jueves, 20 de mayo de 2010

CHUAN-LI, EL DE LA CIUDAD PERDIDA DE OCCIDENTE


Diego Fortunato, más feliz que ayer
y menos que mañana. Al fondo, uno
de sus cuadros.

Chuan-Li, el de la ciudad perdida de occidente (2005)
Pintor: Diego Fortunato
Tinta china y acrílico sobre cartulina, 21 x 29.7 cm.
Serie: EL LENGUAJE DEL ZEN


En VENTA
Bs. 1.400


EL OLVIDO

Caminar sobre el olvido
es pisotear los recuerdos.
Manchar las cenizas
en la vereda añorada del pasado.

Es cargar las penas
y castigarlas sobre las heridas de abril.
Alejarlas del espejo,
del reloj de arena que araña
el tiempo con acordes de duelo.

La flauta escucha el sollozo.
Las manos…, el papel sin voz,
los retratos antiguos y los lienzos
que pincelaste en la mente
desertan del pozo del delirio.

El olvido es como
un ángel amigo. Te persigue
y cuida para que no lo eches
en el tintero callado,
en los viejos muros,
en las colinas secretas,
en los abismos de estrellas de plata
ni en el látigo calcinado.

martes, 18 de mayo de 2010

AMBICIOSA SOLEDAD




Ambiciosa soledad (1996)
Pintor Diego Fortunato
Acrílico sobre tela 150 x 100 cm.
Serie Horizontes Perdidos
(Perdido en combate)


CADENA


Agua y miel.
Horas… ¡Horas!...
Sufrimiento–libertad…
Avalancha de piedad… ¡Sombras!
Sólo el murmullo del pensamiento.

Día y noche.
Horas… ¡Horas!...
Despedida y oscuridad… ¡Lucha!
La boda del mal se ha consumado.

Llamas marchitas… ¡Ahogo del alma!
¡Desátame vida!... ¡Rompe las cadenas
de humo!... ¡Desátame vida!




Diego Fortunato, pintor, poeta, ensayista,
novelista, escultor, periodista, soñador,
jodedor irreverente e incurable, idealista,
imbécil que se ha casado y divorciado tres veces,
novio de la madrina, refugiado internacional
y ciudadano del mundo y, por sobre todo,
muy feliz. Eso es ¡por ahora!, como dijo un tenebroso
comandante por ahí y ya lleva trece
años en el poder.