque así lo quiso
el Creador
al regalarnos
el milagro eterno
del amor.

jueves, 10 de diciembre de 2009

AFÉRRATE AL MOMENTO PRESENTE COMO SI FUERA EL ÚNICO QUE TIENES


Diego Fortunato (en sus tiempo de periodista deportivo) y el Rey Pelé.



Aférrate al momento presente
como si fuera lo único que tienes (Noviembre de 1993).
Pintor: Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 140 x 100 cm.
(ASESINADO DURANTE EL ARTICIDIO DE 1997).





EL ENIGMA DEL AMOR

¿Qué sería
del mundo
si no existiese
el amor?
El vació, la nada
en la existencia.
Sería el ocaso
de los sueños,
el fin, la muerte
y con esta
la esperanza.

Sin amor
nada hay
ni nada somos.
La vida no
tendría sentido
sin su abrigo.
Sería oscuridad
y tormento.
Las caricias
y la ternura
así como
la risa pura
reposarían
en la sepultura.

¡Qué niños
nacerían!...
Y a los ancianos,
¿en qué pestilente
mundo los tirarían?
¿Dónde
a los lisiados,
huérfanos,
enfermos,
pobres
y desheredados?

Sin amor
nada somos
ni nada
podemos ser.
El amor
lo es todo
y sin amor
la humanidad
se extinguiría
en un soplo
sin disparar
cartucho alguno
y poca harían
bombas atómicas
o guerras intestinas.

El amor lo es todo.
El suspiro, el aire
que respiras
y la mano amiga
que te salva la vida.
Las lágrimas,
el consuelo
y la dicha
de estar vivo
en el firmamento.

No hay vida
sin amor,
ni amor sin vida.
Son indivisibles,
como el cielo
y la tierra,
como el agua
y el río,
como la mente
y el cuerpo.
Siempre juntos,
de las manos
tomadas,
será su grato
caminar.

Nunca podrán
vivir separados
porque así lo quiso
el Creador
al regalarnos
el milagro eterno
del amor.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

CRISTÓBAL, EL QUE SUFRÍA DEL COLON


Diego Fortunato (cuando era un poquito más joven) y Claudia Cardinale.


Cristóbal, el que sufría del colon (1995)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 122 x 76.5 cm
(ASESINADO DURANTE ARTICIDIO DE 1997)



LA PEREGRINA DEL HAMBRE


Dos hermanos hambrientos,
una hembra vieja
que toca violines
negros de muerte.
Es la vida marchita.
La fría entrega al ocaso
nocturno del tiempo.
La voracidad y la ignominia
pueden más que la cordura
cuando el hambre niegan
y desborda la insensatez
en las calderas sin mentes.

Si o no, quién sabe,
pero la loca mente todo
lo sabe y manipula
y, si no, lo inventa
en el loco cerebro
curtido y dañado.

Todo fenece.
Menos la maldad traidora
en la mente de mujer amargada.
El fin será libre.
El hambre y el tiempo
de los desposeídos renacerá.
Las bocas abrirán sus fauces
en la casa de la mujer oculta,
la de que todo controla
y objeta sin sentido
el pan de la vida.

Conjuro, felicidad de muerte
en el alma de la mujer atormentada
por una vida sin amor
y por los hijos no nacidos.
Es putrefacto el ser
que nunca pudo
en el vergel de su vida
crear un límpido y puro ser.
Pero ahora
sólo es muerte viva
que vaga sin sentido
y desolación infinita.
Todo es expiración.
No hay hermanos.
Todo es gris y negro
en el alma de muerte.

¡No vivió!...
¡Sólo murió lenta
y cruelmente!...
¡Viva la vida!...
¡Abajo los que mueren
sin haber vivido!

lunes, 7 de diciembre de 2009

AMBICIOSA SOLEDAD


Ambiciosa soledad (1995)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie: HORIZONTES PERDIDOS
(DESAPARECIDO EN COMBATE).




LA ENFERMEDAD Y EL CUERPO





Cuenta la leyenda
que en una noche de luna llena,
en el preciso instante que la oscuridad
estrechaba sus manos con el día
en un bosque que pincelaba
de gris el horizonte de la eternidad,
aconteció la boda.
Dos hadas se juntaron.
Una se llamaba
Cría y la otra Porfía.
Una era buena, la primera,
y la segunda malévola y dañina.
No sé qué rayos
partieron al universo,
pero aquella unión
de pronto se volvió incierta.
Fue tanto el dolor inflingido,
que se batieron en largo duelo.
Las dos eran heroínas
y titanes de las fábulas
del Olimpo de la fantasía.
Al ver lucha tan estéril y banal,
el Dios de la Bondad las separó
de las alturas para enviarlas
a la locura terrenal.
Desterradas, no les quedó
más remedio que separar sus cuerpos.
Fue así como en la Tierra,
donde todo era paz y libertad,
nació el cuerpo y la enfermedad.
Desde aquel entonces,
irreconciliables en su afán,
no hubo más remedio
que buscar consuelo
en la botica, el médico
o el curandero de la ciudad.










El píntor y escritor Diego Fortunato y un grupo de amigos junto
 a la desaparecida actriz Farrah Fawceett Major.